El peso de los Secretos

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Narra Lena

Me despierta el sol que se filtra por la ventana. Me duele terrores la cabeza. Maldigo haber bebido tanto la noche anterior. ¿Por qué perdí tanto el control? Sí, lo sé. Ver tonteando Kara con Mon-El me poseyeron los celos. Quisiera que me mirase de la misma forma y que me besara como lo hizo al final de la noche.

Voy tomando conciencia de la realidad y de mi desnudez. Y siento unos brazos fuertes y suaves que me abrazan. Y no es Kara, porque conozco su anatomía de tantas veces abrazarla y percibirla.

¡Oh, no! Me he acostado con la nueva compañera del grupo Supers. Siento vergüenza de mi misma y no me reconozco. Jamás he sido de aventuras fugaces y sin sentido. Y más aún, liarme con alguien del trabajo y sin sentir nada.

Me separo de Maggie. La chica es hermosa, pero dudo de qué la ame como a Kara. Me maldigo por dejarme llevar por los influjos del alcohol. Me pongo una bata por encima y salgo habitación. Tengo hambre. En la cocina me encuentro a mi princesa desayunando.

- Buenos días comilona.- la saludo con alegría. Alucinaba por el hambre que siempre tenía y jamás engordaba.- ¿Y Mon-El?- creyendo que se habían acostado.

- En su hotel supongo. ¿Y Maggie como ha pasado la noche? No la he visto en su habitación.- me la quede mirando con temor. Mi secreto me quemaba por dentro. No me atrevía a decirle que era lesbiana. Por suerte, no debió de escuchar como tuvimos sexo. Me maltrate en mi foro interno por haber sido tan inconsciente. ¿Cuándo tendría valor de confiarle mi secreto?

- Bien. Maggie se metió en mi cama borracha, para agradecerme que la invitara a vivir con nosotras y se quedo dormida a mi lado. Me pareció mal despertarla.

- ¿No querrá nada más de ti la Capitana Sawyer? No conozco a muchas lesbianas, pero me parece Maggie lo es. ¿No te fijaste como te miraba?

Me quedé completamente helada. Intento tener la cabeza fría y no hacer volar los pájaros en mi imaginación. Decidí hacerme la tonta y reírme de su comentario.

- ¿Ah, sí? ¿Y cómo me miraba?- le pregunté, a la vez que me acercaba más hacia ella mirándola fijamente. Kara se sonrojo un poco y aparte los ojos de ella. No la quería intimidar y tenía miedo de desnudar mis sentimientos.

- Sus ojos chispeaban de deseo por ti.- insistió mi amiga.

- Pues no me di cuenta. Yo sólo tenía ojos por Max.- mentí. Él era el único de mis prioridades, ni me sentía culpable por mi infidelidad.

- Vigila, que un día de estos Maggie te tira la caña.- le advirtió a la vez que le realizará un guiño.- ¿Tu estarías con una mujer?

- ¿Y tú?- le volvió la misma pregunta, porqué por su tono de voz dedujo que le hacía un poco repelús la homosexualidad.

- Nunca. Aunque, existen y son personas con defectos y virtudes, se me hace extraño... no sé. Me parece algo antinatural.- sus palabras me dolieron un poco. Quizás, hablaba des del desconocimiento del tema y de haber conocido a pocas personas gays.- Aún no me has respondido...

- No lo sé, nunca se sabe. Aunque ser lesbiana no debe de ser tan terrible.- decidí dejarlo en el planeta de los posibles. Me sentía muy triste y mis ojos debieron estar reflejándolo.

- ¿Eh, que te ocurre? ¿Te han molestado mis palabras?

- Un poco.- admito. Aunque le oculte mi orientación sexual, odio ser falsa y deshonesta.- Tengo una amiga que es lesbiana y no lo considero que sea tan horrible. ¡Son personas humanas Kara! Y de hecho la conoces. Es Cat Gran.

- ¿Tu amiga la periodista tan famosa, lesbiana? ¡Estás de broma! Si es muy femenina.- conocía a la amiga de Lena, a veces las visitaba al piso. Siempre la admiro, era periodista y su carrera era brillante. En sus treinta pico años tenía una carrera muy prometedora, incluso había creado su propio diario.

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