FIN

85.3K 6.6K 2.6K
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Desesperación, angustia, enojo y hambre

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Desesperación, angustia, enojo y hambre. La combinación más imperfecta para ese momento.

Mis manos temblaban al igual que mis piernas, mis ojos no dejaban de ver el reloj y lo único que quería era tirar a Ian por el auto. Mis deseos más ocultos eran dejarlo en medio de la carretera y comenzar a manejar a la velocidad más alta que el vehículo podía dar. Sentí un nudo en mi garganta al recordar que mi amiga estaba en una sala rodeada de doctores que entraban y salían en la habitación, un esposo desesperado y, probablemente, el dolor más fuerte que ha sentido en su vida. Todo mientras yo el idiota de mi prometido estaba manejando como si estuviéramos en un momento más tranquilo.

— ¡Puedes apurarte!

Mi desesperación estaba llegando a mis límites y él simplemente estaba tranquilo. Respetaba los semáforos en rojo, se acomodaba en el asiento del auto de vez en cuando, respiraba con normalidad.

— Cariño — tocó mi mano —, sé que estas desesperada — sus ojos miraron todo mi rostro — Quizás llegando a la locura. Pero voy lo suficientemente rápido para no morir en el camino y no recibir una multa — volvió a colocar las manos en el volante —. En unos minutos estaremos en el hospital. Solo respira y tranquilízate, recuerda que tú también estás embarazada.

Me hundí en el asiento del carro.

— Maldita pizarra.

Murmuré apretando mis dientes y moviendo mi pierna de arriba hacia abajo.

— Te escuché.

Los próximos minutos eran más desesperantes que los anteriores, a lo largo pude ver las luces del hospital iluminando desde el primer piso hasta el último. Sentí que me encontraba apenas a unos minutos de poder tomarle la mano a Rosalina así a como se lo prometí desde el primer día que nos dimos cuenta de que una bendición venía a iluminar aún más nuestras vidas. No miento si digo que deseaba salir volando del auto o tele transportarme hasta la habitación donde ella se encontraba.

Apenas Ian se estacionó en la entrada del hospital, frente al rotulo de emergencias. Yo bajé del auto lo más rápido que pude y comencé a correr. No me importaba si las personas se golpeaban con mi cuerpo o si me gritaban que era una idiota, yo solo quería saber de su estado.

Juro encontrarteWhere stories live. Discover now