Capítulo 30

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Ir al salón de belleza. Ir al salón del evento a ver como va quedando todo. Ir al obstetra. Recoger a Leah a la escuela. Cuatro cosas tenía para hacer ese día, solo cuatro, el reloj marcaba que era mediodía y aún no había terminado con la primera. Primera vez que el salón de bellezas estaba tan lleno y es que el universo siempre se confabula para que cuando necesites hacer las cosas rápido, pierdas todo el tiempo del mundo en ir al salón de bellezas. Se acercaba la hora de su cita con el obstetra y aún esperaba a que la peinaran, pues su estilista había sido el más demandado del día.

-Maru, necesito un nuevo secador, el mio se acaba de fundir-le escuchó decir a su estilista. Genial, más tiempo. Sacó su teléfono para hablarle a Fernando.

-Hola, amor-dijo cuando escuchó su voz al otro lado de la línea.

-¿Cómo vas con tu complicadisima agenda?

-Mal. Muy mal. Aún no temino de arreglarme.

-Tienes cuatro horas ahí, ¿qué tanto te has hecho?

-Mani, pedi, mascarilla, depilación, pequeño corte, retoque de color... Lo usual.

-Y luego te quejas que tienes una eternidad ahí-dijo riendo.-¿es ahora mi novia rubia?

-No sé, preguntale a ella-respondió riendo.

-Seguro estás hermosa.

-Indicios de que no puedes verme.

-¿Necesitas que te ayude a tachar cosas de tu lista?

-No, tienes tu propia lista y es tres veces más larga que la mia.

-Y estoy en mi casa, tomando sol en mi piscina, con una fría limonada en mi mano.

-Fernando, ¿no has hecho nada?

-Terminé hace una hora...-dijo burlandose de ella.

-Estúpido.-blanqueó los ojos-pasa por Leah y dale de comer, por favor...

-Me debes un beso.

-Bueno, si no quieres, no pases por ella, que muera de hambre-dijo molestandole de vuelta, otras mujeres que escucharon su conversación la miraron con desaprobación.

-Buena madre eres.

-La mejor. Ve por ella, la cita con el obstetra es dentro de una hora y media, ¿nos vemos en casa?

-Si, muñeca.-dijo dejando el vaso en el suelo.-por cierto, estoy en mi casa mia en la que vivía antes de mudarme a tu casa.

-No pensé diferente. Y no te has mudado a mi casa, solo estás de paso-dijo en tono de burla. Miraba sus uñas, de repente sintió que algo cayó de sus piernas al suelo, miró allí y encontró un sobre. Raro. Muy raro. Miró a todos lados para ver si a alguien se le había caído, pero no era así, todos estaban en sus cosas y estas señoras eran bastante recelosas con lo suyo. Agarró el sobre y le dio vuelta y se extrañó, pues era para ella, pero no sabía de donde había salido. Miró a todos lados otra vez para ver si encontraba a quien la había dejado allí, pero no era así.

-¿Lucero? ¿Sigues ahí?-escuchó a Fernando decir saliendo de trance.

-Si, me tengo que ir-dijo mirando el sobre. No sabía si abrirlo, aunque siendo seria, ¿qué podría haber allí? ¿Una bomba? De todos modos no le brindaba confianza. Terminó por romper el sobre y sacar el papel que había adentro.

Jaque Mate [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora