Capítulo 16

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-¿Barbie? Soy yo, necesito que te comuniques con la agencia de publicidad y solicites una reunión, Lactos necesita nueva campaña. Gracias-dijo antes de colgar y continuó revisando el estado financiero de la empresa. Necesitaban un nuevo producto que estimulara más el crecimiento de su empresa y sabía perfectamente quien era el blanco óptimo para lograr ese cometido. Había avanzado muy poco, pues no lograba concentrarse por lo que Fernando le había dicho hace rato. Si sus amenazas eran ciertas, podría separarla de su hija y sin Leah, ella moriría. Tenía que evitar a toda costa que realizara esa prueba de ADN, ¿Pero cómo? ¿Qué excusa usaría? Sabía que Fernando no se andaba hablando tonteras, él si cumplía lo que decía. Se levantó de su silla y caminó en dirección a la habitación que estaba ocupando él. Vaciló. Mucho. Dudó en entrar y más al escuchar que estaba hablando por el teléfono, pero logró hacerlo sin que siquiera lo note. Eso de ser ladrona había dejado sus frutos.

-¿Ventura, qué? A ver, Bracamontes, ¿Estás seguro? Él se supone que está muerto. De buena fuente sé que ayer lo asesinaron... ¿Cómo lo sabemos?... Maldita sea... Bien, mantengame informado.-dijo colgando la llamada. Estaba nervioso. Maldecía por debajo y pasaba su mano por su cabello.

-¿Qué pasó?-preguntó Lucero a sus espaldas, el se asustó, ya que no la había escuchado entrar.

-Nada.-le respondió de inmediato.

-Te escuché, Fernando. ¿Qué pasó con Ventura?-Fernando le sostuvo la mirada y luego soltó un suspiro.

-Sigue vivo, Lu. Al parecer sabía perfectamente que tu ibas a volar el edificio y escapó antes que pasara. También dio la orden de lo de la van...

-O sea que... Maté a toda esa gente inocente para nada-dijo sorprendida, abrumada.

-No es tu culpa-dijo Fernando tratando de acercarse a ella, pero lo detuvo con tan solo dedicarle una mirada.

-¡Lo es, esa gente no tenía que morir! ¡Maldita rata!-dijo agarrando su celular que no dejaba de vibrar.

-Déjame ayudarte con él...-le pidió Fernando, ella no le contestó, solo lo miraba fijamente.

-¿Qué pasó?-respondió el teléfono.-Eddie, ya lo sabía, Fernando se enteró primero que nosotros-dijo fastidiada-¿Cómo?

-¿Qué pasó?-preguntó Fernando confundido.

-Mantenme informada.-dijo cerrando la llamada.-¿Qué?

-¿Qué de qué? Tu eres quien debe decirme algo a mi.

-Tus hombres son lo máximo, ¿no? ¿Por qué no lo saben?

-Seguro lo saben, pero si no me dices lo que es, no puedo decirte si si o si no.

-Buen intento, Colunga. En una hora tiene cita Leah. Ahorita yo debo salir al cuartel a resolver un asunto, pero regresare en 25 minutos contados. ¿La puedes alistar?

-Tu viniste a algo. ¿Qué es ese algo?

-Nada, no importa.

-¿Nada no importa? ¿Crees que te vas a ir muy fácil?

-Fernando, no es que crea que me voy a ir, es que me voy.

-¿No será que viniste a aclararme algo sobre mi paternidad?

-Claro que no, no tengo nada que aclarar.

-¿Estás segura?

-Si.

-Bien-dijo sacando su teléfono-Bracamontes, necesito que pases por mi a casa de la señora y me lleves al hospital, tengo que hacerme una prueba de ADN.-ella se tensó al escuchar la última frase y él, por supuesto, lo notó.

Jaque Mate [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora