Capítulo 28

1K 78 10
                                    

-Lucero-escuchó a lo lejos, sabía perfectamente que se trataba de Kobbie, pero ¿qué había pasado? Lentamente fue abriendo los ojos, hasta que volvió completamente en sí. Estaban en el auto, pero no recordaba haber llegado ahí por su propió pie.

-¿Qué pasó?-preguntó tratando de orientarse un poco.

-Te desmayaste de repente... Vamos a la clínica-dijo encendiendo el auto.

-No-dijo cortante, Kobbie se extraño.

-Te desmayaste, eso no es normal.

-Si es... Es porque tenía demasiada adrenalina, no te preocupes. Estoy bien.

-Excusa muy barata, niña. ¿Tienes miedo del doctor?

-No. No te preocupes, de verdad estoy bien. Quiero ir a casa.

-Tengo que llevarte al ho...

-Kobbie-Lucero lo interrumpió-a casa.

-Déjame adivinar, Fernando te espera...

-¿Qué si así fuera?

-No hace 5 meses lo odiabas...

-Pero ahora lo amo. Él ha estado para mi en muchos momentos difíciles. Aparte me ama...

-No me hagas reir-dijo luego de resoplar.

-Yo no tengo que convencerte de absolutamente nada, Kobbie, yo sé lo que él siente por mi porque me lo ha demostrado y honestamente, si no puedes aceptarlo, honestamente no me importa.

-Si, es lo mismo que te digo sobre Cristina.

-Es diferente... Pero no quiero discutir contigo otra vez y menos por algo que tu no tienes el poder de cambiar.

-Entonces ya son novios...

-Si. Estoy cansada de discutir siempre por lo mismo.

-¿Vas a darle hijos?-le pregunto, ignorandola.

-No lo sé...

-Bueno-le respondió molesto.

-Llévame a mi casa-dijo dolida por su respuesta. Kobbie era importante en su vida y se estaba comportando como un total imbécil con ella, como si no le importaraque fuera feliz. Las cosas eran más complicadas que siempre y eso le afectaba mucho. Solo queria llegar a su casa.

Afortunadamente, por la hora no habían muchos autos en la calle y pudieron llegar pronto a su destino. Sin despedirse salió del auto y se metió a su casa, no tenía ganas de estar con Kobbie, le hacia demasiado mal en ese momento, pues sabía y estaba segura de que en el momento en que explotara una bomba que estaba a punto de detonar, el la odiaría. No estaba preparada para eso. Entró a su casa y se dirigió a la cocina, quería helado. Mucho helado. Aprovecharía y prepararía la cena que le había prometido a Fernando, ya era muy tarde y debía tener mucha hambre.

-¿Martha? ¿Qué haces aquí?-preguntó extrañada al entrar a la cocina y encontrar a la ama de llaves de Fernando, con una cara de muy pocos amigos.

-Fernando me pidió que me quede con Leah por un ratito.

-Tu cara me asusta... ¿Está todo bien?

-Si, Lu, todo bien...-dijo apartando la mirada.

-Martha, me estas mintiendo...-dijo Lucero poniendosele en frente.-¿dónde está Fernando?-le preguntó, Martha miró al suelo, permaneció en silencio, Lucero perdía la paciencia.-¡Martha!

-No sé donde está-dijo en un susurro, sin mirarla a los ojos.

-No te creo...

Jaque Mate [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora