Las sillas comenzaron a girar y yo me agarré de las cadenas que las sostenían por inercia. Luego de bajarnos, nos montamos en otras cosas y decidimos comer algo.

-¿Qué preferís, pizza o hamburguesa? -preguntó mientras caminábamos a la pequeña feria de comida.

-Hamburguesa suena bien. -él asintió. Me indicó que fuera a guardarnos una mesa y eso hice. Me senté y esperé a que él llegara con la comida.

-¿Por qué tan sola? -una voz masculina me hizo alzar la mirada. Me giré para ver de quien se trataba.

-¿Disculpa? -fruncí el ceño desconcertada. Era un hombre que desconocía su identidad.

-Qué ¿por qué una chica tan guapa como tú está tan sola? -se mordió el labio y yo sentí asco.- ¿Así sí me entiendes? - estaba por mandarlo a la mierda.

-Ella está conmigo. -Paulo apareció detrás de él. Solté un suspiro que estaba conteniendo desde que este chico llegó.- Así que si no te importa, te agradecería que desaparecieras. -la mirada de Paulo perforaba al chico y después de verlo unos segundos, se marchó.

-Gracias, pero estaba por mandarlo a tomar por culo. -Él formó una sonrisa y se sentó, dejando la bandeja de comida en la mesa frente a nosotros.

-Me parecía correcto intervenir. Tenía ganas de ser un héroe. -se encogió de hombros y me pasó mi hamburguesa junto a un vaso de refresco.

-Muero de hambre, gracias. -tomé la hamburguesa y comenzamos a comer, charlábamos de cualquier cosa, más que todo de nuestra infancia.

-¿Querés ir a la rueda de la fortuna? -asentí y nos colocamos en la fila.

-¿Estás con todo el equipo acá? -decidí preguntar para romper el silencio

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-¿Estás con todo el equipo acá? -decidí preguntar para romper el silencio.

-Sí, tenemos un partido contra el Atlético, luego tenemos un descanso para empezar los cuartos de Champions. -explicó.

-¿Y qué harás en ese descanso? -esperaba que me dijera que se quedara acá.

-Lo pasaré aquí en Madrid. -no pude reprimir una sonrisa ¿qué te pasa, Giselle?

-Que bien. -me mordí el labio. El encargado de la rueda de la fortuna nos llamó, avisándonos que eramos los siguientes. Nos sentamos en nuestro lugar y comenzó a girar.- ¿Extrañas Argentina? -el frío viento chocaba contra mi rostro y cabello, esparciéndolo por toda mi cara. La vista era hermosa, te dejaba sin palabras.

-Claro. Estar lejos de tu familia no es fácil. -lo escuché responder suavemente.-

-No podría decirte que te entiendo del todo pero cuando estaba en Málaga extrañaba mucho a Isco. Siempre hemos sido de esos hermanos que son muy unidos, obvio peleamos pero después nos reconciliamos. -reí recordando nuestras peleas por estupideces.- ¿Tú tienes hermanos?

-Sí, tengo dos. -puso los ojos en blanco.- Ambos son hombres, así que nada emocionante aparte de que son re fastidiosos. -solté una carcajada.- ¿Algún país que te gustaría visitar?

-Muero por ir a Alemania. -conté.- Que casualidad, siempre he querido ir a Italia también. -dije, él me miró y alzó una ceja.

-A Alemania tal vez sea un poco más difícil pero, cuando quieras te llevo a Italia. -dirigí mi mirada a la de él.

-¿Estás bromeando? -esta vez alcé una ceja yo.

-¡Hablo en serio! -aplaudí emocionada.- Podrías venir para algún partido, me encantaría que fueras. -sonreí sin mostrar los dientes. Nos quedamos en silencio por unos minutos y se acercó a mí.- Sos hermosa, Gigi. -aparté la mirada, no queria que viera mis mejillas rosadas, pero él tomó mi barbilla y me giró hacia él.

Pasó su suave tacto por mi mejilla hasta que llegó a mi cabello y lo acomodó detrás de mi oreja. Yo estaba hipnotizada por su mirada verdosa. Llevó su mano a mi nuca y comenzó a acércame a él lentamente.

Cerré mis ojos, esperando el tacto de sus labios contra los míos, cuando de repente el tono de llamada de mi teléfono nos sorprende y provoca que yo pegué un salto y la cabina donde estábamos sentados se comenzara a tambalear.

-Pero que susto. -busqué desesperada mi teléfono en mi bolso. Cuando lo saqué y vi quién era, puse los ojos en blanco.- Que inoportuno mi hermano, como siempre. -Paulo rió y mordió su labio inferior apartando la mirada mientras yo contestaba.

-¿Cuándo vienes?

-Hola, hermano. -respondí sarcásticamente.

-¡Giselle! En serio, extraño a mi hermanita.

-¿De veras me has llamado para eso? No sé a qué hora llegaré, pero no te preocupes que no iré tarde. -traté de calmarlo.

-Está bien. Ah, se me olvidó avisarte que Álvaro y Lucas se quedaran a dormir acá.

-Vale, no hay problema. -despegué el celular de mi mejilla y lo volví a guardar.

En lo que me di cuenta, ya habíamos llegado al suelo.

-Que vuelta tan interesante. Deberíamos terminarla algún día. -dijo Paulo antes de bajarnos de la atracción.

Dejándome con ganas de más.

omg, en serio perdón por la tardanza, primero estuve full con las tareas y de paso tenía un bloque de inspiración pero salí adelante.

espero que les esté gustando!!

Rivals // Paulo Dybala Where stories live. Discover now