teacher | diecinueve

84K 6.1K 1.9K
                                    

Siendo sincera conmigo misma, con JungKook no me sentía como si estuviese aprendiendo algo; más bien me sentía como si estuviera en una evaluación sorpresa constante, para la que no estudié absolutamente nada. Pero la diferencia podía encontrarse en que las evaluaciones no son tan tentadoras, frecuentemente y por lo general. Y también el hecho de que nunca habría querido más el hacer una prueba, como ahora.

Porque la idea de devolverle el favor, por así decirlo, a JungKook, me envolvía y me invitaba a que lo probara. Lo atribuí a que, ¿a qué mujer en el mundo no le gustaría o no ha pensado en alguna ocasión el cómo sería darle placer a un hombre? Tal vez porque queremos sentir algún tipo de aprobación, quizás elogio, o algo similar. Y yo quería ganarme un elogio suyo. Pero había un problema, ese bendito problema que se hacía presente con forma de inhibición: la inseguridad. Esa pregunta que me carcome por dentro cada vez que me decido a intentar dar un paso al frente, ¿qué pasa si lo hago mal?

Bueno, esa pregunta rondaba por la habitación, como quien quiere llamar la atención de alguien. Pero para mi suerte —o contemplado desde otro modo, mi desgracia—, JungKook se encargaba de acaparar mis sentidos, metiéndome en la cabeza cosas peores que la misma inseguridad.

—¿Estaría eso bien para ti? –JungKook susurró con su voz empañada de anticipo, sus largos dedos apenas rozaban mis muslos, creando un contacto que era poco para ser caricia y más para ser un roce. Levantó la cabeza un poco y así se encontró con mis labios, apenas tocándolos, pero dejándolos cerca–. Quiero que me tomes, YoungSoo, quiero sentirte de verdad y ya no tener que imaginar cómo sería.

Su tono delataba sin pudor su necesidad asociada con la urgencia, como una canción de lo más erótica, una canción para engatusar y convencerme de hacer aquello que nunca creí posible. La virginal y avergonzada YoungSoo estaba a punto de hacerle una paja a su mejor amigo. La mezcla de sus palabras roncas, su cercanía, sus caricias y ahora los besos mojados y ruidosos que repartía por mi cuello maltratado, eran la combinación perfecta para conseguir que accediera a lo que sea. Yo asentí rendida por el éxtasis que su misma persona me provocaba en todo mi cuerpo, y JungKook suspiró como contento.

—Quítame el cinturón, anda –su pedido de colaboración y participación por mi parte habían sido el principio detonante de mis nervios.

Las orbes negras, con puntos blancos de su brillo especial perforaban mis acciones. Con mis manos temblorosas, que ya se hallaban en su cinturón negro, comencé a desabrocharlo, quitándolo de la hebilla con parsimonia estresante. Una vez abierto, levantó las cejas expectante. Y comprendí que tal vez debía seguir. Tragué duro y entonces continué con mis primeros pasos, desabroché también el botón de su pantalón negro, y bajé el cierre apretado de éste, tratando de no pensar mucho que ahí debajo su miembro erecto esperaba por mí. Ambas manos quedaron heladas después de aquello, ya tenía una clara vista de su ropa interior casi tan oscura como su pantalón, con ese prominente bulto marcado apuntando hacia arriba.

Inesperadamente JungKook tomó mis manos sin movimiento, seguramente por haber sido testigo de mi semblante extraño, y aprovechando el roce en el camino, las llevó hasta su pecho, en el primer botón que había abrochado. Allí las dejó, y no tuve que ser muy lista para saber qué quería. Entonces, como pude, con ese pulso que no me ayudaba demasiado, abrí botón por botón su camisa, dejando a la vista su piel inmaculada y sus músculos codiciables. Una vez terminada la tarea, no se hizo esperar demasiado para llevar mi mano hacia su parte baja, dura y prominente, por encima de su ropa interior.

—¿Estás segura? –me preguntó, pero yo no podía tener en mente otra cosa que no fuese lo malditamente caliente que era la escena, y lo paciente que estaba siendo a pesar de todo.

teacher | jeon jungkook +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora