Capítulo 30 - 'Entre labios'

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– Ya me di cuenta – dice Franco mientras muere de la risa, me quedo en su lugar de la cocina y luego escucho que golpean la puerta, Franco camina hacia ella para abrirla ya instante Ian entra como si estuviera en su propia casa. Él se quita un gorro color blanco de lana que llevaba en su cabeza y luego camina hacia mí.

Franco cierra la puerta y comienza a ordenar los cojines del comedor los cuales están algo desordenados.

– Hey – dice Ian al momento de quitarse su chaqueta – ¿Qué estás haciendo? – él me rodea de la cintura, me besa la mejilla y luego se aparta para quedarse a un lado de mí.

– Estoy... estoy – ¿Qué era lo que estaba haciendo? Los besos de Ian me han desconcentrado un poco – ¡Ah! Chocolate, Franco quería preparar chocolate caliente pero como no sabe lo estoy ayudando.

– Cierto, el cumpleañero – dice Ian con una sonrisa algo malvaba mientras pasa su lengua por sus dientes y luego se muerde el labio.

– Hey Jersey – dice Franco cuando aparece con nosotros, pero Ian lo interrumpe y no lo deja hablar.

– Franco – le llama Ian – Feliz cumpleaños.

– Mmm, gracias – responde Franco algo incómodo, yo apago la cocina una vez que el chocolate está listo, le digo a mi hermano que puede dejarlo en alguna tasa y luego beberlo. Franco camina hacia la cocina, Ian no lo deja pasar y ellos comparten miradas – Necesito pasar – dice Franco incómodo.

– No antes de que te de tu regalo de cumpleaños – dice Ian con una sonrisa tan malvada que llega a darme algo de miedo.

– Ian – le advierto, pero él no me escucha, Ian solo sonríe y mete la mano en el bolsillo trasero de su pantalón, Franco traga saliva y luego veo como Ian sonríe con poca gana al momento de entregarle algo que no logro ver que es.

– ¿Y esto? – pregunta Franco confundido.

– Popó de perro – dice Ian rodeando la mirada – Son 40 dólares en cupones para pizza – Oh dios es un talonario de cupones, por un momento de verdad pensé que Ian le había puesto basura de algún perro callejero en la mano a Franco.

– Gracias – le dice Franco con una sonrisa algo nueva para mí.

– De nada – responde Ian. Franco se sirve algo de chocolate y se lo va a beber a su cuarto, yo me quedo con Ian un rato en el comedor, pero luego nos da frío así que nos encerramos en mi cuarto.

Nos sentamos en el suelo, Ian lanza una de mis mantas sobre nosotros y miramos televisión por un rato. Dejo caer mi cabeza en su hombro y cierro los ojos; no tengo sueño, pero estar así con él llena mi alma de una forma tan grande que no logro llegar a creer que esto es real.

– Jersey – Me froto mis ojos cuando los abro, miro a Ian y espero que hable, pero él no dice nada.

– ¿Qué? – Pregunto riendo – ¿No vas a decirme nada? – Ian se me queda viendo y luego se lanza lentamente encima de mí, me quedo acostado de espaldas en el suelo mientras que Ian se sube sobre mí, nos miramos por un rato y luego él acerca sus labios a los míos.

Ian no me dice nada ya que sus labios están ocupados besándome, paso mis manos por encima de su espalda, Ian las toma y las acerca al borde de su remera. Él se la quita pero con mis manos y luego nos separamos un momento, finalmente siento la electricidad que provoca tocar la espalda desnuda de Ian, él continua besándome y baja sus labios hasta llegar a la altura del cuello, donde comienza a succionar y a dejar marcas rojas. Yo me muerdo el labio nervioso mientras Ian comienza a poner sus manos debajo de mi remera, tiemblo al sentir sus palmas heladas, el hielo de ellas provoca un pequeño dolor que va disminuyendo poco a poco, Ian con un movimiento rápido baja sus manos hasta mi cintura y luego levanta lentamente mi remera, yo muerdo su lóbulo con dulzura y eso provoca que Ian acelere la forma en la que me quita la remera, en tres segundos la tengo afuera para que Ian pueda besarme con toda la libertad que él desea.

No me percaté que antes de que comenzara todo esto, Ian había apagado la televisión, así que lo único que se escucha en nuestro cuarto son nuestros labios.

De pronto Ian pierde la cordura y besa uno de mis pezones, me sonrojo completamente y me muerdo el labio con deseo cuando él pone sus dientes sobre él y lo muerde con una brusquedad que raramente resulta ser placentera. Ian presiona sus dientes y yo por reflejo rodeo su cintura con mis piernas y levanto mi cuerpo levemente. Ian continúa besándome para luego regresar a mis labios, yo hago que el beso sea profundo en el momento que dejo que Ian meta su lengua en mi boca, él examina cada parte de mí para luego alejarse un momento para respirar.

Juego con su cabello mientras Ian me muerde el lóbulo, permanecemos en silencio hasta que Ian lo rompe con dos palabras que se le escapan sin querer.

– Te amo – susurra mientras me besa, él reacciona y se aleja de mí – Ósea, te quiero, pero... pero... no era, o tal vez... yo...

– Te amo también – susurro, Ian se me queda viendo, me levanto y aun permaneciendo sin remera nos volvemos a besar esta vez con más dulzura.

– ¿Me amas? – pregunta Ian mientras besa mi mejilla y acaricia una de mis manos.

– Te amo un montón – Ian suelta una carcajada y comienza a llenarme de besos, yo nuevamente me dejo caer al suelo pero cuando un escalofrío se me escapa, Ian se detiene y me dice que es mala idea exponerme al frío, yo le digo que todo está bien pero aun así él me pone la remera.

Nos lanzamos a mi cama y yo abrazo a Ian, beso su pecho y cierro mis ojos para hacer que esta calma tenga una duración infinita, pero de pronto el teléfono de Ian suena y él lee unos mensajes, arruga la nariz y me mira preocupado.

– ¿Qué sucede? – Pregunto, pero él no me responde – ¿Qué sucede? – Repito, Ian se muerde el labio y me entrega su teléfono. Lo que leo es un mensaje de Mirko, el cual dice "Los Animales quieren reunión con tu grupo mañana a las 11 de la noche, Jersey debe estar allí también, y si no lo está, se encargaran de llevarlo; así que es mejor que ambos vayan, o nada bueno ocurrirá... lo siento, pero no puedo hacer nada contra ellos."

Sobre La MotocicletaWhere stories live. Discover now