-Sé que odias estas fiestas, pero al menos haz un esfuerzo. No estés apartada como siempre, ve a hablar con algún invitado.

Devi tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para no poner los ojos en blanco ante las palabras de su madre. Apretó los labios con fuerza y, tratando de mostrarse lo más impasible posible, respondió:

-Creo que prefiero quedarme ante aquí antes que meterme en conversaciones baladís sobre qué cirujano plástico hace que tus tetas parezcan más naturales y qué tipo de azul es el que se lleva más esta temporada.

-¡Deborah! – Exclamó Victoria recriminatoria ante el comentario de Devi, girándose completamente hacia su aburrida hija, quien no parecía afectada en lo más mínimo por la alarma de su madre. Al ver la indiferencia de Devi, Victoria dejó caer durante unos segundos su murallas y soltó un suspiro: - Debo volver con los invitados. Y tú deberías hacer lo mismo. Sabes que a tu padre no le gustará ver que te has auto condenado al ostracismo.

Y sin decir ni una palabra más, Victoria se alejó de Devi con su característico paso grácil y se acercó al grupo en el que John era el centro de atención. Cuando llegó a la altura de su marido, entrelazó su brazo con el de él y al instante se enfrascó en una conversación con el resto de personas, con su sonrisa de perfecta anfitriona y aquel porte que la hacía parecer una reina.

Y mientras Devi observaba aquella escena, no pudo evitar sentir un cierto rencor hacia su madre. Victoria, a la que Devi consideraba una mujer dócil y obediente, alguien sin ningún tipo de personalidad que vivía única y exclusivamente para complacer a su marido. Y que probablemente su único objetivo cuando tenía la edad de Devi había sido llegar a ser el tipo de esposa que era en ese momento.

Lo que no sabía Devi era lo increíblemente lejos que se encontraba de la verdad.

No obstante, dado que en aquel momento aún era completamente ajena a la verdadera mujer que se escondía tras la máscara que siempre llevaba Victoria Matthews, Devi soltó un suspiro y, ligeramente alentada al ver que por fin se había dispuesto la variedad de postres, se acercó a las enormes mesas que, junto a los músicos que tocaban frente a los enormes ventanales que daban al jardín frontal de la mansión, disponían toda clase de postres.

Con suerte, Devi pasó casi desapercibida mientras atravesaba el enorme salón, sin contar unas tres ocasiones en las que había tenido que detenerse momentáneamente y esbozar su mejor sonrisa de niña rica malcriada cuando alguno de los invitados la había acorralado para exclamar lo preciosa que se encontraba aquella noche.

Pero todo aquello pareció dejar de tener un hueco en la mente de Devi cuando al fin pudo llenarse el plato de tarta de chocolate negro con naranja, bombones de licor, fruta fresca recubierta de chocolate con leche, y todo tipo de dulces que le harían la boca agua a cualquiera.

Devi siempre había sido una de esas personas con un hambre voraz, pero en lo que concernía todo tipo de dulces, ese hambre voraz parecía aumentar, pues siempre había sido increíblemente golosa.

Y precisamente estaba deleitándose con la tarta de chocolate con naranja cuando sintió una presencia a su lado, seguido de una voz pícara dotada de un gran sarcasmo que dijo:

-Menudo fiestón, ¿verdad? Ojalá no terminase nunca.

Con la boca tan llena de tarta que Devi temía parecer un hámster, la joven se giró para descubrir junto a ella a Phil, que aquella noche estaba exultante. A pesar del elegante traje negro que llevaba, su pelo estaba revuelto, lo que no hacía más que intensificar su atractivo. Sus perfectos dientes blancos relucían en una bonita sonrisa y, aunque Devi no se percataba de ello, la observaba con aquel brillo con el que tan solo se mira a la persona que te ha robado el corazón.

Warrior | l. t. |Where stories live. Discover now