Despedida

2.6K 113 174
                                    

- ¿Magnus? – Repitió Alec alejando a Edrian quien aún se miraba muy aturdido. – Escucha...

- ¡Ni lo pienses! – Le dijo Magnus y cerró la puerta retirándose de la habitación ferozmente.

Alec le llamo, pero nadie volvió. El Cazador miro a Edrian. – Debo ir tras él. Malinterpreto todo.

- ¿Malinterpreto?

- Edrian, sabes por qué lo hice ¿Cierto?

- ¿Alec?

- Aun no estás bien. – Confirmo Alec y ayudo a Edrian a volver a la cama. – Mírame, ¿Sabes en dónde estás?

- En el Basilias, tú me lo dijiste.

Alec respiro. – Así es, y voy a dejarte un momento, necesito...

- No te vayas, por favor.

- Tengo que ir con Magnus, lo siento. – Alec no se quedó a dar más explicaciones, se zafo del agarre que Edrian había tenido en su brazo y salió de la habitación.

Alec había pensado que tendría que ir en busca de Magnus, se sorprendió cuando le vio en el pasillo esperando por él.

- De acuerdo, Lightwood. – Le dijo el brujo con ojos encendidos. – Te escucho.

- Edrian estaba bajo un encantamiento, estaba intentando hacerse daño el mismo, necesitaba detenerlo y...

- ¿No se te ocurrió una mejor idea?

- No se me ocurrió nada, solo...

- Viste la oportunidad de besarlo.

Alec se miró como si Magnus le hubiera golpeado. - ¿Por qué lo dices como si creyeras que yo buscaba eso?

- Nadie besa a alguien más si no quiere hacerlo, Alexander.

- Magnus, yo no quería besarlo.

Magnus le miro como si él supiera algo que Alec no. – Creo que si querías, lo has querido desde hace tiempo. - La mirada de Magnus cambio. – Pero, ¡debiste decírmelo! ¡Debiste hablarme con la verdad! ¡debiste...!

- No, no, Magnus... - Alec intento tomar la mano de Magnus. – Yo no necesitaba decirte nada, porque no hay nada, no...

- Deja de engañarte, Alec y ¡Deja de engañarme!

- ¡Nunca te engañe! ¡nunca haría eso! ¡Quería salvarlo!

- ¡LO BESASTE! – Le grito Magnus perdiendo el control y alejando su mano de la de Alec violentamente.

Alec no podía recordar si alguna vez Magnus le había gritado o había estado tan enfadado con él. Hubo silencio desgarrador entre ambos por unos segundos, como si el grito de Magnus hubiera roto algo entre ellos. La puerta de la habitación en donde estaba Edrian emitió un sonido leve, alguien había entrado a ella, ninguno de los dos giró para verificar, no les era importante en lo absoluto el mundo a su alrededor en esos momentos.

Alec cerró los ojos con fuerza, sentía como si una roca estuviera subiendo por su pecho hasta su garganta, rompiendo y rasgando todo a su paso. – Mi amor, yo...

- ¡No! Ni se te ocurra, esta vez no.

- ¡Magnus! Debes dejar que te explique, yo no...

- Lo has dejado más que claro, querías salvarle. Bien, lo has conseguido, has hecho más que eso en realidad, ahora ninguno de ustedes dos olvidara tu gran acto heroico, y tampoco yo... - Magnus no aparto su vista de la de Alec. – Nunca voy a olvidar esto. Porque entre todas las personas, ¡tenía que ser él! – La voz de Magnus sonó con desprecio al referirse a Edrian. – él, que logro entrar en tu corazón, el único a quien podría temerle por robar tu interés.

Guerra FríaWhere stories live. Discover now