reconciliación

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Magnus se deshizo de las cosas que había sobre el escritorio, el ruido del computador al caer atrajo la atención del ojiazul. -te la descontare de tu mesada- dijo  con una sonrisa.

-no importa- Magnus lo beso con ansia- quizá logre que seas generoso- dijo con voz seductora,  sujeto a Alec del trasero y con puso sobre el escritorio.- te haré mio Alexander, ya fui tuyo, ahora seras mío.

Las manos de Magnus expertas se movían en el cuerpo de Alec, sus labios recorrían la piel desde el cuello hasta el hombro. La respiración del ojiazul se acelero.

-espera- dijo entre jadeos, -alguien podría entrar.

El moreno hizo caso omiso de la advertencia, y siguió desnudando al ojiazul.

La piel de Alec era suave como la de un bebé, olía exquisita, su aroma era como una droga para Magnus, lo hacia perder el poco control que tenia.

Sus uñas marcaron la blanca piel del ojiazul, sus labios dejaron huellas rojas alrededor de su cuello.

Alec respiraba como si acabara de correr un maratón, sus manos llenas de purpurina, ahora estaban en el trasero del moreno y lo sujetaban firmemente.

-te amo Magnus. Te amo, te amo...- unas palabras que hicieron que Magnus se dejara arrastrar por la lujuria, con velocidad, acostó al ojiazul y sin darle tiempo de reaccionar se introdujo en él. El chico cerro los ojos y gimió tan fuerte que muy probablemente el piso entero lo escucho, Magnus se sintió satisfecho, ahora todos sabrían que Alexander Lightwood tenia dueño.

Alec lo miro, sus ojos azules ahora lucían casi negros, Magnus inicio con movimientos lentos que pronto se convirtieron en tempestad, sus sentidos estaban al máximo, Alec gemía con fuerza en cada movimiento, ahora eran uno solo, sus cuerpos, sus almas y sus vidas.

Ese día el ojiazul conoció el paraíso, un paraíso que solo podría visitar con el hijo de un demonio.

Sus  labios se unieron y se dejaron llevar al éxtasis.

****

La sonrisa de Magnus iluminaba mas que el sol de primavera -jamas habría imaginado que fueses... Mmm... Tan poco discreto.

-¡Magnus!- reclamo un sonrosado Alec.

-me encanta!.- Magnus le dio un casto beso

- dudo que pueda salir caminando de aquí y eso sí es preocupante.

El moreno soltó una carcajada.

La puerta se abrió de golpe -¿que nadie sabe tocar o que?!- dijo Magnus con molestia que se perdió cuando vio de quien se trataba. Maryse estaba en la puerta, su mirada dejaba mas que claro que estaba furiosa.

-Alexander, necesitamos hablar- la mujer no se inmuto ante su desnudez.

Alec mas rojo que un tomate, se había cubierto con la camisa del moreno- mamá, creo que no es el momento.

Magnus había comenzado a vestirse, con su calma habitual.

-Bane, podrías dejarnos solos- parecía mas una orden que una petición.

-claro que sí, suegra- Magnus, dio un casto beso a Alec, y salio esta vez con la playera del menor, ya que Alec aun usaba la suya para cubrirse.

Ante esas palabras la mujer se puso morada, parecía a punto de vomitar.

-ponte la ropa Alexander- ordenó. Alec obedeció enseguida. -se puede saber ¿que significa eso de que te casaste?

-mamá...

-Alexander, yo te amo y siempre te he apoyado en cada decisión, pero esto es demasiado. Quiero saber bajo que condiciones lo hiciste.

Alec saco el documento y se lo entregó a su madre. La mujer lo leyó demasiado rápido, después se lo devolvió.

Caminaba de un lado a otro en silencio, pero el sonido de sus tacones estaba a punto de ocasionar un ataque de ansiedad en el ojiazul, por fin se detuvo y camino hasta su hijo y lo abrazo.

-Alec, mi bebe ¿estas consiente que en ambos casos pierdes tu?

-no es así mama.

-esa boda no es una cadena para Magnus, es una para ti, de ahora en adelante tendrás que trabajar mucho, y el solo debe pedir y sin dudar le darás todo lo que quiera,

-eso no pasará

-claro que sí, porque lo amas, no tiene obligaciones mas aya que ser tu esposo. Y si se separan, además de un corazón roto, no te quedara nada.

-el convenio dice que me dará la mitad de...

La mujer lo interrumpió -solo pides el departamento de nueva york, es el único bien que esta registrado.

-aquí tengo  todo lo que necesitó y más. Además si decide irse, aunque me dejara toda su fortuna, yo me quedaría sin lo único que me importa.

-no me agrada, pero te apoyaré

-lo se- el ojiazul sonrio

-has que no me diga suegra, es horrible- ambos sonrieron

-te amo mamá.

-yo te amo a ti Alexander.

El celular de Alec comenzó a sonar.

-que sucede?, Isabelle.

-necesito a Magnus aquí, debe ayudarme con la organización de la fiesta!

-no se supone que ya tienes todo listo?

-por el ángel! Alec, voy llegando a París. Llame al papa de Magnus y él me dijo que estaba contigo.

-Isabelle ¿porque llamaste a su padre?

-Magnus no coge el móvil.

-eres aterradora ¿sabias?.

-lo sé, ahora pon el trasero de tu novio en un avión directo a París- la chica colgó.

-era Isabelle- dijo Alec a su madre -necesita la ayuda de Magnus para organizar su fiesta.

-típico de tu hermana- la mujer suspiro- en fin. Yo también iré, si tu quieres podría ir conmigo, ya se que tu aun tiene pendientes.

-gracias mamá, iré a buscarlo.

Ambos salieron de la oficina.

***
Alec encontró a Magnus conversando con lydia.
-aquí estas

-¿como te fue con mi suegra?- el moreno abrazó a Alec.

-bien, pero, no quiere que le digas suegra

-y justo así le diré- dijo con maldad.

-Magnus!- reprochó

-esta bien, no le diré así.

-Isabelle quiere verte en París.

-tu querida hermana quiere arruinar mi luna de miel.

-si tu quieres podemos posponerla, organiza una fiesta y vayamos de viaje.

El moreno se animó -hecho!, entonces volvamos a París.

-no... Yo aun no iré... Tengo pendientes aquí.... Iras con mi madre- dijo con precaución

-¿con Maryse en un avión?

-¿podrás hacerlo?

-por ti, lo que sea- y lo beso

De pronto Alec fue consciente de las muchas miradas sobre ellos y enrojeció. Ambos traían la camisa del contrario. Y después de los sonidos procedentes de la oficina, Alec suponía, que todos sabían, lo que acababa de hacer.

Tomo a Magnus de la mano y lo arrastro lejos- ¡Lydia por favor podrías mandar a alguien a limpiar el desorden de la oficina de mi esposo!- grito el moreno mientras era arrastrado por Alec, ocasionando que este enrojeciera aun más.








Malec  Te protegeréWhere stories live. Discover now