pandemonium

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El ojiazul estaba preocupado por magnus, quien aun estaba encerrado en su habitación. Sabia por las cámaras que coloco mientras limpiaba esta mañana, que estaba tirado en la cama con la cabeza bajo las almohadas. Pero no quería pasarse espiando así que se puso a ordenar todo a su paso.
El móvil comenzó a sonar.

-señor lewis.

-ya esta su pedido, estoy fuera de la dirección que me dio.

***
Quería que la tierra lo tragara, jamas en su vida le había pasado algo así. No tenia noción de cuanto tiempo había pasado con la cabeza bajo las almohadas Perdido en su vergüenza.

-Magnus!, hey Magnus!- Alec sonaba preocupado pero el no contestó, ni pensaba abrir.- voy a entrar-advirtió el ojiazul. por supuesto! Seguramente no existían las cerraduras en el mundo de Alexander.

La puerta se abrió pero no se escucharon pasos.
La curiosidad lo venció y se incorporo.
El ojiazul estaba parado a un lado de la cama con una caja, la cual abrió y le mostró una pizza de pepperoni.
Se sentó a un lado de Magnus y le ofreció una rebanada, el ojiverde lo ignoro.
Al no recibir respuesta del moreno, Alec mordió la rebanada de pizza - mmmm... Esta pizza es la mas deliciosa que jamás he probado- dijo saboreando.

Por mucho que lo deseara su cuerpo no cooperaba con su orgullo, la verdad es que moría de hambre y después de escuchar al león que tenia por estomago le arrebató al ojiazul la rebanada que comía- dame eso!- espeto.

Alec lo miro divertido y tomo otra rebanada.

Magnus no lo pudo evitar y sonrió ampliamente.- eres un idiota!

-lo se

- prometiste protegerme y casi logras que muera con esa comida del infierno-

-lo siento- miro a Magnus a los ojos- es un error que no se repetirá, prometo que te lo compensaré.
El ojiverde pudo notar la culpa en los ojos de Alec. Pero no podía evitar sacar provecho de la situación.

-Bailaras conmigo esta noche- dijo firmemente.

El ojiazul hizo una mueca y asintió, se puso de pie.
-iré a arreglar mis pertenencias-informo-si necesitas algo solo dímelo- antes de retirarse saco un frasco de su bolsillo y se lo entrego al moreno.
Era exactamente el mismo tono que rompió presidente esta mañana.

Ese chico era sorprendente, la impresión que tenia Magnus de él comenzó a cambiar. Era atento, cuidadoso y pese a su cara seria, le gustaba,- oh! Por todos los Dioses! Me gusta! - No solo físicamente y no solo para pasar un rato o una noche, esto iba mas allá.

***
Llegaron al lugar donde se leía en letras enormes pandemónium. El chico de la entrada los dejo pasar inmediatamente, Alec se pregunto cuantas veces había ido Magnus a ese lugar si se acababa de mudar a nueva york apenas un mes atrás.

Se dirigieron a la barra
- que te pido?

-yo no consumo bebidas embriagantes-

-solo una- rogó

-gracias Bane, pero estoy en servicio.

-aburrido!- dijo con burla

-gracias, pero mi idea de diversión no consiste en perder la conciencia en el alcohol y al día siguiente retorcerme de dolor por la resaca.

-entonces en que consiste tu idea de diversión?, de verdad alexander dudo que  sepas lo que eso significa.

-quizá tengas razón-  murmuró.

Magnus pidió y bebió tranquilamente.  Después de un rato depuso de pie.

- vamos a bailar.

- oh! No, por favor- rogó

- me lo debes- jalo al ojiazul a la pista.

Y como si el DJ estuviera conspirando a su favor, el ritmo de la musica fue mas lento. Sus cuerpos se movían en total sincronía como si fuesen dos engranajes en un reloj. Sus corazones sin embargo, latían como dos corceles salvajes corriendo en la pradera. Había muchas personas a su alrededor pero este momento solo era suyo.

La musica se acelero y como lo bueno no dura para siempre Alec regreso a la barra.
Una chica se unió al ojiverde y comenzaron a bailar muy pegados, con movimientos muy sensuales.

Magnus se sintió molesto, Alexander ni siquiera lo miraba. Y su molestia aumento cuando un chico de cabello castaño claro se acerco al ojiazul y le dijo algo al oído, este se sonrojo y respondió con una sonrisa. -quien se cree ese tipejo para hablarle a mi ... A mi... Ami Alec. Porque es mío- no supo como pero cuando se dio cuenta ya estaba a sus lado
- llamame- dijo el castaño entregando una tarjeta a Alec.

Pero magnus se  la arrebato, la rompió y le arrojó los trozos. - no te va a llamar, ahora ¡largo!-

El castaño puso cara de incredulidad pero se marcho.

-acabas de asustar a ese chico.- alec sonrió divertido

-tu deber es cuidarme, mi vida podría estar en riesgo y tu solo coqueteas en lugar de hacer tu trabajo!- hablaba muy enojado, pero Alec no se inmuto ni contesto, llegaron mas bebidas y Magnus tomo una tras otra, " celos, esto eran celos, tenia unas ganas tremendas de besar a alexander y mostrarle que era suyo y no solo eso lo deseaba, deseaba a ese mal vestido chico, y estaba enojado de que alguien mas lo hiciera sonreír, las sonrisas del ojiazul solo eran suyas y no las iba a compartir".

Después de muchas bebidas y silencio entre ellos Alec por fin habló.
- Bane, creó que debemos irnos. Ya es tarde y mañana tenemos que estar con Isabelle.

-mira niñito- lo soltó como si fuese un insulto - no te metas en mi trabajo cuando ni siquiera haces bien el tuyo.-

La mirada de Alec se endureció, llamo al joven de la barra, pago la cuenta y arrastro a Magnus fuera del club.

En cuanto el aire toco la cara del ojiverde se mareo, tanto que  Alec tuvo que cargarlo hasta el auto.

Lo coloco en el asiento trasero y esta vez no protesto. Llegaron a su departamento y el ojiazul cargo a magnus hasta su habitación. Lo acosto en su cama, sus miradas se encontraron y de pronto ahí estaban perdidos en el espacio con las emociones haciendo fiesta en su interior.
-eres hermoso- acaricio su mejilla

-tu también lo eres

-Alexander..

-¿si?

-me gustas.

El corazón de Alec casi sufre un infarto solo pudo decir - estas ebrio, descansa

-alexander

-si?

-quedate- suplico

Alec le entrego una pijama, tomo un respiro, mucha fuerza de voluntad y negó - sera en otra ocacion-  y salio de la habitación.

Magnus se quedo pensando en que esa mañana no imaginaba que alexander fuese tan interesante. En tan solo unas horas había revolucionado su vida.

-quizá el sea el indicado- pensó

Alexander tenia una sonrisa en el rostro después de todo quizá si tenia un tipo

-Quizá sea el momento de enamorarme- penso

Malec  Te protegeréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora