hogar

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Ordeno su escritorio por décima vez, no sabía exactamente que tenía Simón que la hacia sufrir de ansiedad.

-buenos tardes señorita Lightwood- la interrumpió una voz bastante varonil.

- por el ángel!, Simón que no sabes tocar.

-lo siento- Simón lucia avergonzado -  Jace me dijo que su sistema esta fallando, otra vez.

Isabelle se daba de topes mentalmente, su sistema no fallaba, había mentido para que enviaran a Simón y olvido planear con anticipación lo que le diría- si, claro... Mmm... Esta un poco lento.

Simón la miro confuso pero se acerco a la computadora. - ¿puedo?- dijo al ver que Isabelle no le daba espacio, inmediatamente esta se hizo a un lado.

Se paseaba de un lado a otro con la elegancia y sensualidad que solo a ella la caracterizaban, sin embargo, Simón no lo noto, su vista estaba en la pantalla.

***
Jace le había pedido ir a revisar el sistema de la computadora de Isabelle, no recordaba exactamente cuanto tiempo había pasado desde que había ido, Probablemente un par de meses.

Cuando entro a la oficina de la chica, la observo como siempre lo hacia, Isabelle era hermosa, pero a estas alturas después de haberla tenido frente a él tantas veces y haber sido ignorado cada una de ellas, era perfectamente capaz de controlar los nervios que lo embargaban cada vez que la veía.

Estaba revisando el sistema y no encontraba falla alguna. A su parecer todo estaba perfecto. A diferencia de las otras ocasiones Isabelle permaneció en la oficina y parecía observarlo.

-Simón-  la pelinegra puso las manos sobre el escritorio justo frente a él. Simón no respondió, levanto el rostro y miro a Isabelle directamente a los ojos para no distraerse en su pronunciado Escote- ¿te gusta bailar?

La sorpresa de Simón fue inmensa, Isabelle apenas y si le dirigía la palabra y¿ahora le estaba preguntando por sus pasatiempos?- no se bailar- dijo simplemente y continuo trabajando.

-perfecto! Yo te enseñare. iras conmigo a bailar esta noche- no era una pregunta.

Simón arqueo una ceja, la idea le encantaba, pero tenia mucho trabajo y estaba en época de examenes. aunque salir con Isabelle era el sueño de cualquiera, el tenia una lista de  prioridades, y arriesgar su futuro por ser el pasatiempo de la hermana de su jefe no era una de ellas.

-todo esta funcionando bien con su sistema- dijo poniéndose de pie- y gracias por la invitación pero no me es posible acompañarla.

Salio del lugar dejando a una sorprendida Isabelle.

Nunca nadie la había rechazado.

***
Era muy tarde, las gotas de lluvia golpeaban contra el cristal. Alec estaba en su consultorio, con la mente perdida en unos ojos verdeamarillos.
Extrañaba a Magnus y sus locuras,  sus comentarios en doble sentido, sus berrinches y su purpurina.

Los días aquí se le hacían eternos y aunque amaba este lugar, sabia que no era su hogar, De hecho, justó ahora no sabia si había un lugar al que pertenecía.

***
Isabelle se levanto muy temprano, uso un hermoso vestido blanco que le quedaba como una segunda piel. En cuanto vio a Simón salir de su casa se apresuro a su auto.

Toco el claxon y el chico volteo -hola Simón, quieres que te lleve.

El joven la miro con la boca abierta- yo... En realidad creo que eso la desviaría  mucho.

- eso no importa, tengo tiempo de sobra, sube-

Iban en silencio hasta que la curiosidad gano la batalla -¿que esta haciendo aquí?

- al parecer, te doy un aventon.

-me refiero al lugar, ayer por la mañana me pareció verla ejercitando.

Isabelle sonrió radiante -
vivo frente a tu casa.
Una vez llegaron a la escuela de Simón, dio las gracias a Isabelle y bajo del auto.
Isabelle espero a que Simón entrara al edificio cuando vio a un par de tipos empujándolo violentamente. Una oleada de enojo la inundo y bajo del auto, camino hacia ellos, las miradas se posaron en ella automáticamente, su caminar era sensual, pero sus ojos negros anunciaban ¡peligro!.
Los tipos que molestaban a Simón ahora tenían la mirada en ella.

Simón la miro avergonzado por la escena que acababa de presenciar.

se acercó al chico, y sin darle oportunidad de reaccionar lo sujeto del cuello y lo beso,fue un beso intenso, su lengua experta se abrió paso entre los torpes labios de Simón.
No era su primer beso, ya había dado bastantes besos en su vida, pero para el contó como si lo fuera. Isabelle sabia a vainilla y a él le encantaba la vainilla.

-gracias por la maravillosa noche!- dijo asegurándose de que los tipos  la escucharan y les lanzo una mirada asesina- paso por ti en la tarde- volvió a posar los ojos en Simón -cuida lo que es mío-le guiño un ojo y se marcho.

Simón enrojeció pero se irguio de orgullo, no cualquiera podía presumir de haber besado a Isabelle Lightwood y mucho menos haber pasado una noche con ella, pero él sí, y aunque era mentira, ellos no lo sabían.

Entró a clase, seguramente sus calificaciones no serian las mejores, por mucho que intentara evitarlo, sus pensamientos iban una y otra vez a unos labios rojos, y unos salvajes ojos negros.

***
Magnus había surtido la despensa y había evitado cambiar la decoración del departamento, lo único nuevo era su ropa y presidente, que la mayor parte del tiempo permanecía cerca de la puerta como su fuese otra pieza de decoración.

Por las noches soñaba  que Alec estaba durmiendo a su lado, pero al despertar siempre había un lugar vacío en la cama.

Deseaba tanto que Alec volviera, deseaba verlo, sentirlo, escucharlo.

Ya no iba a bailar a pesar de las muchas personas que lo habían invitado a salir, después del trabajo siempre volvía a casa.
Temía que Alec volviera y el no estuviera ahí para verlo.

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Malec  Te protegeréWhere stories live. Discover now