Capítulo 51

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Agaché la mirada para ver cuanto, Simón, me deseaba y me sorprendí que su miembro estuviera tan elevado y duro, lo digo porque lo toqué, y me gustó.

Volvió a colocar sus manos en mi trasero pero esta vez sirvió para bajar mis bragas y terminar de desnudarme.
Yo lo estuve masturbando hasta que decidió terminar de devorar mis senos para luego empezar con mi boca.

Metí mi lengua en su boca, él no metió la suya en la mía, así que, yo fui la que se tragó su elástica saliva. Sonará asqueroso pero aah, con amor todo es lindo.

Terminé el fogozo beso y él aprovechó para agacharse y quitarme por completo las bragas negras que portaba. Saqué mis pies de ella y Simón se quedó con la pequeña prenda...el la cara ¡Que vergüenza! Mis mejillas no tardaron en colocarse del rojo intenso. Me sentí muy avergonzada.

Me volteé para no seguirlo viendo y, también, para que él no observara mi rubor.
Al segundo siento su lujuriosa mirada en mi y al minuto nuestros cuerpos se pegaron, es decir, mi espalda contra su pecho, y así, uniéndose por fin.

Su gran miembro entró en mi vagina provocando que de mi boca saliera un gran grito, debido a que, hace meses que no teníamos relaciones. No se movió considerando el gran tamaño de su "amiguito" y que apenas llevaba dos semanas de haber dado a luz.

Simón, aún estando dentro de mi, me guió hasta la ducha, entramos los dos, me pegó en la fría pared, colocó sus manos en mis caderas y por fín comenzó a moverse.

Él lo hacía por momentos, después la que se movía era yo, sip movía este gran trasero, y así nos fuimos turnando hasta que llegamos al primer éxtasis de un delicioso orgasmo. Uno dentro del otro.

Nuestros cuerpos ya tenían una fina capa de sudor, perfecta para tomar el baño. Simoncito salió de mi, abrió la llave, me abrazó y el agua no esperó en caer sobre ambos cuerpos.

Mientras me abrazaba podía sentir a "Simoncito" hacer de las suyas y a rozar mi vientre. En pocas palabras, me volví a calentar.

Coloqué mis manos en su cuello y comencé a rozar nuestros labios. Ahora fue él quien me besó y metió su lengua en mi boca mientras con sus manos recorría las curvas de mi cuerpo.

Tomó mis piernas y las colocó a cada lado de su cintura. Me agarró del trasero para que no cayera mientras él se disponía a tomar y meterme su miembro, que digo miembro éste es un miembrote.

Mordí mi labio al sentir que entró completamente. Se comenzó a mover lenta y pacientemente, me aferré a su cuello y hombros. Esto estaba siendo sumamente placentero, nunca lo había hecho en esta posición. Me encanta la sensación, Simoncillo también.

- Aaaah Simón - Jadeé en su oido para luego lamer clavícula. Se estremeció.

Eso lo puso como loco, dejó a un lado la paciencia y me dió duro. Sus manos en mis caderas ayudaban para alejarme y acercarme rápida y profundamente. Invadiendo todo mi ser.

Mi cabeza se encontraba recostada en su hombro, la levanté para ver las expresiones de placer de
mi esposo. Su ceño fruncido y dientes apretados significan que está disfrutando de esto tanto como yo. Empecé a marearme, a ver las estrellas y a temblar ¡Claro! Ya estoy llegando.

Salió de mi por completo para volver a entrar pero esta vez de un sólo tirón y fuerza, entrando a lo más profundo que nadie jamás ha llegado. Me vine, se vino y nos vinimos en un escándaloso grito.

Me quedé sin fuerzas, tan débil que no pude ni bañarme, Simón me bañó primero y después él.
En los momentos en el cual Simón pasaba el jabón por TODO mi cuerpo me excitaba, si me volví a calentar pero ya no hice nada para volver a hacer el amor porque estaba muy cansada pero si no lo hubiese estado no saldríamos nunca del baño.
¿Por qué me caliento tan rápido? ¿Por qué estoy así? ¿Por qué tan necesitada? ¿Simón tiene la culpa por ser tan masculino y tener las manos grandes?
Mejor me callo.

Me Cambiaste La Vida (Sidele)Where stories live. Discover now