No soy como tú

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Comencé a desesperarme. Mi arma homicida —conocida por sartén— ya no estaba entre mis manos ¿Qué se suponía que haría a continuación? ¿Correr? De ninguna manera.

— Ya acéptalo, ________ — dijo Megan, riendo —. No tienes escapatoria de mi. Me parece justo que todo termine aquí, conmigo. Aunque faltan Luke y Taylor — se encogió de hombros —. Estoy segura de que estuviste pensando que todo era culpa mía.

Con cada palabra que decía, yo sentía que se acercaba más a mi.

— No — repuse —. Nunca he creído que todo esto es por tu culpa...

— ¿Ah no? ¿Segura? — su tono de voz me daba escalofríos. Definitivamente se estaba acercando a mi.

Me sentía jodidamente acechada.

— Sí — murmuré.

«Es ahora o nunca». Pensé.

Comencé a buscar el cuchillo de cocina en mi bolso. Había tanta tensión que no me podía permitir evidenciar lo que estaba haciendo; Megan me atacaría si se daba cuenta.

Pero hacerlo de manera extremadamente cuidadosa no me permitía buscarlo bien. No conseguía dar con el.

— Mira, _______, nunca dejaste de agradarme — dijo Megan. Quise bufar, pensando «qué irónico» —. Pero supongo que las rivalidades comienzan cuando una de las dos partes hace algo desagradable.

«Está hablando muy raro y eso me asusta».

— ¿Qué quieres decir? —Me hice la tonta.

— Quiero decir que esto no estaría pasando sí tú hubieras aceptado irte con ellos — explicó.

Por fin había dado con el mango del cuchillo.

Miré a Megan fijamente y deseé que las miradas mataran.

— ¡Yo no lo acepté! ¡Yo nunca quise! ¿Cuánto te cuesta entenderlo? ¡Megan, yo no quería esto! — exclamé, enfureciéndome cada vez más. Megan estaba demasiado cerca de mí, pero yo estaba demasiado exaltada para que me importara.

— No creo que eso sea verdad — sonrió. Su sonrisa comenzaba a darme asco pese a la linda dentadura que lucía —. ¿Y sabes por qué no lo creo? Porque la gente que no quiere algo o a alguien no se anda besuqueando.

Me pregunté si se refería al primer beso que Masky me había dado o si a todos los besos que me habían robado el trío de imbéciles.

Me sentí una perra por eso. Y fue triste.

«Es la última vez que alguien hace algo en contra de mi voluntad». Pensé.
«Ésta es mi vida. Es la vida. Y es una sola».
«Al diablo con ella».
«Ésta vez se hará lo que yo quiero».

Por su cercanía puse darle una patada que seguro no se estaba esperando. Quise que el cuchillo volara de sus manos, pero no había calculado bien. Ya no importaba.

Megan se incorporó rápidamente y movió su cuchillo entre sus dedos. Saqué por completo el cuchillo de mi mochila y comparé tamaños: El mío tenía más ventaja.

Gracias abuelo. Siempre afilándolos para no esforzarte al cortar.

Ella dio un salto y me dio una patada. Le rasguñé el brazo y ella gruñó, entonces ella intentó enterrarme el cuchillo en el pecho; por suerte sólo consiguió llegar a mi hombro. Aún así me dolía como el infierno.

La empujé con todas mis fuerzas al suelo y, milagrosamente, su cuchillo salió volando unos pocos centímetros más lejos de sus dedos. Me puse sobre ella e intenté inmovilizarla. Ella parecía desquiciada con todo lo que se movía para impedir que yo hiciera algo.

No Les Tengo Miedo - Fan Fic creepypasta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora