⚜Ｒａｓｔｒｏ ｄｅ Ｓａｎｇｒｅ ｙ Ｍａｇｉａ⚜

55. Frustración

× Flashback, un par de noches atrás ×

Hayley había decidido acompañar a Allegra a la herbolería más cercana -la cuál se encontraba en el pueblo a unos kilómetros de donde se encontraban-. Algunos materiales no eran tan fáciles de encontrar en la naturaleza.

Al ingresar a la casa, no se oía nada. Algo que para la híbrida era extraño. Siempre solía haber algún minimo de sonido en la casa, sobretodo si Hope estaba practicando sus habilidades, las posibilidades del hechizo que quería hacer.

La híbrida subió las escaleras rumbo al baño de la planta alta - el único de la casa-, pero al pasar por la habitación de su hija vio la puerta media entreabierta, no la oía. Quizás estaba dormida, se asomó para verle pero solo único que consiguió ver fueron vidrios desparramados en el suelo, el espejo quebrado, la cama deshecha, libros tirados por el suelo, algunas velas usadas que también estaban quebradas y desparramadas. Incluso un pequeño charco de sangre, seca, vieja, pero reciente...

Claro que Hayley se alertó. « ¡ALLEGRA! » El gritó que soltó fue desaforado.

La jovencita que estaba abajo subió rápido las escaleras en su ayuda sin saber con lo que se encontraria. Pero cuando vio el desastre se alertó también. Rápidamente fue a la habitación propia, buscó un par de velas y volvió a la parte de abajo a por el mapa del país. Tenía que encontrarla. Pronto.

× Fin flashback ×

Hayley intentaba mantenerse positiva. Tenía que esperar lo mejor, encontrar a su hija era su prioridad. ¿Acaso las habían encontrado después de tanto tiempo? Si fue así, parece que Hope dio pelea contra quien haya ido por ella.

Aunque lo que aún le parecía extraño era qué, solo la habitación de la joven fue afectada. No habían olores raros, nada fuera de lugar excepto su habitación. Algo no cuadraba. Y el paso de los días no ayudaban mucho.

Allegra lo intentaba con todo lo que tenía, su energía, su concentración, pero cuando más lo hacía, más rápido se le escapaba. Era casi imposible que algo así sucediese. Nunca le había sucedido el no poder rastrearla. Era imposible. El tiempo estaba en contra suya. Tenía que apurarse.

Por fin, las velas se encendieron.

Una flama grande y de color verde olivo. Un color muy extraño. Era el indicador que la encontró. Visualizó el lugar como pudo, pero todo era borroso y se movía rápido. Había sangre, podía sentir el dolor, árboles, no muchos detalles..

Al abrir los ojos notó como en el mapa se marcaba el sitio exacto donde se encontraba. Iba a guíar a la híbrida en la búsqueda. Fue por ello que Allegra se levantó, tomó el mapa y salió corriendo junto a Hayley a la camioneta y de allí en rescate de la tríbida.....

Caía la noche, la luna llena ilumando todo bajo su esplendor.

El ruido de la naturaleza en todo su esplendor resonaba entre los árboles, en la noche todo era como si hubiese más vida alrededor.

La híbrida y la bruja habían recorrido un pequeño trecho desde donde estacionaron su camioneta al costado del camino adentrándose al bosque Ravedale, en Tennessee, al límite con Arkansas, -donde se encontraban viviendo los últimos meses-.

Claro que ambas iban cuidadosas de sus pasos, de cualquier amenza que pudiese llegar a aparecer imprevisto. Allegra llevaba el mapa abierto ayudándole a guiarse y guiando así a Hayley.

En el profundo bosque, ambas pudieron disipar algo debajo de un viejo sauce blanco. Una especie de figura tendida en el suelo.; La visión de la híbrida la ayudó a distinguir de quién se trataba, y al hacerlo, salió a hipervelocidad a donde se encontraba ducha figura para ayudarle.

Se agachó en el suelo y la tomó entre sus brazos, girándola apenas. Se encontraba desnuda y eran notorios los cortes en su piel, revisó su pulso: su corazón palpitaba pero apenas. Estaba inconsciente.

Allegra llegó unos momentos después. Se arrojó al suelo al lado de las otras dos tirando el mapa a un costado a la par. Tomó la mano de la tríbrida y se concentró para intentar ayudarle, curarla, lo que fuese que necesitase...

Hayley estaba nerviosa, no sabía que hacer. Solo acariciaba la frente de su hija y contenía lo que sentía. ¿Enojo?¿Frustración? No estaba segura.

Cuando la menor dio la indicación, Hayley cargó a su hija y la llevó de regreso a la camioneta, se sentó con ella en el asiento trasero, cubriéndola con una manta y teniendo su cabeza apoyada en su regazo. Dejó que la rubia condujese de regreso, y claro, siempre iba vigilando por el espejo retrovisor. Algo más aliviada. Ambas lo estaban..

Simplemente era imposible de entender que la llevó a aquello. Donde terminó y porque.

« Sangre. Una espada clavada en la tierra delante de lo que parecía una tumba improvisada. Todo pasaba rápido. Dos pequeños ataudes, quizás de niños. No estaba segura. Pero éstos se encontraban en otro lado, en una especie de caverna, la misma donde aquel ataud de cristal se encontraba al principio.

Todo cambió. Era un lugar más moderno, New Orleans. Una casa con toques antigüos. Dos figuras hablando. No podía verles el rostro. De pronto, todo volvió a cambiar, un círculo de fuego, gente, personas en el centro, gritando, clamando por piedad. El fuego se avivó y todos desaparecieron.

La Fayette. El lugar estaba desierto. Una pequeña fuente y una daga parecían estar esperándola. Se acercó hasta allí, tomó la daga y al hacerlo sintió un grito detras suyo, alguien clamando su nombre, al girarse y verle, se trataba de Marcel. Pero algo más pasaba, sintió una punzada en el pecho y cuando miró, había sangre en su vestido...

Se sintió caer, todo comenzó a oscurecerse poco a poco... »

Abrió apresuradamente los ojos a la par que tomaba una bocanada de aire.

Estaba asustada, miró para todos lados. Se calmó al ver a su madre al lado suyo. Ella se acercó a la tríbida y le tomó su mano entre la propia a la par que decía

— Estás a salvo. Tranquila...

— Lo sé...

Replicó la joven aferrándose a la mano de la mujer y acomodándose nuevamente en la cama, de costado, mirándola...

— Perdón, mamá, no sé que....

— Shhhh... tranquila, ahora descansa. Luego hablaremos si quieres sobre lo que pasó.