52. Juego de brujas 2: Plan familiar

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× Tiempo presente×

Las familias, por más peleas, traiciones, penas, siempre se mantienen unidas. Y más cuando tienen un objetivo en común. Y los Gemini Originales tenían ese objetivo en común.

Lamentablemente, el objetivo siempre fue su miembro más viejo: Morraine.

El cementerio Searest Grace, en Carolina del Norte se encontraba desolado. Ni un ruido. Ni una mísera persona por esos sitios. Claro, Searest Grace no era tampoco de esos cementerios a los cuáles los familiares de los fallecidos soliesen ir a visitar muy frecuentemente que digamos. Sacando eso, aquel lugar era uno de los más viejos del condado.

Esa tarde, una neblina espesa y baja recubría las tumbas de tierra y llegaba a la mitad de las lápidas de los mismos. Era uno de esos días en los cuales aquel sitio tenía el aspecto terrorífico de alguna película de terror. Incluso cuando el sol estaba por encima.

Las ramas de los viejos árboles en forma de garras queriendo sujetar lo que fuese que pasase a su lado también parecían tener el propósito de evitar que el sol iluminase las tumbas bajo los viejos árboles.

A lo lejos, tres figuras venían caminando por entre medio de las tumbas. Los tres de diferentes direcciones, sus atuendos tenían el aspecto de gastado, viejo, casi podrían parecer vikingos. Oscuros. Descendieron la pequeña escalinata cercana a las bóvedas que daba a lo que podría tomarse como el centro del cementerio. Allí, una de las bóvedas se abrió de par en par dejando salir de ella una figura femenina, su vestido sencillo pero antigüo, su cabello negro azabache suelto por completo y cayendo por su espalda, sus ojos entre olivo y negros, pasaba su mirada de uno a otro de los que parecían estar esperándola.

— Creímos que no despertarías, hermana..

Dijo uno de los tres hombres con voz firme, parado de la misma forma, aspecto sereno. Sus ojos olivos y su cabello entre dorado y oscuro. Parecía complacido de verla al fin allí.

— Se me dificultó un poco conseguir meterme de nuevo en mi misma. No iba a quedarme dormida para siempre, ¿O si?

Su voz tenía un toque divertido, así como sus ojos un brilo espercial. Esbozó una media sonrisa ladina y luego desvió la mirada hacía otro de los hombres ya que éste habló

— Tenemos mucho trabajo que hacer. Ella no está sola. Y se ha vuelto más fuerte.

Estaba pasando un "reporte", pero a la vez parecía preocupado por esto.

— Es hora que pague por todo lo que ha hecho. Debemos aniquilarla de una vez y para siempre.

Dijo el tercero de los hombres al otro costado de ellos.

— Bien. Conocemos la situación en New Orleans, y sabemos que ella irá por la aberración que creó a la huesped... allí la atraparemos.

Sentenció la mujer decidida. Pasando su mirada de uno a otro a la vez que hablaba. Estaba decidida a todo y haría lo que fuese para destruir aquellas aberraciones. Usar lo que más quería en su contra...tal como la enemiga, a sus ojos, lo hizo siempre..

— Bien. Necesitamos un plan. Que funcione. No iremos a la ligera. Pero primero, debemos cambiarnos esto....ya no estamos en la aldea y somos nosotros mismos...

— Bien. Tenemos algo a favor: los aquelarres de New Orleans están en contra de ellos, solo debemos agitar un poco las aguas y dejar que los encuentren por nosotros...

Decía Thalia con voz algo animada. Claro que esta vez no pensaban ir ellos mismos tras su hermana y quienes estuviesen con ella. Más bien, ellos vendrían por ellos...

— Aquelarres de New Orleans.. La paz que se ha logrado en estos años ha dejado libre a esta hermosa ciudad de crímenes y guerras sin sentido. Los pobres humanos quizás crean que están a salvo, pero nosotros sabemos que no es así....Aún quedan enemigos antinaturales. ¡Debemos eliminarlos! Aún quedan aberraciones que vendrán por nosotros,a destruir la paz que tanto nos ha costado conseguir.

Thalia alzaba la voz, pasando su mirada de uno a otro de los presentes.

Se encontraban en le Cementerio de La Fayette, frente a gran parte de los aquelarres del lugar. Podía ver en ellos que acentaban a lo que la bruja milenaria decía. Murmuraban cosas entre ellos nada audibles pero seguramente concordando. Un escalón abajo de donde se encontraba la menor de los originales estaban sus hermanos mayores, observando atentos, victoriosos, como las brujas respondían ante esto.

El plan era simple: Los aquelarres sabían que el progenitor de la trihíbrida Mikaelson estaba encerrado en algún lugar de La Fayette, y conociéndoles como eran las dos que quedaban -tanto la huesped como la madre de la misma- no lo dejarían allí por más tiempo.

Si se atrevían a venir, allí esperarían y tendrían a los aquelarres bajo su control. 

⚜Rastro de Sangre y Magia⚜Where stories live. Discover now