Capítulo 23.

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—¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños a ti!

Los meseros coreaban con alegría la canción de feliz cumpleaños para JinYoung. La pena se percibía en su sonrisa y la conmoción le tomaba de la mano. Un pequeño pastel decorado con fresas se iluminaba con la llama de cinco velas multicolor, el sabor de ello no se compararía con el sazón de JinYoung al momento de preparar postres, pero siendo una sorpresa no tuvieron otra opción más que comprar uno en el supermercado.

—¡Feliz cumpleaños, JinYoung! ¡Feliz cumpleaños a ti!

—Pide un deseo y sopla las velas —dijo un muy animado y sonriente JungHwan.

El cocinero aguardó unos segundos antes de tomar aire y extinguir el fuego de las velas. El comedor se inundó con aplausos de los meseros y Margaret, quien embarró la cara de su primo con el pastel cuando le aventó contra este al momento de darle la acostumbrada mordida.
Múltiples fotos fueron tomadas, risas resonaban sin césar, comentarios alegres predominaban en el lugar.
ChanShik estaba más que feliz por su amigo, le agradaba que aquélla pequeña sorpresa organizada improvisadamente saliera mejor de lo planeado. La sonrisa del cocinero no tenía comparación esa tarde.

—Te ves gracioso —le comentó ChanShik al cumpleañero.

DongWoo y SunWoo habían ido supuestamente por platos y cubiertos a la cocina para servir el pastel. En verdad iban por los regalos escondidos en la oficina al final del pasillo.

—Tienes betún en toda la cara.

—¿Sí? —le cuestionó JinYoung con una traviesa sonrisa. Se acercó a su compañero, embarrando parte del betún en su mejilla por medio de un rápido beso —. Ahora no tanto.

—¡Que hermosos se ven juntos! —exclamó Margaret fascinada por la escena que acababa de contemplar.

El ambiente festivo impedía que ChanShik reaccionara como normalmente lo hacía. Sólo sonrió y negó ante ello.
JungHwan, para molestar, protestó pidiendo presenciar otra muestra de afecto parecida.

—Anda, ChanShik, no sé por qué te haces tanto del rogar. Hyung, besalo.

—No haré algo que mi Chan no quiera.

—¿Escucharon eso? "Mi Chan". Ah, que adorables son.

Regresaron los meseros ausentes. Dejaron los platos, cubiertos y regalos en la mesa donde todos se reunían. JinYoung había limpiado la mayoría de su rostro dejando que se apreciara la expresión de sorpresa que ahora se dibujaba en él. No esperaba recibir regalos y no lo consideró necesario.

—Les dije que no me regalaran cosas.

—¡Shh! —le silenció DongWoo— calla y abre tus regalos.

Un abrigo que le cubriese del frío, cortadores de galletas entregados con doble intención, un gorro de lana, otro abrigo, y un álbum con fotografías del último año transcurrido incluyendo varias de la semana pasada con ChanShik dentro de la pequeña familia. Todos los obsequios le fascinaron.

—¿Tú no le obsequiaste algo, ChanShik? —preguntó Margaret al notar que el menor no había entregado presente alguno.

—Mi regalo... —balbuceó de manera nerviosa, su regalo para JinYoung era distinto, nada material, algo que estuvo meditando toda la noche del sábado y las veinticuatro horas del domingo —. Se lo daré más tarde.

∵∵∵

ChanShik admiraba un punto fijo en la pared frente a él.
Su corazón latiendo no aportaba nada al sentido de la razón. Los cosquilleos en el estómago se enfrentaban a sus ideologías sobre quién era. Los enormes deseos de volver a encontrarse con JinYoung contradecían a todo aquello que le pedía a gritos controlar su pensamientos.
¿Está mal que comience a gustarle un chico? No, claro que no. ¿Está mal que JinYoung se haya apoderado de sus recuerdos y sentimientos? No, ¿pero por qué? ¿desde cuando? Era divertido, sí. Era amigable, sí. Era la única persona con la que logró acercase lo suficiente para llevar a cabo una amistad significativa. Eran confidentes. Y JinYoung siempre le pareció alguien atractivo.
Se imaginó teniendo una relación más cercana con él. Abrazos, sus manos entrelazadas, algunos besos...

—¡Basta! ¡No! —sacudió su cabeza enmarañando aún más su cabello —. Entre más tiempo paso con él más siento que me atrae —dijo para si mismo en la soledad de su pequeño apartamento —. Y aún así no puedo simplemente alejarme. Sólo quiero estar con Jin.

Tenía la mente debatida entre dejar pasar su sentir o intentar averiguar si debería dejarse guiar por esos sentimientos que nunca se imaginó experimentar.

—El lunes es su cumpleaños, debo regalarle algo.

"Lo único que desearía... No me lo puedes dar".

∵∵∵

Dieron las tres de la tarde. A pesar de cerrar a una temprana hora, los empleados seguían negándose a quedarse hasta el final para ayudar a limpiar, salvo JinYoung y ChanShik (limpiando la cocina). DongWoo lo hizo más por obligación que por favor con el apoyo de Margaret (para limpiar el comedor).

—Jin...

—¿Qué pasa, Chan?

—Tu regalo...

—Oh —dejó de lado su tarea de limpiar los platos sucios. Toda su atención se centró en ChanShik —. Bien, ¿qué tienes para mí?

Las manos del mesero comenzaron a temblar, al igual que el resto de su cuerpo. El mundo entero se sacudía para él gracias a la fuerza del latido de su corazón. Sentía la garganta seca, aún así hizo un esfuerzo por hablar con claridad.

—¿Qué es lo que tú querías como regalo?

—¿De ti? Nada —se acercó al mesero intentando apaciguar el curioso temblor de su cuerpo tomándole de los hombros —. Sólo que me dieras una oportunidad.

—Bien... Feliz cumpleaños.

—¿Perdón? Chan... ¿Qué rayos estás diciendo?

—Te daré una oportunidad.

—No. No, Chan. No hagas esto si no quieres.

—Creo que me gustas —soltó de repente el menor. Su rostro adoptó una acostumbrada tonalidad rojiza cuando se percató de lo que dijo —. Es decir... Yo...

El suave tacto de unos cálidos labios le desconcertó, sus estilizados ojos expresaban la sorpresa del momento. JinYoung le besaba, no tenía deseo alguno de separarse y quizás eso fue lo que más le extrañó en un principio. Nunca se imaginó cómo sería probar la dulzura de aquéllos labios, cómo sería sentir que en su vientre un nudo exprimía sus más escondidos deseos. Ahora que sucedía se daba cuenta de que era algo agradable, algo normal. El mayor se apartó dejándole una sensación en la boca que permanecería ahí durante al próximo par de días.

—No me empujaste ni te negaste de manera alguna —musitó JinYoung manteniendo poca distancia entre ambos. Ocultaba en su interior la emoción que besar a su enamorado le había causado —. ¿De verdad me darás una oportunidad de demostrarte lo mucho que me gustas?

—Te daré una oportunidad a la vez que me daré a mí una oportunidad.

—¿No te molestó el beso?

—¿Es normal que no me haya molestado?

La sonrisa que tanto le gustaba ver a ChanShik se hizo presente en todo su esplendor. El pronunciar de un "Sí" por parte del cocinero fue reafirmado con un nuevo beso; pequeño, dulce, cálido.

—Chan, después de esto prometo no volverte a besar hasta que estés del todo seguro. Esto lo hice por puro gusto e impulso.

—Aún debo acostumbrarme a ello. ¿No le dirás nada a los demás?

—Será nuestro secreto hasta ver si se vuelve algo oficial. No quiero que te incomoden.

—¿Y si no resulta?

—No vengas con negatividades ahora. Salgamos hoy mismo, ¿te parece, pequeño Chan?

—Me parece.

C a f f e i n e ; JinChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora