Capítulo 6.

240 23 4
                                    

—¿No creen que es hora de tener una nueva estrategia?

—¿Nueva estrategia? —reiteró el pelirosa con las mejillas llenas de comida, a lo que el joven y nuevo mesero asintió.

—Esto que están intentado llevar a cabo funciona aunque no lo suficiente.

Las demás personas presentes en la mesa escuchaban atentos lo obvio. Eran conscientes de lo que sucedía. Necesitaban de algo nuevo para ganar dinero y mantener el lugar en pie.

—Podrían seguir con la misma estrategia, pero mejorada. Agregarle algo más, algo llamativo.

—¿Y qué es ese "algo" que tienes en mente, cariño? —preguntó Margaret. Su plato ahora se encontraba invadido solamente por migajas y su rostro reflejaba satisfacción causado por el delicioso sabor del pescado.

—Nada —respondió ChanShik sin titubeos —. Pero algo se me ocurrirá.

—Yo digo que todos deberíamos pensar en algo —sugirió DongWoo —. Y para motivarnos hay que hacer un tipo competencia.

La palabra competencia despertó la curiosidad de los demás empleados. Salir de la monotonía con algo así era algo que simplemente no podían rechazar. El castaño, al ver que tenía la total atención de su compañeros, comenzó a dictar todo lo que consistía aquella competencia. Le agradaba tener tal atención, incluso si tenía que improvisar.

—El día de mañana cada uno vendrá con una idea, todas ellas las pondremos en practica a partir del lunes. Dos días cada una. Al final la idea con la que se haya generado más dinero será la ganadora.

La propuesta era buena y logró convencer a la mayoría. Margaret y JungHwan pensaron que sería algo divertido. A ChanShik le pareció buena oportunidad para adaptarse e integrarse al equipo. JinYoung dudaba si esa competencia incluía cambiar el menú, esperaba que no. SunWoo, por el contrario a los demás, necesitaba un incentivo que fuese lo suficientemente bueno para querer participar en tales juegos.

—¿Cuál será el premio? —preguntó el moreno.

—JinYoung cocinará para el ganador durante una semana.

—¿Qué? —interceptó JinYoung en la conversación con desconcierto y desaprobación. Nadie pareció prestarle atención.

—¿Y el perdedor? —cuestionó el pelirosa, que cada vez estaba más interesado en el asunto.

—Lavará los platos con JinYoung por una semana.

El chico de cabello morado parecía indignado. DongWoo había tomado aquéllas decisiones sin su consentimiento, lo malo no era eso, sino que los demás parecían estar de acuerdo. Por otro lado sabía que armar un escándalo o el solo hecho de enojarse no valdría la pena. Era una clara e improvisada jugarreta en la que con facilidad ha caído. No quedaba más que reírse de ello.

—¿Por qué soy el único que sale perdiendo en todo esto? —JinYoung recalcó las últimas palabras dibujando un círculo ilusorio con su dedo índice. Aún mostraba parte de su indignación.

—Sólo será una semana —respondió el mayor de los cuatro meseros—. Tú sólo preocupate por cocinar. Nosotros nos encargaremos de tooooodo esto —imitó las anteriores acciones de JinYoung, arrenmedandole. ChanShik no pudo evitar reír, al igual que JungHwan, SunWoo y Margaret.

—Eres imposible.

No quedaba comida alguna. Antes de limpiar, esperaron unos minutos mientras la plática entre el personal se alargaba.
ChanShik aprovechaba la oportunidad para observar el comportamiento de sus compañeros, analizar sus gestos, la forma en cómo reaccionaban ante ciertos comentarios. Era necesario saber lo más que fuese posible si es que conviviría con ellos de ahora en adelante.
JungHwan: Un chico alegre, jubiloso, fácil de agradarle y que te agrade. No tendría problemas a la hora de convivir con él. Sonreía la mayoría de tiempo y buscaba el lado positivo de la cosas.
SunWoo: El más reservado de todos. Un poco distraido, pero igual era fácil hacerle conversación. Seguido tenía la mirada perdida y sacabas temas totalmente diferentes de los que se hablaba.
Margaret: Ella da amor en exceso a todo el mundo. Quizás mantenerse un poco alejado de ella le sería conveniente.
DongWoo: Hasta el momento es con quien ha tenido menos suerte. Susceptible, quisquilloso y un poco presuntuoso.  ChanShik tendría que encontrar la complicada manera de llevarse con él.
Por último estaba JinYoung: Una persona afable, sencillo y apacible. Otro más con el que sería sencillo llevar una buen relación.

—Bueno, me retiro —dijo JinYoung, dando por concluida la hora del almuerzo —. Tengo cosas que lavar en la cocina —Un molesto sonido fue emitido de la silla cuando ésta fue recorrida hacia atrás. Tomó su propio plato, pronunciando lo siguiente antes de poder retirarse a su puesto habitual; la habitación detrás de la puerta verde —. Si alguien de milagro quisiera ayudarme, ya saben donde estoy.

—No te molestes, Jin, eso nunca pasará —respondió SunWoo con total serenidad.

El aseo definitivamente era el momento más tedioso de todos. Así como era de tedioso, también era necesario. Tener un lugar que brille de limpio es una cualidad obligatoria para poder dar una buena impresión.
JungHwan fue el afortunado al que le tocó limpiar mesas, podría decirse que era el trabajo menos pesado de todos. A SunWoo le había tocado barrer y trapear. Ahora con ChanShik en el equipo, la tarea de asear el suelo se ha dividido en dos. SunWoo barría, ChanShik trapeaba. DongWoo era el de la mala suerte por hoy, tenía que limpiar la barra y el mostrador de vidrio donde se exhibían diferentes postres como pasteles y tartas.

—¡ChanShik! —vociferó el castaño. El chico se encontraba a pocos metros de distancia, pero quería asegurarse de que le escuchara. Funcionó; el joven volteó al instante —. Seguramente los vasos que van aquí —señaló la barra—. Ya están limpios, ve a recogerlos.

ChanShik bufó sin omitir pero alguno. Ir a la cocina y traer los vasos era más divertido que trapear un piso recién barrido.
Acercándose a la puerta verde escuchó la aguda voz de Margaret reír sin parar. Al menos ella se había ofrecido ayudar al chico de cabellos extravagantes con la limpieza de la cocina.
No quería entrar ahí y que la mujer de gafas se abalanzará sobre él como lo hizo en la mañana, al momento de retirarse para empezar con la limpieza y hace unos diez minutos tras salir del baño antes de comenzar con su parte del aseo. No le molestaban los abrazos, sólo le incomodaba la melosidad de Margaret.
La puerta verde se abrió unos centímetros, lo suficiente pata observar parte de lo que sucedía dentro de la cocina. La cariñosa mujer tenía atrapado entre sus brazos el delgado torso del cocinero a la vez que sonreía y jugaba con aquéllos lacios cabellos color morado. JinYoung no le prestaba atención alguna, o eso aparentaba, sólo se dedicaba a lavar unos cuantos platos sucios que se apilaban sobre el fregadero.

—¿Cuántas veces te he dicho que te quiero? —dijo la mujer de gafas rojas y coleta de caballo. El hecho de ser totalmente ignorada no parecía importarle mucho —. Eres la persona más linda de todas, la más simpática y él más guapo de todos.

ChanShik fisgoneaba desde el pasillo. Miles de pensamientos pasaron por su mente tras escuchar tales palabras. ¿Margaret le estaba coqueteando a JinYoung? No, no era posible. Así era ella, así es ella. A todo mundo podría decirle que es el más lindo y el más simpático. Era típico, por eso JinYoung hacía como si ella no estuviera presente.
Por momentos, ChanShik olvidó la razón por la que estaba ahí.

—¡No me ignores! —exclamó Margaret. JinYoung no aguantó más, su expresión seria dio un rotundo cambio convirtiéndose en un semblante burlesco acompañado de una resonante risa —. ¡No te rías! ¡Esto es algo serio!

—Es curioso como sigues insistiendo. Ya te he dicho miles de veces que no —dijo JinYoung tratando de mostrarse adusto tras soltar tal carcajada.

—¿Por qué no? Todo lo que te he dicho es cierto.

El joven mesero cada vez se intrigaba más. No era uno de los típicos juegos de Margaret. Esta vez era un plática mucho más seria, mucho más significativa para la mujer de cabellera anaranjada.
La cabeza de ChanShik se adentraba lentamente a la cocina. Se había dejado atrapar por la curiosidad. Necesitaba ver con más detalles lo que sucedía.

—JinYoung —Margaret hizo una pequeña pausa antes de continuar —. Necesitas abrir tu corazón nuevamente.

ChanShik, perplejo, se apartó de la puerta. Su hipótesis fue confirmada. Margaret coqueteaba con JinYoung. A Margaret le gustaba JinYoung.

C a f f e i n e ; JinChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora