Capítulo 14.

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—Nuevamente gracias por estar conmigo. Quería que al menos alguien estuviese a mi lado al momento de hacer esto —dijo sin siquiera mirarle. Suspiró —. Creo que será mejor acabar con esto de una vez. No soporto sentir esto más.

Un par de pasos más fueron dados por el  cocinero, uno más y uno más. Cerró sus ojos a la par, no parecía querer detenerse. El aire frío que golpeaba su rostro lograba ser relajante.

—JinYoung... —sus palabras fueron ignoradas. Los peores pensamientos pasaron por su mente y el pánico comenzaban a apoderarse de él—. ¡JinYoung, detente!

El peligro de estar a nada de caer logró asustar al joven ChanShik. De manera involuntaria, antes de que algún horrible accidente llegara a suceder, tomó el cuello de la sudadera de JinYoung haciéndole retroceder con brusquedad al momento de tirar de tal prenda.

—¡¿Por qué hiciste eso?! —preguntó JinYoung un poco molesto debido a la inesperada manera en que ChanShik le hizo retroceder.

—¿Por qué lo hice? ¿Qué estabas haciendo tú? —inquirió exaltado —. ¡¿Estás loco o qué?!

—¿Loco? Pero si yo... Oh, pensaste que iba a saltar —comentó lo último entre risas. ChanShik sólo le miró confundido —. No, claro que no. Quería acercarme a la orilla para poder gritar. ¿Realmente pensaste que te había traído aquí para ser testigo de mi trágica muerte?

El menor no respondió. La preocupación que sentía fue remplazada por la vergüenza. En verdad creyó que JinYoung saltaría. Su corazón seguía latiendo con rapidez gracias al susto y su mente apenas podía asimilar lo sucedido.

—Tranquilo. Yo también me hubiera confundido. Creo que me emocioné y no medí mis pasos... Gracias —añadió el mayor.

—¿Ibas a gritar?

—Verás, es un buen método para desahogarse —carraspeó, rodeando sus labios con ambas manos tomó aire cual fue expulsado en un estruendoso grito —. ¡ERES UN ASCO DE PERSONA! ¡OJALÁ ESTÉS BIEN EN JAPÓN PORQUE NO TE QUIERO DE REGRESO!

Sus quejidos fueron disipados antes de poder llegar a la ciudad.

—¡TE ENTREGUÉ TODO DE MÍ Y TÚ ME TERMINASTE PAGANDO ASÍ! ¡TE ODIO!

Nadie le oiría estando en tal lugar. Suspiró aliviado, había sacado dolor acumulado de su pecho.

—Inténtalo, ChanShik.

—No sé qué puedo gritar.

—Lo que sea. Vamos, te servirá para soltar el estrés. Piensa en lo último que te haya desagradado, algo que quieras confesar pero no puedes o algo que quisieras que sucediera.

Luego de algunos segundos pensando, ChanShik tenía claro qué era lo que gritaría. Se acercó a la orilla quedando casi un metro a la derecha de su compañero, no quería aturdirle con sus gritos.

—¡QUIERO QUE JINYOUNG SEA FELIZ! —gritó el menor con todas sus fuerzas. El chico de cabellera morada quedó anonadado ante sus palabras pero sobretodo había sido conmovido —. ¡QUIERO QUE JINYOUNG ENCUENTRE A ALGUIEN QUE LE HAGA FELIZ Y LO AME COMO SE MERECE! —continuó —. ¡QUIERO QUE DEJE DE SUFRIR!

Los ojos del cocinero brillaron y sin aviso previo se abalanzó sobre el chico alto.
El rostro de ChanShik expresaba sorpresa, no era usual que alguien le abrazara de tal manera, mucho menos alguien que recién conocía. No correspondió el abrazo, no inmutó palabra alguna, pero su corazón palpitaba rápido.

—Gracias —susurró JinYoung en algo que era apenas audible.

Las manos de ChanShik se fueron elevando hasta llegar a la espalda del delgado chico. Como si todo pasase en cámara lenta, el fresco aire golpeaba contra ellos mientras ambos se encontraban ensimismados en el calor que dicho abrazo proporcionaba. Había pasado tiempo desde que ambos abrazaron así a alguien más.

—Lo siento —musitó JinYoung apartándose con lentitud del chico alto. Los brazos de ambos resbalaron volviendo a su posición acostumbrada —. Creo que te incomodé —carraspeó —. Será mejor irnos. Mañana hay que trabajar y debemos descansar.

ChanShik no pudo estar mas de acuerdo con esa proposición. Estar fuera toda la tarde le resultó algo tedioso y que no imaginaba hacer su domingo de descanso. Planeaba solamente ayudar un rato en el parque y después regresar a casa para dormir. JinYoung le había desviado por completo de sus planes.

Pasaron minutos antes de que un taxi fuese a recogerlos. Durante el trayecto de regreso comentarios acerca de lo vivido ese día eran intercambiados entre ambos durante la espera; la forma en que JinYoung sin problema interactuaba con la gente en el parque, la manera en que ChanShik dejó sin habla a varias personas con su lindo rostro y expresiones adorables —aunque este lo negara —, el lugar donde juntos fueron a comer, el cómo JinYoung conocía tal lugar que utilizaba para desahogarse y varías cosas más.
El movimiento del taxi logró arrullar a ChanShik logrando quedarse dormido. Su pecho subía y bajaba con constancia, sus labios entreabiertos dejaban que leves suspiros fuesen expulsados y su semblante reflejaba una completa tranquilidad. JinYoung no dejaba de observarle. El rostro del mesero se le figuraba a un bello gato. Apartó un mechón de cabello que amenazaba con cubrir uno de esos durmientes ojos, en verdad que ChanShik era bello.
Un tenue sonrisa se dibujo en el rostro del mayor, definitivamente podría acostumbrarse a verlo, convivir con él, su presencia le había traído cierta alegría. Las dulces palabras que le fueron dedicadas resonaban dentro de su cabeza una y otra vez. Algo tenía ese chico que desde el momento en que llegó captó su atención por completo.
Ronquidos comenzaron a hacerse presentes por parte de ChanShik, lo que ocasionó que una sonrisa burlesca pareciese en el rostro de JinYoung.
El taxi se detuvo frente al edifico donde vivía el más joven. Las calles estaban casi vacías, muy pocos autos transitaban y se podía percibir un ambiente de tranquilidad.
Linda zona para vivir. Pensó JinYoung.

—Chan... —con su dedo índice daba leves toques sobre el hombro de su compañero —. ChanShik, ya llegamos, debes bajarte —añadió sacudiéndole un poco.

De a poco los párpados del menor se fueron abriendo y un pesado bostezo acompañó su despertar.

—¿Dónde estamos? —adormilado preguntó —. Perdón por quedarme dormido.

—No hay problema. Esta es tu parada.

—Bueno, al menos pronto podré volver a dormir —dijo posteriormente bajando del taxi —. Nos vemos mañana, buenas noches.

JinYoung se acercó a la ventana de tal vehículo tras ver como la puerta de este era cerrada. Con rapidez bajó el vidrio. ChanShik se encaminaba ya hacia el interior del edificio.

—¡Descansa, Chan! —vociferó logrando que el joven de los cabellos claro volteará para encontrarse con una bella sonrisa que hizo brillar sus pupilas. ChanShik le devolvió la sonrisa.

Un gesto de despedida moviendo el brazo de un lado a otro fue efectuado por el mayor antes de pedir al conductor que siguiese con el trayecto.

—Descansa, Jin... —susurró ChanShik sin poder apartar la mirada del vehículo hasta que logró perderse en la oscuridad y el frío en esa noche de noviembre.

C a f f e i n e ; JinChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora