Dieciséis.

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-¡Volví, perros culiaos! -abracé a los cabros.

-Conchetumare, yo pensé que estabaí muerto -se rió la Jose.

-Soy un fantasma, he venido del cuerpo más carretero y hermoso del mundo -me reí.

La Cote me miraba raro. Tenía que contarle pero no al frente de los weones.

-¿Cómo les fue en el trabajo culiaos? -me acordé y ellos se miraron.

-La vieja bastarda dijo que como tú estabas con licencia, te sacaba del grupo y después te hacía un trabajo a parte -se burló la Jose.

-Cooonchetumare', fea culiá wena pal pico, ya van a ver -me enojé, ¿qué se creía la vieja culiá? -, ahora, ¿entremos a clases hueón?

**
-Pero hueón, ¿cómo chucha? Faltaste casi un mes, ¿por eso? -me dió un beso cunetiao.

-Sí, al final, se acabó la Dominic y todos ellos se fueron de mi vida -justo tocaron la campana para volver a entrar a la sala.

-El Javier me sigue weando hueón -se cruzó de brazos.

-¿No le dijiste que estabaí conmigo? Feo culiao, erí mía -la agarraré de la cintura y le toqué el culo.

-Hueón te poní caliente -se rió y me empujó -No veí que siento tu paquete.

Me cagué de la risa, ya sabía que lo tenía grande, ah.

-Fea culiá -le besé el cuello.

-Hueón, tocaron la campana, a educación física -me corrió la cara antes de que pudiera besarla y se fue a la sala.

La vieja nos hizo salir al patio mientras ella formaba grupos. Pa' mi mala cuea, MUY mala cuea. Me tocó con la Amanda. Y a la Cote con el hueonsío del Javier care' tula.

Hicimos los ejercicios y todo y al final de la clase la vieja nos mandó a jugar al paco y al ladrón. La weá infantil conchetumare.

A mí me tocó ser paco, más encima conchetumare.

Todos los hueones empezaron a pillar, a mí me importaba solo uno. El Javier culiao y su amigo. Corrí como hueón detrás de él como por dos minutos. Hasta que se me perdió de vista.

Corrí al pasillo y vi que la Cote estaba escondida pa' no ser pillá. Uff, quién fuera paco de verdad pa' meterla presa, ah.

Caminé lento para que no se diera cuenta de que la iba a pillar (sí soy maricón, ah) cuando llegó el Javier y la agarró.

-¿Qué te pasa hueón? Sale -lo empujó. Pero el culiao se lanzó encima de ella pa robarle el meo beso.

Me salió el instinto paco que todos llevamos dentro y sin pensarlo lo saqué de encima y le pegué un combo en el hocico que hizo que hasta sangre le saliera.

Llegó la profesora y los culiaos sapos a cachar y a tratar de detenerme, pero con uno me bastaba. Suficiente para enderezarle los dientes culiaos asquerosos que tenía.

La directora culiá y el inspector me llamaron y yo me iba a ir cuando siento un empujón que me bota de hocico a la cerámica.

-¿Te gusta? Fabián reconchetumare -se tiró encima mío y habían caleta de weones tratando de separarnos. Yo le alcancé a pegar otros combos y el hueón me agarraba los brazos y me los mordía. Canibal culiao.

Cuando lograron separarnos nos llevaron a la oficina de la directora culiá y nos dijo que quedabamos condicionados desde ese día. O sea que si nos mandabamos alguna cagá o teníamos alguna anotación, nos echaban cagando.

Me acordé de mi mamá el primer día y la vi llenándome a puras putiás. Bien conchetumare, salis de un problema y te metís en otro.

Bamos vien.






















No soy ná pelao.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora