Trece (maratón 1/3 Dominic)

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Narra: Domic.

-¡Mamá no! -grité. Necesitaba estar con el Fabián, lo amaba, nunca lo dejé de amar.

-Dominic no, se tiene que ir, ¡dile la maldita verdad y trae al Pablo de vuelta! -me gritó al oído lo suficientemente alto como para que el Fabián se despertara.

-¡Lo despertaste! -traté de no gritar pero ella me pegó una cachetada. Igual de fuertes que cuando vivíamos con mi papá.

Salí de la pieza y traté de no llorar, el Fabián me miró y yo no supe decirle nada. Porque si abría la boca, iba a llorar.

-Yo, iba para el baño -me quitó la miraba de encima y se encerró en el baño.

Subí y me dirigí a la pieza del Danielito.

-Ay Daniel, perdón por tener una mamá tan mala y estúpida -lo acaricié.

Me quedé así por varios minutos y sentí al Fabián volver a su pieza. Quería ir con él, pero no podía, no podía ir porque no podría ocultarle más la verdad.

Me fuí a mi pieza y entré a whatsapp. Me metí al chat que tenía con el Pablo y me di cuenta de que tenía un corazón en su nombre. ¿Un corazón? ¿Cuándo se lo puse? Definitivamente no había sido yo la que lo había hecho. Habría sido...

**

-Mira, Dominic tú no puedes quedarte con él. Te lo voy a repetir una vez más, espero mi niña hermosa que esta vez te quede claro -me acarició el pelo y sus ojos brillaron cuando me vió mirarla con miedo -, espera...¿me tienes miedo? Dominic, ¿tú crees que esto lo hago porque me gusta? ¿CREES QUE TE PEGO PORQUE ME GUSTA? ¿LO CREES? -me agarró la mano y me tironeó -, eres una estúpida. Me das lástima, yo le diré la verdad al Fabián, espérate a que llegue -me amenazó.

-No. -le tomé la mano fuerte, con toda la fuerza que tenía -si tú haces eso, TODOS se enterarán de quién eres, Daniela Gutiérrez, digo, Ángela .-sonreí con maldad - Ahora, te vas a quedar callada, porque sino te juro que te voy a partir la cara a patás, mamita hermosa -la empujé y subí a mi pieza.

No podía dejar que mi mamá le dijera al Fabián que yo...no. Se iría, y no podría soportar eso, me moriría, ella me obligó a venirme a Iquique, ella no quería que yo estuviera con él, ella odiaba a su familia. Ella le hizo mucho a todos ellos. En especial a su padre. Ella es una mentirosa, yo soy una mentirosa, el Fabián se irá, y yo me voy a quedar sola. Sola con ella, sola con esa mujer...

Me senté en el suelo y sentí que el Fabián llegaba, oía su voz. Como calmaba al Danielito.

Subió las escaleras y lo dejó en su pieza. Tocó mi puerta.

-¿Domi? -abrió y me vió tiraba en el piso llorando. Fue a abrazarme y me tomó las manos.

-¿Estás bien? -me miró y me limpió las lágrimas. De su bolsillo sacó unos pañuelos. Siempre los tenía, desde que lo conocí que llevaba un paquete de pañuelos con él. Siempre decía que uno nunca sabía cuándo iba a llorar o cuándo los iba a necesitar.

-No me dejes por favor -lo abracé. Tenía su polerón rojo con gorro que yo le había regalado cuando volví a Santiago.

-No te voy a dejar -suspiró y me acarició la cabeza.

Espero que digas eso cuando te enteres de todo...


















No soy ná pelao.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora