El hilo rojo (En corrección)

Capítulo 18

Al otro día Tai se levantó de un excelente humor. Todos intuían el motivo, pero simplemente se debía a que la noche anterior se había sincerado desde lo más profundo de su ser con su novia y se sentía de lo más bien. Además tenía una felicidad plena.

La castaña por su lado también se mostraba sonriente y con buenos ánimos.

Yolei y Ken caminaban de la mano.

-¿Vamos a hablar acerca de lo que no me dejaste decirte anoche?- Pregunto esta.

-Dime ¿Qué es lo que sucede?

-Es solo que hace ya nos cuantos meses que llevamos saliendo...

-Si, ya hace seis.- Aceptó Ken.

-Pues he estado pensando y me preguntaba ¿Cuáles son tus intenciones conmigo Ken? Es decir luego de tantos meses nuestra situación sigue siendo como al principio... no me gustaría ser esa muchacha que usas para ocupar tu tiempo libre. No soy esa clase de mujer.

El peliazul la miró asombrado. Lo había agarrado con la guardia baja.

-¿De qué hablas? Si yo te tomo enserio ¿A caso no me muestro en público contigo? ¿No soy atento?

La pelimorada sacudió la cabeza.

-No me refiero a eso Ken. Luego de tanto tiempo no estás seguro si quieres tener una relación conmigo.

-¡Pero si ya tenemos una relación!- Protestó él.

-¿Ah sí? Pues yo no me he enterado.

Entonces el muchacho se acercó a ella, le pasó una mano por el hombro y la besó.

-¿Qué te hace pensar eso?- Cuestionó.

-Nome esclarece nada.

-Está bien ¿Quieres que te pregunte en público como lo hizo Tai con Mimi?

-¡No! Solo quiero saber qué es lo que tú y yo somos.

Ken se quedó pensativo durante un momento.

-A mí me gustaría ser tu novio ¿Y a ti?

Yolei se sonrojó. No podía creer que lo había dicho al fin. ¡Después de tanto tiempo!

-¡Pues claro que si tonto!

Pero una voz los interrumpió.

-Paremos aquí. Hay una cascada y me gustaría tomar un poco de agua y descansar.- Dijo Tai. Todos obedecieron.

-Parece que Yolei y Ken están tan enamorados como nosotros.- Dijo más bajo para que solo su novia pudiera oírlo, ya que se encontraba a su lado.

-Veo que Yolei me ha hecho caso y decidió ponerle un ultimátum a Ken.- Comentó Mimi

-¿Qué tu hiciste que?- Preguntó Tai sorprendido.

-Es solo que me dijo que hacían varios meses que estaban saliendo y Ken aún no le decía sus intenciones para con ella, entonces me pareció descortés y le sugerí que se hiciera respetar imponiéndose ante él.

-¡Oh mira los consejos que da mi novia! Tendré que tener cuidado o algún día me atarás de un árbol y quien sabe que me harás.

Mimi se echó a reír. El moreno si que era ocurrente.

-Suena tan bonito cuando dices eso.- Dijo ella.

-¿Qué me vas a atar? No me parece bonito a no ser que me ates para hacerme otro tipo de cosas.

-¡Cállate! No. Me refiero al término: "Mi novia".

El moreno sonrió.

-Oh si... a mí también me gusta. Todavía no lo creo.- Dijo acercándose a su rostro.

-Yo tampoco. Siento que estoy en un sueño. Estar contigo es tan mágico.

-Mágicos son tus besos pero no puedo acercarme más porque me pediste prudencia.

-Un beso no le hace mal a nadie- Afirmó la ojimiel.

Y dicho esto ella lo besó a él. Se quedaron largo rato de ese modo.

Más lejos Izzy y Joe observaban con envidia. Pero debían aceptarlo, su amigo había ganado.

Sora y Matt mantenían una discusión.

-Matt todavía no te he perdonado. Te dije que necesito tiempo.

-Pero amor, todo se ha aclarado. Mimi y Tai están juntos ¡Y yo ya lo he entendido todo! ¡Perdóname!

-Pues para mi no pasó todo. Aún recuerdo todas esas cosas horribles que me has dicho.

-Sora. Mírame Sin ti no soy nadie. No puedo vivir.

-Deja el drama para tus canciones.- Dijo está apartándose de su lado.

-¡Estoy hablando enserio! Yo te amo Sora. No me imagino la vida sin ti.

Ella se quedó callada con eso último la había conmovida. Pero era tan orgullosa que no se atrevía a hablar.

-Sora, por favor. Te iba a dar esto en la plaza pero discutimos y no tuve oportunidad. Ahora te lo voy a dar y te digo que quiero comprometerme contigo. ¡Quiero pasar el resto de mi vida contigo!

Y dicho esto le colocó en su mano un pequeño anillo de plata con detalles en oro blanco.

Sora se quedó boquiabierta. No podía creer lo que acababa de oír. ¿Matt le estaba pidiendo comprometerse para siempre?

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