Capítulo 4

1.4K 56 0
                                    



Una música serena venía del cuarto de Kari. Él se encontraba recostado sobre su cama dormitando mientras se hacían las cuatro de la tarde. Giró su cabeza hacia su mesita de noche y se quedó observando la fotografía que había en ella, de ocho niños en el digimundo junto a sus digimons. Su vista se centró en la pequeña niña vestida de vaquera, con su vestido y sombrero rosa, que sonreía junto a él como si no tuviera preocupaciones. Y así lo era, en esa época no habían tantos problemas, malos entendidos, correos sin contestar...

Se sentía un idiota. Pero no podía evitarlo, estaba muy molesto con esa chica. Sentía que algo se había roto y no había vuelta atrás.

El timbre sonó. Corrió al portero para preguntar quién era. Como lo supuso la voz temblorosa de Mimi le anunció su llegada. Presionó el botón para abrirle y se quedó esperándola en la entrada de su departamento.

El ascensor paró en su piso y de él salió una muchacha de ojos color miel y cabello castaño que lo miraba con algo de miedo.

-¿Llego tarde?- Preguntó ella.

-Llegas justo a tiempo. Pasa.

Ambos entraron y se sentaron en los sillones del living. La muchacha tenía sus manos entrelazadas sobre sus rodillas. Señal de que estaba nerviosa. Tai ni se molestó en contenerla, debía hacer esto cuanto antes.

-¿Y bien? ¿Me vas a decir que es lo que te pasa conmigo?- Lanzó sus palabras de golpe. Al parecer la ojimiel no esperaba esto porque lucía sorprendida.

-¿Por qué me preguntas eso Tai?- Se notaba confusión en su tono de voz.

Tai se acomodó y se acercó más a ella. Su enojo se agravaba más.

-¿Qué porque lo digo? ¡Un mes! ¡Todo un maldito mes escribiéndote y esperando una estúpida respuesta que nunca llego! Luego me entero que invitaste a Davis a pasar el verano contigo ¿Y me preguntas por qué?

La muchacha abrió sus ojos grandes, pero parecía entender de que hablaba.

-Así que era por eso.- Dijo más calmada.

-Sigo sin tener mi respuesta.- La cortó el moreno.

Esta se acercó aún más a él y le tomo sus manos. Tai sintió un cosquilleo al sentir su tacto, pero no se dejó influenciar por esas sensaciones, debía mantener la cabeza concentrada en lo que estaba ocurriendo.

-A Davis lo invité porque fue rechazado por tu hermana y acto seguido se enteró que estaba saliendo con TK, pensé que era una buena oportunidad para que se olvide de todo y vea a su amigo Willis.- Luego le apretó más fuerte sus manos. Tai sintió un escalofrío.

-Esto no tiene sentido, podrías haberme invitado a mí. Sabías que estaba ahorrando para visitarte en primavera.- Reprochó el castaño.

-Es que no quería decirte nada porque...

En ese momento aparecieron Kari y TK. La menor de los Kamiya se abalanzó sobre Mimi emocionada por volver a verla. TK también hizo lo suyo. El castaño bufó, no tenía intimidad en esa casa.

-¡Estas aquí! ¡Es increíble!- Dijo Kari con una sonrisa de oreja a oreja.

-Los demás tienen que saberlo. Hay que hacer un reencuentro.- Dijo TK

-Ya mismo los llamo a todos para que vengan para aquí. – Dijo Kari agarrando su teléfono celular.

-¿A caso nadie respeta la privacidad de dos personas que estaban hablando?- Preguntó Tai molesto.

El hilo rojo (En corrección)Where stories live. Discover now