— No, lo que tú tienes es retraso mental.

Solté otra carcajada.

— Demonios, cuánto extrañaba esto — dije.

Ninguno de los dos se opuso a mi comentario.

Narra _______.

Los chicos y yo decidimos que era un buen día para salir de paseo y comprar tonterías en el centro comercial. Ya habíamos terminado de planear todo, además no había mucho que hacer antes de que los chicos comenzaran con su parte del plan.

— Estoy comenzando a pensar que...—

— ¿Tú piensas? — interrumpí al bueno de Lean.

Era muy cruel, pero también era muy divertido molestarlo.
Lean era tan inocente a veces.

— Sí, _______. Sí lo hago.

— ¿Y no te duele? — preguntó Mike. Lean se agarró el pelo, exasperado.

— Ya, déjalo. Lean, dinos qué estabas pensando — me reí.

— Decía que estaba pensando que deberíamos comprar un auto. Es agotador tener que ir a todos los putos sitios a pie.

Me tropecé con mis propios pies y casi me caigo de cara al suelo.

— ¡Puta mierda! — le grité a mis pies, enojada por el susto que me habían hecho pasar.

— Sobre lo del auto... O sea, no es mala idea. No nos costaría nada comprar uno... la cosa es que no lo creo necesario — dijo Mike.

— Sí, claro. Dile eso a mis pies; me están matando.

En un abrir y cerrar de ojos, Lean estaba sobre Mike.

Y ni siquiera lo llevaba a caballito.
Lo llevaba sobre sus hombros cual padre a su pequeño bebé.

Me sorprendí por la fuerza que tenía Mike o por lo liviano que Lean era.

— ¿Ya dejaron de matarte tus pies? — le preguntó Mike, mirando hacia arriba. Lean se cubrió las mejillas que se habían puesto coloradas.

— ¡Bájame! Me voy a caer — exclamó Lean. Me reí.

— ¿Seguro? — dijo Mike, desafiante. Lean iba a responder, pero Mike decidió jugar con la estabilidad mental de su novio y comenzó a sacudirse y a saltar de manera que Lean entrara en pánico por creer que se iba a caer.

— Contrólense, salvajes — dije, riendo.

~ • ~

Narra Megan.

Dejé todo organizado de manera cuidadosa en la pequeña habitación que Slenderman me había designado. Mi pequeño portátil que contenía la valiosa información que usaría para vengarme lo guardé abajo de la almohada de mi cama.

Solté un suspiro.

No sabía de dónde había sacado valor para llegar hasta Slenderman ¡Incluso estar en la creepyhouse! Temblaba de miedo, pero sentía que era necesario.

No Les Tengo Miedo - Fan Fic creepypasta Where stories live. Discover now