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Ian Stewart.

Por suerte no me había quedado dormida, anoche me acosté muy temprano y me desperté también temprano. Desayuné tranquila y después me fui directo al colegio, debía ir al salón del profesor Edward, ya que allí me esperaría —o yo esperaría— al chico Ian. Debo de admitir que tengo mucha curiosidad, pero ahora sabía que no debía de meterme en lo que no debía y solo hacer bien mi trabajo. Cuando llegue el chico ya estaba allí, él dirigió su mirada a mi y sonrió por cortesía. Yo también lo hice, me acerque él enseguida se levantó y me estiro su mano.

— Soy Ian Stewart.

— Yo Elizabeth Pons, pero puedes decirme solo Beth.

— Joven Stewart —le llama el profesor, él le mira— la señorita Elizabeth será su tutora hasta que usted desee acabar con las tutorías, creo que sé que usted no lo necesita pero se lo recomiendo. La joven Pons puede ser de gran ayuda... Aunque si usted no desea la tutoría puede decirlo ahora.

Él me miro y después al profesor.
— Oh, no es problema. Si me gustaría que fuera mi tutora por un tiempo, como usted dijo profesor, será de gran ayuda. —dice y me sonrió. Yo le correspondo la sonrisa.

— Entonces no hay más que decir, puede comenzar señorita Pons —me dice el profesor mirándome.

— Sí, claro. Ven, te enseñaré la escuela.

Ian se despidió del profesor y después me siguió a mi lado.

— El colegio es muy simple, los pasillos no son de lo mas complicados así que no creo que te pierdas. Por este pasillo derecho está el comedor, pero hacia la izquierda hay otro pasillo al que lleva a los salones y escalera al segundo piso. Como puedes darte cuenta en este pasillo están los casilleros, ¿te entregaron la llave de tu casillero? —le preguntó, él niega— bien, lo veré después. Todos tus ramos tienen sus propias salas, y en tu lista debe de estar el salón. En este piso están todas la de las áreas matemáticas, arriba humanistas y el último piso es de científico. Los baños están en este pasillo contrario, hay más casilleros y por supuesto los baños de damas y varones. Tenemos un patio trasero, donde también hay mesas en las que puedes almorzar afuera y árboles donde puedes relajarte, leer o lo que quieras hacer.
Al lado de los baños están las duchas de damas y de varones. El gimnasio está detrás del parque trasero, es su propio edificio, hay están los camerinos separados obviamente en de damas y varones.

Él solo asentía en todo lo que le decía.

— ¿Todo claro? —le preguntó.

— Sí, a pesar de que hablaste muy rápido te entendí perfectamente —dice él y ríe. Yo sonrió— Gracias, debo admitir que esto de los tutores es de gran ayuda. ¿También incluye amistad?.

Reí.

— No, eso tendrás que buscarlo tu mismo. Pero ten cuidado con quién te relaciones, hay personas tóxicas aquí.

— ¿Hay las típicas populares y esas cosas aquí? Lo pregunto porque allá en California lo habían todavía.

— Ciertamente no, pero si hay chicas que se creen mejor que otros, pero los demás solo no las pescan. O no los pescan porque también hay hombres así —le digo. Él asiente.

— El profesor me informo más o menos de lo consistían los tutores, y solo te pediré que me ayudes con lo que son saber de los profesores, conocer mejor la escuela y tal vez las personas aunque eso lo agregué yo. Pero el resto no lo necesito, tengo buenas calificaciones así que puedo manejarme solo. —me dice él, yo asiento—  y él también me habló de ti. Me dijo que eres muy reconocida aquí en la escuela y que también tienes muy buenas calificaciones.

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