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Te quiero.

Media hora, eso había pasado exactamente. Media hora, y él seguía pensando en algo, recordando algo que parecía estar perdido en su mente, le insistí que me contara pero parecía no escucharme o algo así, decidí no seguir insistiendo y solo tome mi celular y comencé a ver mis redes sociales mientras le miraba de vez en cuando haber si al fin se dignaba a decirme algo. Pero nada, ni siquiera alguna expresión en su rostro que me delatara que le sucedía, cuando llegue a mi casa él estaba allí sentado afuera en la escalera de la entrada de mi casa, esperando y mirando a la nada con el ceño fruncido y las manos unidas mientras movía con rapidez uno de sus pies. Al verme se había levantado rápidamente, me saludo y entramos a mi casa, saludo a mis padres y luego nos dirigimos a mi cuarto.

— ¿Qué te sucede? —fue lo que le pregunte. Y él me miro aun con el ceño fruncido, después abrió la boca para decir lo que con tanta desesperación parecía que esperaba por contar pero después solo cerró la boca y no dijo nada. Luego solo dirigió la mirada a sus manos y se quedó pensando, seguí insistiendo— Jasón, ¿Qué pasó? ¿Estas bien?.

— Yo...No...

Pero no dijo más, ¿Que si me parecía extraño? claro que me lo parecía, no era normal en el estar tanto tiempo en silencio. Algo le había sucedido y yo no entendía nada. Jasón no era para nada silencioso, era demasiado hablador y no se callaba nunca. Ojalá pudiera leer su mente y saber que pensaba, saber que es lo que lo atormentaba tanto, o que lo acomplejaba. No sabía si estaba triste, molesto, impactado o simplemente era algo sin importancia que él quería agrandar para asustarme. Espero que no sea la última o Jasón recibiría un buen golpe de mi parte.

— ¿Me ves extraño?.

— ¿Qué si te veo extraño? ¡Claro que sí!, estás callado y tú hablas todo el tiempo de lo que sea. Y más encima estas con la mirada perdida, ¿En Serio me estas preguntando eso?.

— Creo que estoy enfermo.

— Oh vaya que sí, pero eso yo lo sabía de antes.

— ¿Estás graciosa? —me dice, toma un cojín y me golpea con él, yo me quejo y le golpeó pero sin cojín— Aich, hablo enserio....

— ¿Y para eso viniste? ¡Para eso me asustas tonto! ¿¡Por qué te vas a resfriar!? —le digo molesta y comienzo a golpearlo, me asusta y después me dice esta estupidez, agh siempre me hace lo mismo.

— ¡Eh basta! —alega y después toma mis brazos— duele... y no es eso.. no es solo eso. Es que estos días he sentido cosas muy extrañas, cosas que no sentía antes. Y necesitaba a mi amiga.

Me senté bien en la cama y me solté del agarre de Jasón, después fui yo quien tomo sus manos con cariño. Y suspire.

— Esta bien, lo siento... ¡Es que a veces te pones tan tonto! —suspire— ¿Qué sucede? ¿A qué te refieres con extraño?.

— ¡¿Qué tiene que no puedo dejarla ir?!, ¡¿Por qué me da rabia cuando la veo muy cariñosa con otros chicos?! Me dan ganas de no hablarle más y golpear a esos tipos. Además... podría dejar de hablarle, pero siempre de alguna forma terminó hablándole o buscándola. ¿Qué me sucede? —dice desesperado, e incluso asustado. Le veía afligido, este se me acercó y me abrazo. Después terminamos acostados en mi cama abrazados— ¿Qué me pasa?.... ¿Estaré volviéndome loco?.

— No puedes volverte algo que ya eres... —le dije en broma, este chisto y me golpeo levemente la espalda— esta bien, lo siento. ¿De quién hablas exactamente? ¿De Kim?.

— ¿Tan predecible soy?

— No lo eres tanto, solo creí que sería ella. De hecho... ni siquiera sabía que te sentías así. ¿Por qué decidiste contármelo hasta ahora?.

Connected heartsWhere stories live. Discover now