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Un viaje al amor.

— ¿Esta mal si te beso? —me pregunto él, mientras acercaba con lentitud su rostro al mío. Yo no respondí, sólo le mire a los ojos y este se acercaba más y más.

"Espérame" la voz de Taylor sonó en mi cabeza. Cuánto sabía que me besaría giré mi rostro. Este se separó de mí y le mire.

— Lo siento, no puedo.

— Oh. ¿Tienes novio? —me pregunta confundido. No solo no quiero besarte, estoy bien así.

— Es que no quiero esto, estoy bien así... Sola. Y no vine a besarme con nadie, sólo a bailar y divertirme. —le dije, le fui sincera, aunque a excepción de eso de bailar y divertirme. Vine porque Jasón me obligó.

Él asiente.

— Bien, lo entiendo. Solo quería.. volver a intentarlo, ya sabes.

— Lo siento —le dije, y después sólo me fui. No quería hablar de ello ahora, prefería no volver a intentarlo y no porque no tuvimos una linda relación más bien porque el pasado queda ahí, en el pasado. No debemos retomar aquellas cosas.

Me dirigí a la barra y tome un vaso, me serví lo termine enseguida mi trago.

— Pero miren quien apareció —escuche una voz, le miré e hice una pequeña mueca.

— Hola Alejandro.

— Creí que no vendrías a mi fiesta —me dice él mientras se acerca a servirse un trago— después de todo... —hace una pausa y ríe. Luego me mira— sé que no te gustan las fiestas.
Eso no era lo que iba a decir, lo sé por su mirada en su rostro. Como me dice Te he ganado.

— No me gustan tanto, pero una de vez en cuando no le hace daño a nadie.

— ¿Y a mi fiesta?.

— Sí, ¿Qué? ¿No puedo venir? Si quieres me voy ahora mismo.

— Oh no tranquila, no lo digo por eso —dice y bebé de su cerveza— sólo creí que me odiabas por haber ganado las elecciones y que tu perdiste.

Hasta que lo dijo, parece que necesitaba decirlo.

— No soy tú, que hayas ganado las elecciones no hace que dejes de ser un imbécil —le dije, palmee su pecho y me fui de allí. Pero no pude seguir yéndome triunfadora porque un brazo me detuvo y me dio la vuelta, yo le quedé mirando con el ceño fruncido— ¿Qué haces? ¡Suéltame!.

— Retracta lo dicho, eres una idiota. Siempre lo has sido... incluso cuando eras pequeña eras una estúpida —me dice y me presiona la muñeca. Yo me quejo.

— Me haces daño... Suéltame imbécil —le digo, mis ojos se cristalizaron, me está haciendo mucho daño.

— ¿Y por que deberí.... —no pudo terminar de hablar porque le habían separado de mi y lo golpearon haciéndolo caer al suelo. Le miró y él a mí.

— ¿Estas bien? —me pregunta. Yo asiento. Creí que se detendría ahí, pero se acercó a Alejandro y le pateó la costilla, este se quejó, se puso encima de él y le comenzó a dar repetidos golpes en el rostro.

— Basta, ¡Ya está bien, detente! —le pido, este no me hizo caso continuó golpeándolo. Me acerqué a él y le tome del hombro— ¡Basta Jasón!.

Este al final lo soltó y se levantó de encima de él, le mire con el ceño fruncido. Jasón miró a Alejandro.

— No la vuelvas a tocar, ¡No te atrevas a volver a poner tus asquerosas manos encima! ¿¡Entendiste!? —le dice Jasón molesto, Alejandro le mira con molestia pero al final termina asintiendo. Jasón me tomo del brazo y me llevó al interior de la casa— creo que la fiesta acabó, vámonos a casa.

Connected heartsWhere stories live. Discover now