➵ TOUCH ➵ Camren

➵ The way you got me under your spell

*Pov Lauren*

Junto a Keaton, y los demás chicos hoy fuimos al club de playa para celebrar nuestro último día de vacaciones, el de seguridad del club no nos dejaba pasar porque decía que el club estaba lleno y no entraban más personas, Keaton saco una pequeña bolsa de su bolsillo de pantalón.

—¿Y qué tal ahora? ¿tienes lugar para nosotros? — Negoció con el de seguridad.

—Supongo que puedo hacer un lugar para ustedes. — Y así nos dejo pasar.

—Así es como compras las entradas hoy en día mi querida Jauregui. — Dijo en mi oído.

—No tienes limites Keaton. — Dije soltando una pequeña risa. Cada quién se fue por su lado y yo me dirigí a la barra de bebidas para pedir el primer trago de la noche. 

—¿Como esta mi chica favorita? — Dijo Marie alegremente al verme.

—¡Muy bien! ¿Y a ti como te trata la vida mi querida Marie? — Dije sonriendo.

—Pues no me quejo, ¿lo de siempre preciosa?

—Lo de siempre Marie. — Y así se dedico a preparar un delicioso Martini y a los 2 minutos yo ya lo estaba saboreando. Una chica de cabello castaño sentada a unas pocas sillas de mi llamo mi atención así que me pare del lugar en donde estaba y camine hacia ella. Al notar mi presencia ella se giró hacia mi.

—¿Por qué eres la única que esta sentada aquí tomando soda cuando podrías estar bailando con todos los demás y tomando algo de alcohol? — Dije al notar que estaba tomando soda en un lugar como este.

—No te interesa, y al parecer no soy la única que esta aquí en vez de estar bailando con todos. — Dijo con algo de enojo.

—No quería molestarte, solo pregunté.

—Pues por qué no vas a hacer preguntas en otro lugar.

—Porque quiero hacertelas a ti y no seas tan amargada.

—No soy amargada. — Dijo molesta.

—¡Oh vamos! Sentada tomando soda en un lugar donde todos estan bailando y tomando cualquier cosa que contenga alcohol, ¿y aún así dices no ser amargada? — Dije riendo.

—Si no quiero bailar y tomar alcohol simplemente no lo hago y fin, no significa que sea amargada.

—Seguro que la razón por la que no sales a bailar es simple: no sabes como hacerlo.

—No tienes ídea de lo que dices, facíl podría darte unas clases de baile yo a ti.

—Pues enseñame. — Dije retandola.

—No quiero hacerlo, gracias.

—Si quieres que te crea esas palabras demuestralo.

—Como quieras, pero no digas que no te lo dije. — Se paró del lugar de donde se encontraba y se dirigió al centro de la pista de baile y por cierto esta chica tiene un gran trasero, y así ella empezó con lo que sería una tortura para mi.

Ella se movía de un lado a otro, todo mundo tenía su atención en ella, sus caderas se movían con el ritmo de la música, se acerco a mi para quedar a sus espaldas y empezó a moverse lentamente mientras estaba demasiado cerca mio, su gran trasero chocaba contra mi y mi autocontrol empezaba a irse a la mierda, después comenzó a mover más rápido sus caderas y yo puse mis manos en ellas para guiarla junto a mi, las dos empezamos a bailar estando demasiado juntas, se separo de mi para seguir bailando ella sola y esta chica en verdad que sabía bailar, para ser alguién que había preferido quedarse en la barra tomando una soda en la pista de baile parecía ser otra, al terminar la música ella paro y se notaba agitada, me acerque a ella y la tome por el brazo.

—Si que sabes bailar. — Dije sonriendole.

—Te dije que podría darte clases de baile fácilmente. — Dijo con algo de egocentrismo.

—Pues no me importaría tener clases privadas contigo ¿como te llamas? — Dije con mucho interes.

—Camila Cabello ¿tú eres?

—Lauren Jauregui, espero volver a verte. — Dije coqueteando.

—Espero lo mismo, nos vemos Jauregui.

—Hasta pronto Cabello. —Ella salió corriendo y en segundos había desaparecido de mi vista. Esta chica es increiblemente linda me dije a mi misma.

*Pov Camila*

—Camilaaaaaa, ¡ya es tarde! — Casi caigo de la cama cuando escucho a mi madre gritar, busco mi celular que estaba en algún lugar de mi cama y cuando lo encuentro veo la hora.

—¡Mierda! 7:45 — Tengo clase de historia en 15 minutos y yo recién despierto. Tomo mi outfit del día que había dejado listo desde la noche anterior, me lo pongo y tomo mi mochila para bajar corriendo las escaleras directo a la cocina.

—Tú desayuno está en la mesa, come rápido, tú papá te espera afuera. — Wow, esto es raro, mi mamá nunca hace desayuno para mi.

—¿Estás de buen humor? — Pregunto a mi madre, incrédula.

—¿Por qué lo dices? — Frunce el ceño.

—Pues, considerando que tú nunca preparas desayuno para mi, yo... — No me dejo terminar de hablar.

—Solo cállate y come Camila.  — Ahí está ella, demasiado bueno para ser verdad, fue bueno mientras duró su buen humor.

Terminó el desayuno y salgo corriendo sin despedirme de mi madre hacia el auto de mi papá quién me esperaba impaciente debido a lo tarde que era.

—¿Por qué tardaste tanto Camila? — Preguntó mi padre.

—Digamos que regresé tarde ayer y me quedé dormida, por otro lado mi mamá preparo desayuno para mi y eso es algo que no pasa todos los días así que tuve que aprovechar.

—¡Wow espera! ¿tú madre preparo desayuno para ti? Los milagros existen hija. — Dijo riéndose y yo le seguí la broma.

—Ya vámonos papá, llegaré tarde.  — Mi padre encendió el auto y lo puso en marcha, luego de 10 minutos de recorrido por fin llegue a la universidad. 

—Nos vemos más tarde papá. —Dije despidiendome con un beso en la mejilla.

—Cuidate Kaki. —Salí corriendo del auto, ya llevaba 10 minutos de retraso. En los pasillos pude localizar a Dinah quién estaba por entrar al salón de clases.

—¡Dinaaaah! — Grité para poder captar su atención y se detuviera. Logré mi objetivo haciéndola voltearse a verme y detener el paso.

—¡Hey Mila! Creí que ya estarías dentro y sería la única entrando tarde. — Dijo ya cuando había llegado hasta ella.

—Pues no, a las dos se nos pegaron las sabanas regresar tarde de la fiesta.

—Tienes razón, entremos ya. — Dijo y ambas entramos a la clase de historia, para nuestra desgracia, la maestra ya se encontraba dentro.

—Señoritas Hansen y Cabello, como siempre llegando tarde ¿y el día de hoy cuál es su excusa?  — Dijo levantando las cejas.

—Que nosotras la pasamos bien el día de ayer y no estuvimos amargadas dentro de nuestras casas acariciando gatos.  — Todo el salón estalló en risas con el comentario que Dinah hizo y la maestra se molestó.

—Entren ya, antes de que las mande a dirección el primer día de clases. — Dijo y ambas entramos rápido y nos sentamos en nuestros lugares.