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La lluvia cae con fuerza sobre el asfalto. El cielo está completamente cubierto de nubes de diferentes tonos grises, y el olor a tierra mojada y el fuerte viento son los complementos fatalmente perfectos para el diluvio. Todos los pájaros que antes cantaban alegremente ahora se esconden en sus nidos, allá en los árboles del bosque lejano; ningún animal, por pequeño que sea, se puede apreciar en la calle. Sólo aquellos dos jóvenes, que caminan bajo la lluvia lo más deprisa que pueden, en un burdo intento de no quedar calados.

Ambos caminan uno junto al otro sobre la acera, intentando brindarse todo el calor perdido, separados por tan sólo unos milímetros bajo la chaqueta que falla la misión de protegerles de la lluvia.

El frío es atroz, al fin y al cabo, la mezcla del viento más la lluvia siempre solía traer gripes y resfriados. Pero extrañamente, aquellos chicos no sentían más que una extraña felicidad en sus corazones, que les proporciona esa falsa sensación de calor en el estómago que te ataca cuando estás feliz. Por eso, ambos jóvenes comparten su camino con grandes sonrisas en sus caras.

Para cuando por fin están frente a la casa, el viento ya no es tan fuerte, pero la lluvia mantiene una intensidad fija.

-Jun hyung.- Llama el menor de los dos. Ha tenido una fantástica idea.

-¿Sí, Channie?

Ninguno de los dos vuelve a decir nada más, pues resulta que, bajo la intensa, incesante y fría lluvia, sus labios se unieron, compartiendo un romántico beso lleno de amor, tras el que ambos chicos entran a su hogar cogidos de la mano.

-Ya hemos llegado- anuncia el menor de los dos al entrar, en un volumen medio, siendo precavido por si alguno de sus hyungs estaba durmiendo.

-¿Chan? ¿Jun?- aparece Jeonghan por el pasillo. Su largo y brillante pelo está algo despeinado, y lleva la marca de las sábanas en la cara.

-Hola Jeonghan hyung. Lo siento si te hemos despertado- se disculpa el mayor.

-No, está bien, no estaba durmiendo- el mayor sonríe cordialmente, sacando a flote su tan famoso lado angelical.-Pero ahora daros una ducha caliente, estáis empapados. Le pediré a los managers algo de ropa para vosotros.- Jeonghan es una muy buena persona, siempre preocupándose por los demás y cuidando de ellos como si fuera su madre.

-Muchas gracias Jeonghan hyung- dice Dino.

-No es nada- el mayor vuelve a sonreír- Pero ya hablaremos de lo que ha pasado esta tarde entre vosotros dos, niños-  Las facciones de Jeonghan se curvan en una sonrisa pícara- Cuando terminéis, venid los dos a la segunda habitación. ¡Este va a ser el chisme del siglo!- y cómo no, a Jeonghan no le puede faltar su lado cotilla.

-Sí, Jeonghan hyung- responde Jun riendo mientras su pequeño se sonroja, avergonzado.

Su pequeño. Vaya, qué bien suena.

-Entra tú primero Channie, despiértame cuando termines. Estaré en la primera habitación- anuncia el mayor, y, sin esperar respuesta alguna, se marcha por el pasillo, sin pasar desapercibido por cierto par de ojos felinos que observaban desde la distancia. Ojos que son pertenecientes a Lee Jihoon, por supuesto.

-Cheol- llama Jihoon.

-¿Sí?- responde el mayor acostado a su lado, sin abrir los ojos. Pero no obtiene respuesta ninguna.

-¿Jihoonie?- vuelve a preguntar, esta vez recibiendo una respuesta de parte del menor.

-¿Te sientes bien ahora?- susurra el menor. Su postura no ha cambiado en lo absoluto, pero su mirada refleja un cambio de actitud. Ahora parece más abatido, más afligido, y de alguna forma, parece incluso algo preocupado y... ¿Decepcionado?

-Yo... sí, me siento bien.- responde el mayor, algo confundido y empezando a preocuparse.- ¿Y tú? ¿Estás bien? Pareces triste...

-Estoy bien, Cheol...

-Sé que no lo estás, Jihoonie- insiste Seungcheol- Venga, si me dices lo que ocurre, quizá pueda ayudarte.

-De verdad que estoy bien, Cheolie- dice el menor esbozando una sonrisa triste- No te preocupes por mí.

-Me estás pidiendo algo imposible, Jihoonie- suspira S.Coups- está bien si no me quieres decir lo que te pasa, pero quiero que sepas que te quiero muchísimo, que todos te queremos mucho y que puedes confiar en nosotros, ¿Vale?

-Sí, Cheolie.- la sonrisa del pequeño recobra su alegría, aportando calidez al corazón del más alto.-Muchas gracias por estar siempre conmigo y consolarme- añade, acercándose hasta su hyung y hundiendo su cara en su pecho en un fuerte abrazo.

-No digas gracias por algo que te mereces- responde el mayor, acariciando la espalda de Jihoon y plantando un suave beso en su cabeza.

Tras ese simple gesto, el silencio reina
en la habitación, siendo la única cosa que lo traspasa la tranquila sinfonía constante de sus respiraciones. Los dos se sienten por fin completos, ambos sumidos en su propia burbuja de amor desde la que observan el mundo pasar, sin importarles nada mientras estén juntos los dos.

Eso sí, lo que ellos no saben, es que ambos comparten ese sentimiento; porque ambos se empeñan en esconderlo, enjaularlo y destruirlo, basándose en palabras que nunca fueron dichas y sentimientos que nunca fueron confesados.

Y es que ambos, en lo más profundo de sus corazones, desean dejar volar esos sentimientos; desean darles alas para que levanten el vuelo y, como si fueran palomas mensajeras, entreguen su confesión al corazón de su destinatario. Que aquellas palabras que cosquillean sus estómagos les liberen y se derritan en los oídos del otro como si de miel se tratase. Que todo lo que recluyen en su interior salga fuera, pinte el mundo de colores y suponga el cambio para que ambos se den cuenta de que, estando separados, son como una mañana de invierno sin sol. Que se den cuenta de que se necesitan tanto el uno al otro como el rocío a las briznas de hierba.

Porque es todo eso lo que quieren  decirse el uno al otro. Porque quieren llevar la alegría a sus sonrisas y la primavera a sus corazones. Pero no son capaces de dar un paso hacia delante.

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No me lo puedo creer. Hemos llegado a los 3K. De verdad que no tengo palabras... dios. Nunca me imaginé que esta historia llegaría tan lejos. Todos vosotros, os quiero mucho. Todos vosotros sois mi familia, aunque nunca hayamos hablado o solamente leáis los capítulos sin votar y comentar, para mí significa mucho que os guste la historia. De verdad, muchas gracias. Agh, no sé cómo expresarme. En fin, nos vemos el domingo que viene. Adiós!

P.D: os quiero <3

One Fine DayWhere stories live. Discover now