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—¿Qué hacemos de comer hoy?— le pregunta Seokmin a Mingyu.

—Pues...—duda— no lo sé. ¿No había un libro de recetas dentro, al lado del teléfono? —responde el más alto.

—Sí... ahora vuelvo.—el happy virus se quita los zapatos y entra en la casa. Dentro están grabando las llamadas de los miembros a sus seres queridos. Jeonghan estaba hablando con su hermana pequeña, por lo que hizo el mínimo ruido posible para coger el libro y salir.

—¿Me echas de menos?— pregunta el ángel conuna boba sonrisa en sus labios.

—Hmpf...—se queja su hermana— si sabes la respuesta, ¿Por qué preguntas? Sabes que te echo mucho de menos—ríe.

—Oppa también te echa de menos, pero ahora oppa tiene que colgar, porque los demás miembros también tienen que llamar a sus familias, ¿Está bien?

—Sí...—dice ella suspirando— Te quiero oppa, adiós.

—Yo también te quiero. Adiós...— Jeonghan cuelga el teléfono y cierra los ojos, girando la cabeza hacia un lado y riendo melancólicamente.

—¿Qué pasa Han?— pregunta Joshua, guardándose algo del cariño con el que quería tratar a su ángel, por las cámaras y los demás chicos que había en la habitación.

—Nada, estaba hablando con mi hermana.—contesta el pelirrojo.— Venga Dino, te toca el teléfono.

No muy de acuerdo, Jisoo se sienta en el suelo de la habitación. Sabe que Jeonghan es una de esas personas sensibles que se enternecen
hasta cuando una pequeña mosca pasa volando, todo con la excusa de que "Es tan tierna... es una bebé, mira qué pequeñita es..." Mientras tanto, Dino marca el teléfono fijo de su casa.

—"El número que usted ha marcado está apagado o fuera cobertura. Intente llamar más tarde"— suelta el teléfono después de cinco tonos de espera. Dino suspira y marca el teléfono de su madre. Nadie contesta. Llama al de su padre y tampoco hay respuesta.

—Pff... supongo que llamaré más tarde.— Ríe en dirección a la cámara, mostrando cu adorable eyesmile.

Uno a uno, todos los miembros de Seventeen van llamando a sus familias. Algunos se van fuera al terminar sus llamadas, para ayudar a preparar la comida; pero otros se quedan dentro para descansar o dormir unos pocos minutos. Mientras hablaban con sus parientes, hubo un objeto "especial" encima de la mesa. Todos lo vieron, la mayoría lo ignoraron. Sólo uno aprovechó la ocasión. De hecho, ahora tiene ese objeto en la mano, pero pronto lo tendrá en su estómago.

La historia de por qué ese objeto estaba ahí es que, mientras los trece chicos estaban grabando los juegos para conseguir comida en el reality, un miembro del equipo de producción se escabulló y se coló en la casa para colocar una salchicha junto al teléfono.

Disimuladamente, Seungkwan coge la salchicha, mirando a la cámara y pidiendo perdón con la mirada y una sonrisa en los labios. Con una mano se tapa la boca, y con la otra se mete la salchicha en la boca mientras finge toser. Hasta ahí todo va bien, pero cuando va a guardarse el envoltorio de plástico en el bolsillo, Woozi, que estaba tumbado, cantando debajo de su gran abrigo blanco al otro lado de la habitación lo ve. Seungkwan dirige otra sonrisa y una mirada de miedo profundo a A1, mientras Jihoon rueda sobre las mantas como un rollito hasta llegar junto a él.

—¿Qué es?—susurra, y el pelirrojo le muestra el envoltorio roto de la salchicha, luchando por no soltar una gran carcajada.—¿Y a ti qué te pasa?— el más bajito frunce el ceño. El quería comer también...

—¿Qué os pasa?— pregunta Chan un poco más atrás, y ve el envoltorio él también. Gateando, se acerca a la cámara, y esboza una sonrisa irónica.— Ya lo habéis visto, Carats. Este es nuestro maravilloso trabajo en equipo. Genial, ¿Verdad?

One Fine DayWhere stories live. Discover now