Te Encontré [ 2°T de TLA]

Capítulo 18 - Esconde, Esconde antes de que lo atrape.

Me abrazó aunque yo no lo hice. Quedándome estancada como una fría estatua mientras él me abrazaba pidiendo perdón. Pero mi mente estaba más allá, todavía visualizando a Jace sostener un arma justo entre mis ojos. Debí corresponder su abrazo y decirle al oído que no hay necesidad de disculpa, que lo comprendía. Debí pero no fui capaz.

Tuve que separarme para poder ver su rostro.

—¿De qué locura hablas, Jace? —tenía que saberlo. ¿La misma locura que tenía su madre? ¿Esa locura hablaba?—. Dímelo para poder entender.

—Tengo sueños —respondió. Su cara se contrajo como si estuviera sintiendo dolor—. Son tipos de recuerdos que se acumulan en mi cabeza y me alteran demasiado...al punto de atacar a lo primero que encuentro en frente mí. Por eso te mantuve lejos de mí, sabía que esto pasaría y lo que menos deseaba era verme de esta forma ante ti. Tengo tanto miedo de lastimarte...Lo entiendes, ¿verdad?

Era tan increíble ver como su cuerpo temblaba. Se veía desvalido, tan apenado que me hizo replantear el miedo que estaba sintiendo por él.

Puse mis manos a ambos lados de su cara.

—No estas loco, Jace —dije sin vacilar y le besé en la boca—. Son sólo momentos de tu vida que vienen a atormentar, pero no significa que estés loco. Lo sé porque yo pasé lo mismo que tú; viví con pesadillas durante mucho tiempo, se repetían una y otra vez en mi cabeza como un disco rayado. También creí que estaba volviéndome loca.

—Me hubiera gustado estar ahí para poder hacerte olvidarlas.

Sonreí un poco. Era mejor eso a decir que él era el causante de mis pesadillas.

—También me hubiera gustado saber que estabas pasando por esto —le dije—. Espero que al menos esas pesadillas te hayan servido de algo...

—En realidad, sí —dijo Jace—. ¿Has venido con Rech?

—No esperes que me vaya de nuevo porque no lo voy a consentir.

Me crucé de brazos y Jace rió: —No cometeré ese error otra vez, pero ahora necesito hablar con él urgentemente.

—Está esperando afuera. Le dije que se quedara ahí mientras hablaba contigo.

—Debiste mantenerlo contigo. ¡Rech! —gritó Jace y en un segundo el chico apareció pero se mantuvo a distancia.

—Amigo te ves como un vagabundo.

—Gracias —contestó Jace en tono serio—. Rech, requiero algo de ayuda, ¿sigues teniendo contacto con tus ciertos amiguitos?

El alivio en la cara de Rech fue evidente. Provocó gracia. El pobre pensaba que Jace lo mataría por traerme aquí, no paraba de decírmelo durante todo el viaje.

—Aún tengo sus números, ¿por?

—Quiero que busques todo relacionado con la familia Roberts, concretamente los nombres de Anna y Bob Roberts...y también averigua si tuvieron un hijo y sí es así, busca información de él.

Fruncí el ceño.

—¿Esto tiene algo que ver con tu asesino? —preguntó Rech. Yo también me preguntaba lo mismo.

—Tengo un sospechoso.

Fue su respuesta.

Rech sonrió: —Ya era hora, White. Comenzaba a dudar de tu cerebro.

—Rech. Te sugiero abstenerte de tus comentarios y busques lo que te pedí a no ser que quieras hablar sobre tu desobediencia a lo que te ordené cumplir.