Capítulo 13

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    Tres días habían pasado. Tres días en los que Brad no respondía a mis llamadas. Dos días en los que Camila no se presentó a trabajar sin ninguna explicación.

Por un lado me preocupaba el haber sido desconsiderada con Brad, no me gustaba ser de esa manera, y lo dejé en un segundo plano, pero es que era complicado mantener el teatro de la familia perfecta cuando la realidad estaba muy alejada a ella. Y aunque Brad haya sido testigo de la tensión entre mi padre y yo, no sabía hasta donde lo consideraba importante.

Quería hacer las cosas bien con él, pero últimamente no sentía las ganas de seguir con la relación, aunque sea lo correcto. ¿Hasta dónde aquello era correcto? El amor solo traía problemas, o eso tenía entendido. De todos modos, pensar en un futuro con una persona que no causaba nada en mí me resultaba aterrador. Pero no más aterrador que el hecho de enamorarme, exponer mis sentimientos, y volverme vulnerable ante otra persona.

Brad era el hombre perfecto, no podía negarlo. El matrimonio ideal. No podría romper mi corazón, porque nunca lo había tocado. Y yo tampoco lo lastimaría si nunca planearía alejarme de su lado. ¿Cierto? Mi mente era un crucigrama. Un enredo de pensamientos, contradicciones y miedos.

Por el otro lado, existía Camila. No podía evitar preocuparme por ella. Hasta el Sr Montana estaba alarmado ya que la mujer de ojos café nunca había faltado al trabajo sin avisar con antelación. Mientras atendía a los clientes no podía parar de pensar en ella, y no podía evitar observar a la puerta cada cinco minutos por si aparecía, lo cual era estúpido.

Dinah estaba inquieta, y yo sabía que también pensaba en su mejor amiga. Intenté hablar con ella, pero lo único que sabía era que Camila había ido a visitar a su familia en Navidad y desde ese día no volvieron a hablar.

Quizás estaba disfrutando de unos días con su familia, y nosotros aquí preocupados. Mi yo racional me decía que no debía preocuparme, que probablemente se olvidó de avisar que no venía, pero no podía sacarme esta opresión en el pecho.

Pasé un paño sobre la mesa que hacía minutos estaba siendo utilizada por una joven pareja, y caminé hacia el mostrador. Dinah estaba recostada sobre este, observando el techo y resoplando sus cabellos. Me apoye en la misma posición que ella a su costado y la miré. Recién era mitad de mañana.

-¿Sabes algo nuevo de Camila? -Pregunté.

Suspiró y bajó la mirada a sus manos que estaban en el bolsillo de su delantal. -Mmh no.

-Me preocupa. -Dije.

-No lo hagas. Debe estar con su familia, o su novia. No hay nada de lo que preocuparse. -Dijo en un intento de tranquilizarme tal vez, aunque parecía que se lo decía a si misma. Sus ojos demostraban lo contrario. Lo sabía, y siempre me consideré bastante intuitiva.

Se abrió la puerta principal, y me erguí de manera apropiada para recibir al nuevo cliente.

Quién apareció por la abertura era Camila. Mi primera reacción fue abrir aún más los ojos y sentir que me sacaban un peso de encima. Mi segunda reacción fue acercarme a ella, pero antes de hacerlo Dinah corrió hacia ella y la abrazó demostrando que estaba profundamente preocupada.

-Hey, Cheechee. ¿Por qué tanto amor? -Dijo y la mujer de alta estatura se separó  apoyando las manos en sus hombros.

-¿Dónde te habías metido y por qué no respondías al teléfono? -Podía sentir su voz sonar firme. No podía ver a Camila porque su espalda la ocultaba.

Camila le tomó la mano y la dirigió al pasillo para seguir con su conversación, lo cual me resultó extraño. Pero, al menos estaba bien, aunque sus ojos seguían tristes como siempre. 

Bubbles - CamrenNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ