Capítulo 006

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—Señor, aquí los informes de las últimas actividades del sujeto número 691, el lobo —avisó mientras depositaba unos cuantos papeles sobre el escritorio de Amon. Éste, observó impresionado, y los recogió para luego observarlos detenidamente y leer cada letra computarizada. Su ceño se frunce ante la información que recibió, y, lentamente las une con los demás informes. En su mente suena un click y se percata de que en las últimas actividades del lobo fue paralizada, pero unas semanas retrocediendo un poco se encuentra que él formó una racha de asesinatos increíbles. La duda surge en su cerebro, ¿por qué detuvo su matanza de golpe?

—¿Qué está haciendo? Akira lo está esperando —informó con curiosidad mientras se acercaba con cautela hacia donde se encontraba la pequeña montaña de papeles y los revisaba con la mirada.

—Sólo le estaba echando una mirada a las últimas actividades del lobo, como lo estás haciendo tú —respondió, sorprendiéndole un poco a Suzuya. Éste tomó una silla giratoria que se encontraba en un escritorio sin una persona ocupándolo en él, apoya sus pies sobre el borde de la silla y sus dedos sostienen sus pies mientras le comenta algo sobre el incidente de la primera vez que vieron al lobo.

—¿Sabes? Cuando estaba inspeccionando al cuerpo, encontré una silueta extraña hacia la izquierda, y, con la poca iluminación que había pudo fallarme la vista, pero se veía tan real, así que me acerqué para comprobarlo pero ésta se esfumó de repente, qué extraño, ¿no? Por eso me retrasé en subir —comentó mientras se abalanzaba hacia delante y detrás. Amon le llamó la atención la peculiar silueta que Suzuya mencionó hace un par de segundos, porque en sus memorias recordaba que cuando terminó de ver el cielo teñido de un azul oscuro con destellantes luces, bajó la mirada y se encontró con una sombra muy parecida a la que Suzuya describió. Y Amon comprendió que su teoría se cumplió; alguien lo estaban vigilando.

—Suzuya, te dejo a cargo si quieres revisar los papeles de las actividades de ahí —señaló el montón mientras se volteaba y se reincorporaba apresurado—. Tengo algo que hacer muy importante.

Tomó su maletín y dio zancadas hasta dar con el paradero de Akira, quién, estaba sorbando café sentada con calma y seriedad reflejada en su semblante.

—¡Agente Mado! —exclamó Amon mientras atraía la atención de la inspectora. Ésta eleva su barbilla hasta que su mirada queda nivelada a la de Amon—. Tenemos que investigar una zona en la que el lobo dejó tirado el cuerpo de un hombre. ¡Vamos, rápido!

Akira se incorporó depositando la taza blanquecina de café sobre el escritorio y sujetó con sus dedos su maleta oscura. Caminaron de prisa sin ninguna protesta por parte de Akira y salieron del edificio. Cuando llegaron al paradero de la zona afectada se encontraba con algunas cintas amarillentas separando el lugar, allí, estaba una línea moldeada a la forma del cuerpo de la persona. Atravesaron la cinta dejándola a un costado y se dedicaron a inspeccionar un poco a los alrededores; nada fue la respuesta. Ni siquiera encontraron algún rastro de la silueta que Suzuya había mencionado.

—Supongo que esta vez fallé —dijo Amon con un tono resignado. Akira sostuvo su maleta atezada y caminaron juntos mientras una plácida conversación se instaló en ellos, algo extraño, ya que la mayoría de las veces se pasaban el mayor tiempo discutiendo por pequeños detalles o estando juntos en las reuniones que se realizaban.

—Luego tienes que llevarme a comer ramen de recompensa por lo del otro día. Yo tenía razón, los centímetros encajaban a la perfección con la altura del ghoul y ¡tú me decías lo contrario! —exclamó Akira con el ceño fruncido mientras Amon despegaba un pequeño bufido.

—Está bien, está bien —cedió—. Sólo que la próxima vez tú pagarás el ramen ya que yo te ganaré.

—Clar...

Un sonido ensordecedor llegó a sus oídos, seguido por la tierra que se elevaba del suelo, causando que tuviesen que ocultar sus bocas incluyendo su nariz para evitar una estruendosa tos. Entremedio de toda esa neblina producida por la tierra, se podía visualizar una silueta con dos líneas sobresaliendo sobre su cabeza dándose pasos para acercarse a ellos. Amon reaccionó al instante al notar que era un ghoul, así que, con velocidad hizo que su quinque estuviera en la escena, al igual que hizo Akira.

—¡¿Quién diablos eres tú?! —cuestionó con el ceño fruncido Amon, mientras sostenía su quinque con más fuerza. Cuando la neblina desapareció, dio paso a su anatomía; su máscara era de cuero marrón con un pico de ave atezada, y unos ojos en forma de mosca con un borde redondeado le hacían decorado en su máscara ocultando sus ojos, luego, en la parte superior de su extraña máscara se encuentran unos huesos en forma de cuernos como los de un ciervo. En la espina dorsal de ambos les recorrió un escalofrío.

—Mi nombre es Muerte, el que quita el sentido de la existencia, y detendré a la Vida que está fluyendo como la sangre en nuestras venas.

Amon y Akira compartieron miradas unos instantes, y cuando los globos oculares intentaron fijar su vista en él, se esfumó en el aire para aparecer luego en sus espaldas y el grito ensordecedor entonar el miedo en sus venas. El filo de la muerte, la "pantalla negra", alguien, estaba apunto de perder su existencia.

Ookami «Tokyo Ghoul» (#FanficAwards)Onde histórias criam vida. Descubra agora