Capítulo 3

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     Me revolví en la cama pero no encontraba ninguna postura en la que estuviera cómoda. Daba igual que me subiera la sabana o me pusiera la almohada encima de la cabeza porque la luz me seguía molestando. ¿La luz? Me levanté y busqué el reloj pero no lo encontré. Salí al salón y miré el enorme reloj de pared. Marcaba las 8:30.

     - ¡No! - corrí como loca hasta el armario, me cogí lo primero que encontré y me vestí. Iba saltando mientras me ponía los zapatos y me tropecé con la mesita del salón. - Maldita sea. ¡Jenna! - toqué a la puerta de su habitación - ¡Despierta, que llegamos tarde! - entré pero no había nadie. Se había ido y no me había avisado. Cogí mi bolso con los libros, me metí un bollo a la boca y salí. Empecé a correr por la calle hasta llegar a la universidad. Había perdido la primera clase por lo que tuve que esperar en la cafetería unos veinte minutos para entrar a la siguiente.

     - Brook, ¿puedo sentarme? - era Colton, el chico más popular de la universidad y según Jenna uno de los más guapos. Asentí con la cabeza y se sentó enfrente mía. La verdad, no sé que le veían. Vale, era rubio y de ojos azules con unos potentes pectorales pero .... Sí, lo entendí todo. - Toma - me entregó un panfleto y antes de leerlo le pregunté:

     - ¿Qué es?

     - Tú léelo - hice lo que me dijo, en letra grande ponía "BAILE FIN DE CURSO", seguí leyendo y por la fecha me di cuenta que era solamente en dos meses - Espero que vengas, búscate una buena pareja - se levantó y se fue.

     - Tú - después de clases encontré a Jenna junto una de las taquillas y la señalé - ¿Cómo pudiste no despertarme? El dedo te señala - me dio un manotazo y me enseñó el panfleto - Sí, yo también lo tengo. Pero no pienso ir.

      - ¿Cómo que no? Tienes que venir - me cogió del brazo - Brook, tienes que venir.

     - ¿Me acompañas tú? - ella negó con la cabeza - No pienso ir sola.

     - No seas tonta, y sabes a quien pedírselo y no hace falta que sea de la universidad - me guiñó el ojo y después cambió de tema - Yo iré con él al baile - señaló a Colton que estaba rodeado de unas cinco chicas, una más guapa que la otra.

     - ¿A Colton? ¿Y él lo sabe? - empecé a reírme.

     - Para dentro de dos meses lo sabrá - se fue dejándome sola. 

     Recogí todas mis cosas y después de un duro día de universidad volví a casa. Recordé la noche anterior y fue espectacular. Quisiera tener más días así porque no todos los días se conocen personas tan ... tan ... como ellos. Sonreí para mi misma. Sus rizos, sus ojos castaños y los hoyuelos. Me sonrojé una vez más, como muchas veces me ha pasado la noche anterior. 

      - ¿Tienes la constumbre de sonreír cuando estás sola? - di un respingo y la carpeta y las hojas que tenía se cayeron al suelo. JJ que me estaba esperando en el portal me ayudó a recoger las cosas - No dejes de hacerlo, eres preciosa cuando sonríes - volví a sonrojarme y cogió el panfleto del baile.

     - No mires eso - se lo arranqué de las manos.

     - Tarde, ya lo leí - entramos juntos y mientras yo preparaba el café se sentó en la mesa de la cocina - ¿Vas a ir al baile? - estuvo bastante callado y cuando dijo eso me sorprendió bastante.

        - No tengo nada que hacer ahí - le entregué la taza de café y me senté enfrente suya.

      - Claro que tienes que hacer y después del baile pasan las mejores cosas - dejó la taza encima de la mesa y puso sus manos alrededor de mi taza tapando mis manos - Tienes que ir, es una oportunidad única - negué con la cabeza, pero me di cuenta que con él no se podía razonar en estos momentos - Para dentro de dos meses tendrás pareja e irás a ese baile - JJ se levantó, dejó su taza en el fregadero y se acercó a la puerta.

      - ¿Has acabado tan rápido? ¿Te vas? ¿Por qué? - me mordí la lengua, estaba haciendo demasiadas preguntas pero no quería que se fuera. Me levanté yo también y lo seguí hasta la puerta. - ¿Dije algo que no debía decir? 

         - No - soltó una risilla, puso sus manos sobre mis hombros y me miró a los ojos - Es que he quedado con los chicos pero volveré mañana - me dio un beso en la mejilla como hizo ayer. - cerró la puerta detrás de él y yo volví a sentarme en la mesa con el café entre las manos. Me quité los zapatos de un tirón y me crucé de piernas encima de la silla. Siempre tenía prisa. Siempre se iba corriendo. Entonces tocaron al timbre y me sentí aliviada porque así dejaría de pensar tanto.

         Dejé mi taza encima de la mesa y fui a abrir. No me pregunté quien era hasta que abrí la puerta y le vi ahí. ¿Qué hacía él en mi casa? Le miré y  su pelo seguía igual que la otra noche, sus hoyuelos intactos y su sonrisa más radiante que ayer. 

        - JJ me dijo que podría venir - George me enseñó un papelito - Me dio la dirección, espero que no te importe.

       - Pasa, como en tu casa - dije irónicamente cuando me hizo a un lado para pasar sin que le dijera nada pero aún así su roce contra mi piel me hizo erizarme y que todo dentro de mi volara.

         - Perdona, ¿puedo pasar? - volvió a salir fuera de casa y me hizo la pregunta. Empecé a reírme.

          - Ahora sí - me hice a un lado y volvió a entrar - Pero JJ no está.

            - Lo sé, le vi salir - me contestó como si fuera la cosa más normal del mundo. 

            - Entonces ¿qué haces aquí? Habéis quedado - me senté en el borde del sofá y él seguía de pie con las manos cruzadas sobre su pecho.

           - Era la única forma de que me diera tu dirección - se encogió de hombros, miró hacia abajo y sonrió - Bonitos calcetines - se rascó la cabeza y volvió a mirarme - ¿Te importa? - no sabía a que se refería hasta que me acordé de la dirección.

           - Para nada - contesté con la sonrisa más enorme que me podía salir en ese momento. - ¿Te puedo ayudar en algo o has venido a "La casa de acogida para chicos famosos que son perseguidos"? 

              - He venido a verte - tuve que cogerme del sofá porque estuve a punto de caerme, el seguía de pie pero le hice una seña para que se sentara en el sofá. Y se sentó, a mi lado, no como JJ ayer que se sentó en la otra punta. No, se sentó a mi lado rozando sus piernas con las mías - Pensé que no volvería a verte después de que salieras de la tienda pero te vi en el concierto y cuando desapareciste volví a quedarme igual. Otra vez desaparecida - suspiró - pero entonces el maravilloso JJ tenía tu dirección y aquí estoy - iba a cogerme las manos pero el timbre le sobresaltó. Fui rápidamente a abrir con los pensamientos más impuros posibles. Pero no había nadie al otro lado de la puerta solamente una carta en el suelo. La abrí y dentro había una nota escrita a ordenador en letras grandes "NO TE ACERQUES A HARRY STYLES, QUEDAS AVISADA". Me apoyé en la puerta a punto de caerme - ¿Qué pasa? 

         - Nada, solo que - resoplé y me senté enfrente suya encima de la mesita - es la segunda nota que me envían así - me cogió la nota de las manos y la leyó - Esta mañana había otra pero pensé que sería una broma pero ahora no sé que pensar - hundí la cara entre mis manos.

       - Eh, ¿qué pasa? - me acarició el brazo y eso bajó todas mis defensas. Me quité las manos y le conté toda la verdad. Como había perdido a Harry y como ahora al encontrarle recibía esas horribles cartas - No pasa nada - me rodeó con los brazos y me atrajo hacia el. En ese momento me olvidé de todo. Estaba entre los brazos de esa persona que en un día causó tantas sensaciones dentro de mi. - Juntos averiguaremos quien es.

       - ¿Juntos? - levanté la mirada sin querer despegarme de él pero era necesario, no podía estar pegada a él por siempre por más que quisiera. - ¿Juntos? ¿Tu y yo? - volví a preguntarle.

       - Juntos - sonrió y entonces me sentí mucho mejor. No me sentía tan sola. ¿Será un ángel de la guardia que mi padre me había enviado? Desde que tuvo ese accidente y nos dejó pensé que no lo superaría nunca. Pero aquí está George que más que un cantante famoso y guapo parece un ángel enviado desde el paraíso para que cuide de mi y me proteja. Y espero que sea así.

Before the light.Where stories live. Discover now