Capítulo 4

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      Harry había dicho que me visitaría a los dos días del concierto pero eso no fue así. Vino a los siete días, pero esos siete días me dieron tiempo para reflexionar aunque JJ y George que se pasaban a menudo por casa me obligaron a darme un respiro.  Harry había cambiado por mucho que mi mente no quisiera aceptarlo. Ahora tenía nuevos amigos y una nueva familia. El día que vino era sábado y ese sábado me encontraba realmente mal. Nada más poner los pies en el suelo todo empezó a dar vueltas pero me levanté igualmente. Salí de mi habitación duchada y vestida, y Jenna estaba en la cocina preparando la comida.

      - ¿Qué son estas horas de levantarse? - estaba concentrada en cortar las verduras, miré el reloj y marcaban las 12:30. Me senté en la mesa mirándola mientras cocinaba. Me encontraba bastante mal y no tenía ganas ni de ayudarla. - Estás horrible - me echó un vistazo, dejó el cuchillo en la mesa y se acercó a uno de los armarios superiores. Se limpió las manos en el delantal, abrió el armario y sacó un termómetro - Ponte esto - le hice caso sin rechistar - ¿Dónde fuiste ayer? - esperé hasta quitarme el termómetro para contestarle.

      - George y JJ me llevaron con ellos y con Jaymi y Josh al parque de atracciones - miré el termómetro y marcaba 38 - Toma - se lo entregué y lo volvió a guardar - Jaymi llevó a su novio y estuvieron super amables. Tenías que haber venido y ver como Josh se cayó un par de veces en la misma fuente - empecé a reírme pero la cabeza volvió a darme vueltas - George ganó un peluche y se lo regaló a JJ - Jenna empezó a reírse - ¿Qué es todo esto? - en la mesa había dejado un frasquito con tres pastillas.

      - Toma esto también - me entregó un vaso de agua - Mejor prevenir que curar y en tu caso mejor curar que esperar a que se empeore - se cruzó de brazos, miré las pastillas y el vaso de agua. No tenía ni la más mínima intención de tomármelas - Vamos, ¿a qué estás esperando? ¿A que venga George y te las meta por la boca?

       - Ese comentario no viene a cuento - la fulminé con la mirada y me tomé las pastillas antes de que volviera a hacer cualquier comentario - ¿Contenta? - asintió y volvió a cortar las verduras. 

       - ¿Al final sabes con quién irás al baile? - tocaron al timbre y me levanté para abrir.

      - Haré como si no hubieras hecho ninguna pregunta - abrí la puerta y al otro lado había un señor con un maletín, con unos libros en la mano, con bigote, gafas de sol y sombrero - No queremos comprar enciclopedias, gracias - le cerré la puerta pero metió la pierna antes de que se cerrara.

        - Sigues siendo igual de tonta - se quitó el sombrero y en cuanto vi esos rizos supe quien era.

       - ¿Qué haces disfrazado así? - me reí escandalosamente,

      - ¿Cómo quieres que salga a la calle? No encuentro un solo lugar en el que pueda estar tranquilo sin gente a mi alrededor que se ponga a gritar - no acabó bien de decir la frase que ya estaba Jenna gritando. -¿Qué ha sido eso? - me preguntó Harry.

         - ¡BROOKLYN, MUEVE TU CULO HASTA AQUÍ Y AYÚDAME! - primero pensé que su grito era porque había visto a Harry pero no fue por eso, así que eché a correr hasta la cocina y Harry me siguio. Jenna estaba con la sartén porque se le quemaban las patatas y la cafetera estaba a punto de explotar. Cogí la cafetera y la hice a un lado, después cogí la sartén y la hice a un lado.

          - Yo me encargo - a Jenna se le daba bien cocinar pero ahora no estaba en su mejor momento y creo que sé porque era pero eso era algo que teníamos que hablar las dos solas, no con Harry aquí delante - Coge un vaso de agua y siéntate - obedeció todo lo que le dije.

       - Yo la ayudo - Harry puso una mano sobre el hombro de Jenna y se puso a mi lado a seguir cortando las verduras - ¿Te acuerdas cuando cocinábamos para tu madre? - soltó unas risas - No se nos daba especialmente bien pero al menos lo intentábamos.

       - De lo que mejor me acuerdo fue cuando nos prohibió volver a entrar en la cocina cuando le quemamos el horno - nos reímos juntos - Mejor dicho, cuando le quemaste el horno.

       - Perdona, ese horno era monstruoso y tuvo envidia de mi porque cocinaba mejor que él - Harry siempre soltaba tonterías así. Éste era mi Harry.

       - Estás perdonado - juntos acabamos la comida y comimos los tres juntos - ¿Estás mejor? - le pregunté a Jenna.

        - Eso debería preguntarte yo a ti porque la que está enferma aquí eres tú - dijo ella con una sonrisa falsa. Su ánimo estaba por los suelos.

         - Perfecto, hoy tenéis quien os cuide - cuando acabamos de comer Harry recogió los platos, los fregó y después vino a sentarse con nosotras - Por un día seré vuestro médico barra sirviente preferido - las dos nos miramos cómplices y sonreímos - pero sin abusar, que te conozco - dijo Harry señalándome. - Jenna, ¿empiezas tú? - cogió una de las pequeñas mantas que había sobre la silla debajo de la ventana, se sentó entre nosotras dos y puso la manta por encima.

           - Harry, no creo que sea buena idea - intervení yo.

        - Creo que me vendría bien una opinión de chico - Jenna me guiñó el ojo y le contó a Harry todo - ¿Sabes el típico chico guapo del instituto que te tiene loca y te persigue hasta en la universidad y lo tienes como un fantasma en la cabeza? Conozco a Colton desde secundaria y siempre me ha vuelto loca. - hizo una pausa y continuó - Tenemos un baile de fin del primero año de universidad e iba a conseguir que fuera conmigo al baile pero creo que se lo pidió a otra.

        - ¿Crees? - le preguntó Harry - Yo si fuera tu pasaría de él. Conozco a los chicos así y sé lo que te digo. Cuando hables con él hazte la indiferente, habla con otros chicos o delante de él habla de otros chicos - se encogió de hombros - Si a un chico le gusta una chica, esas cosas le sacan de sus casillas y acabará cediendo.

       - Creo que es el mejor consejo que me han dado hasta ahora - le contestó Jenna, y se le veía más feliz.

       - ¿Y los míos qué? - le pregunté haciéndome la ofendida.

       - Tus consejos son más de "paz y amor, tía" y eso no va conmigo - me contestó.

        - Pienso lo mismo - concluyó Harry. Cogí un cojín y se lo tiré - Vale, vale, ¿y tú qué? - se volvió para mirarme - He oído que tienes a dos chicos detrás de ti.

        - ¿Dos chicos detrás de mi? - no sabía a que se refería. - Creo que te has dado un buen golpe en la cabeza.

       - ¿Entonces no quedas nunca con JJ ni con George y son todo imaginaciones mías? - preguntó Jenna irónicamente.

         - ¿Sabéis la diferencia entre amistad y amor? - les pregunté a los dos y los dos se rieron. Los dos eran mis amigos aunque esa sensación que tenía cuando estaba cerca de George no era lo que se sentía por los amigos.

       - Entre eso solo hay una delgada línea - Harry pasó un brazo sobre mi hombro y me atrajo hacia él - Piensa bien lo que vas a hacer antes de que sea tarde - me dio un beso en la frente - y tú - se volvió hacia Jenna - hazme caso.

          Harry se fue y nos dejó a las dos sentadas en silencio. Cada una estaba pensando en sus cosas. No sabía lo que Jenna haría pero creo que sabía lo que haría yo. Eran mis amigos, lo eran. A JJ le "salvé" la vida como diría él y entendía que estuviera siempre ayudándome y a mi lado pero ¿y George? ¿Por qué estaba él a mi lado? Las dos nos levantamos de un salto y nos quedamos mirando. Las dos nos dirigimos hacia la puerta y bajamos las escaleras corriendo.

           - Tengo algo que hacer - cogí el camino de la derecha y ella se fue a la izquierda. - Sí Brook, vas a hacerlo - resoplé y empecé a andar cada vez más rápida. 

Before the light.Where stories live. Discover now