No Estaba Equivocado

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- Quien era el de la bomba?- a la loba se le aguaron los ojos.

- S-se llamaba Olly... Olliver... es todo lo que sé... p-por favor... no quiero seguir hablando del tema...- se limpió los ojos bajo los anteojos- me trae muy malos recuerdos... y eso es lo único que van a encontrar en los expedientes de esta ciudad, chicos... malos recuerdos...- los dos oficiales se quedaron mirando a la chica cuando escucharon una bocina llamar desde la puerta, ambos se volvieron a ver. Su transporte había llegado.

- Es todo por ahora, oficial- dijo la coneja- muchas gracias por la información- la otra chica asintió con la cabeza baja.

- Por favor...- susurró con la voz quebrada- tengan cuidado...- los dos se miraron y se dirigieron a la salida.

En la entrada los esperaba un joven con orejas y cola de tigre blanco y ojos color miel con las pupilas alargadas como rendijas. Cuando este los vio salir del establecimiento, no pudo evitar brindarles una sonrisa nerviosa.

- No puede ser... no puede ser, no puede ser!- se lanzó sobre la coneja- tú eres la famosa oficial Judy Hopps?! Que... honor el poder conocerla! Estoy al tanto de toda su historia y lo que hizo por su ciudad! Es un placer! Verdaderamente un privilegio! Estoy a su completa disposición- ella sonrió algo extrañada y entonces el cachorro de tigre levantó la mirada, para encontrarse con la del pelirrojo... gruñendo como un perro- y usted debes ser su compañero el oficial Nicholas Wilde! Que gusto!- estrechó su mano entusiasmado- dígame una cosa, señor Wilde... que hay de cierto sobre el rumor que fue usted quien ideó el plan de las moras?!- sonrió enseñándole los dientes sin poder aguantar su emoción.

- Sip! Fue él... a decir verdad, es el mejor estratega del ZPD así que será un gran apoyo en la investigación- respondió la chica apartando al joven del zorro antes que le sacara los ojos.

- Oh! Ya lo creo! Haaa... Judy Hopps me está hablando... s-si no te molesta...- se acercó tímidamente y ruborizado- me podría dar su autógrafo...?- la chica arqueó la ceja extrañada. El zorro se interpuso entre ella y el pequeño fan.

- Ehmm si... escucha, niño... esta chica... es mía...- le dedicó una sonrisa maliciosa- así que será mejor que no te le acerques... o tendré que matarte...- la coneja abrió los ojos asombrada con el descaro del zorro y el joven tigrillo se echó hacia atrás algo cohibido.

- Oh no... no, no... y-yo no quise... e-es que... lo siento tanto, señor Wilde... no fue mi intención...

- Dime Nick, hijo... pero ya sabes...- se le acercó y le puso una garra en el cuello- aléjate de mi novia...- el chico bajó las orejas y se fue algo decaído al vehículo, abrió la puerta de atrás sin decir nada, ni siquiera dirigirle la mirada a la coneja. Judy le esbozó un atisbo de obviedad al zorro y se aproximó al auto. El chico tigre estaba ocupado encendiendo el motor, cuando ella le puso la mano en el hombro.

- No te preocupes- le dijo con una sonrisa sincera- este torpe no va a hacerte nada- tomó la libreta que dejó el muchacho sobre el asiento delantero y lo firmó, le entregó el cuadernillo al joven tigre quien volvió a sonreír con entusiasmo. Nick se sentó al lado de la coneja y le sonrió al tigrecillo, éste asintió y se pusieron en marcha.

Unos minutos, luego de un incómodo y sepulcral silencio la coneja se acercó al chofer e intentó iniciar una conversación.

- Entonces, dime uhmm...

- Ah, me llamo Daniel... pero puede llamarme Dan, señorita Hopps...

- Perfecto, Danny. Puedes llamarme Judy!- esbozó la oficial a gusto por la confianza que el jovencito empezaba a tomar con ambos- entonces, conoces el motivo por el que vinimos a la ciudad?

Zootopia: The New Wild City  [FINALIZADA]Where stories live. Discover now