Evy es una chica tranquila, vive atrapada en su propio mundo. Prefiere quedarse en casa viendo una película, que salir de fiesta un viernes por la noche.
Sin embargo todo su mundo se pone patas arriba cuando conoce a Christopher, un chico guapo, se...
— no sé qué hace Evelyn contigo. Te pido por favor que hagas lo que tengas que hacer y te largues
Christopher se giró al escuchar la voz de Masón
— no la involucres en esto...
Mason lo miró un poco más calmado.
Entre Christopher y yo nunca hubo tal confianza de llevarnos como amigos porque era un antipático y en las últimas semanas de instituto sólo estaba con Evy así qué no hubo esa... Familiaridad.
— bien... ¿de qué querías hablar conmigo?
— ¿has hablado últimamente con ella?
— Obviamente. Está destrozada gracias a ti
Me miró horrorizado. Todo esto resultaba tan incómodo. Dijo algo entre dientes que no logré entender. Podía ver lo vulnerable que se había puesto al hablar de Evy.
— Tiene sus razones
Se dio media vuelta listo para marcharse, pero antes dijo una última cosa y sabía que iba dirigido a mi
— No le digas nada de esto...
— Oye, ¿Qué estás planeando? — le preguntó Mason desconcertado mientras Christopher se subía a su motocicleta
— tengo un vuelo que tomar.
Aceleró y en pocos segundos desapareció del camino. Me bajé del cofre del auto y me acerqué a Mason.
— ahora... ¿en qué nos habíamos quedado?
Sonrió abiertamente y me abrazó sin complicaciones.
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Las vacaciones para mi habían pasado volando y papá me había dado la oportunidad de quedarme la primera semana de instituto en casa de mamá, ella estaba un poco triste por la partida de Evy a Nueva York.
Dejé mis cosas en mi habitación la cuál estaba al lado a la de mi hermana. Entré a la silenciosa habitación de Evy y me senté en la cama.
«vaya» realmente la extrañaba.
Se había llevado todas sus pertenencias importantes y había dejado las de poco uso. Esa noche hablé con Mason y lo ansioso que estaba por la universidad. Mientras me hablaba de lo grandioso que era todo por el campus me sentí celosa.
Mason era guapísimo y siempre había una que otra chica que no dudaba en ir por él. Me calmé y me despedí de él como solía hacerlo.
Dejé el móvil a mi lado y lo único que tenía en la cabeza era que tenía que confiar en él.
El instituto era malditamente aburrido. Los meses pasaron y entonces me di cuenta de que adoraba los fines de semana, porque era los días en los que me la pasaba con Mason.
Íbamos a todos los lugares posibles y me tenía al tanto de su primo y de cómo trataba a mi hermana. Evy podía ser un poco... Reservada en sus mensajes y llamadas, siempre ponía de excusas las tareas y proyectos que le dejaban, así que no tenía mucho tiempo para detalles.
