Très différent de vous

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Sabrina: Ella es...

Lucy: ¡¿Por qué siempre me interrumpes?! –exclamó molesta mirando a su hermana-

Sabrina: Es que me estaban excluyendo de la conversación y yo...

Lucy: Siempre dices lo mismo. –refunfuñó cruzándose de brazos-

Sabrina: Como te estaba diciendo. Mis padres siempre han querido tener hijos absolutamente perfectos y pensaron que ella sería la octava maravilla del mundo, pero descubrieron que el parto de nuestra madre sería de alto riesgo y Lucy estaba a punto de morir. Nuestra madre tenía 7 meses de embarazo y la bebé que se hallaba en su vientre parecía padecer de alguna enfermedad extraña y era cierto... mi hermana se formó con un síndrome poco común; los doctores dijeron que lo más normal en estos casos es que tanto la madre como el feto mueran cuando llegue el noveno mes de embarazo. Mi padre se estresaba cada día más ya que perdería a las dos mujeres que le daban sentido a su vida. Él decidió buscar ayuda de científicos y de profesionales pero... nada funcionaba, todos sus esfuerzos resultaban en vano. Hasta que una noche oscura y lluviosa en la él que estaba totalmente desquiciado, caminando solo por las oscuras calles de París... consiguió a un anciano que era de origen chino y éste le invitó a entrar en su casa y lo resguardó. Le dijo a nuestro padre que su nombre era "Maestro Fu" y lo recibió de manera muy cálida, nuestro padre no resistió y se desplomó rompiendo en llanto confesándole todas las pruebas difíciles por las que él estaba pasando y le dijo que lo peor de todo es que él se hallaba completamente solo y sin apoyo de ninguna persona o familiar. El asiático de edad avanzada se conmovió al escuchar sus palabras y desgarro su alma el observar el semblante de mi padre, le habló de algunos rituales antiguos, medicinas naturales y brebajes que tal vez podrían funcionar; pero nuestro padre es un hombre que solo confía en la ciencia y la lógica razonable... para él todo eso era simple magia y fantasía que resultaría en el fracaso. El señor se acercó a él con una pequeña botella y se la entregó en sus manos con mucho cuidado, le comentó de su gran poder curativo y que hace muchos años atrás en un lugar lejano había sucedido algo semejante y que tanto la madre como el bebé se salvaron gracias a la pócima, le recordó que la esperanza es lo último que se pierde y que intentarlo no le costaría absolutamente nada. Mi padre se levantó del suelo y abrazó al anciano agradeciéndole por sus buenas intenciones, llegó a casa y le dio de beber a nuestra madre un poco de la pócima. Ella cayó en un sueño profundo durante 5 días y al sexto no despertó; él llegó a la habitación después de un largo y atareado día de trabajo encontrando a su esposa aun dormida en la cama... algo que le preocupaba mucho, cuando se acercó a ella para besarla en la frente... se dio cuenta de que ya no respiraba y tampoco se escuchaban los latidos de su corazón; se aterro y corrió para llamar por teléfono a una ambulancia, ellos fueron llevados inmediatamente a la clínica más cercana pero... todo fue en vano, nuestra madre y Lucy habían muerto, esa noticia destrozó por completo el corazón y el alma de nuestro padre y... él no sabía que sería de él de ahora en adelante. Pasaron las horas, la tomaba de la mano... lloraba desconsoladamente... besó su frente y él seguía esperando fielmente a su lado tal y como lo había prometido cuando se casaron. Esperaba a que ella despertara, pero al parecer eso nunca sucedería, llegaron las enfermeras y los doctores para desconectar el frio y pálido cadáver, nuestro padre rogó y suplicó que no lo hicieran pero no querían escucharlo, justo en el momento en que ya desconectarían la máquina... su cuerpo se levantó y ella abrazó fuertemente a nuestro padre, todos los presentes en la sala se hallaban en shock y estupefactos... de hecho algunas enfermeras y doctores se desmayaron. Papá no se movía... eran tantos los sentimientos encontrados que no sabía cómo reaccionar ante tal suceso. Mamá lo besó suave y dulcemente en los labios, ella le dijo... "lo último que se pierden son las esperanzas", él la abrazó con mucha más fuerza y acariciaba su vientre, se miraron fijamente con sus ojos totalmente cristalizados por las lágrimas de gozo. Ellos dicen que lo que sucedió fue un milagro; nuestro padre salió en busca de aquel señor asiático, pero no lo consiguió por ninguna parte y preguntó por él pero nadie lo conocía, entonces sintió que la única manera de devolverle el favor era... haciendo el bien hasta el fin de sus días, ayudando y sirviendo a los demás, amando a su familia y a su esposa. Nuestros padres cambiaron su nombre de "Maestro Fu" a "Salvador" y a Lucy le dicen "Nuestro pequeño milagro".

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⏰ Última actualización: Dec 05, 2016 ⏰

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