Parte 37

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  – Tengo un problema. –Susurré.
– ¿Cuál? ¿Qué pasa? –Disimuló mientras caminábamos hacia mis padres, en el restaurante.
– Me duele el trasero, y no me puedo sentar.
Él carcajeó un poco mientras nos acercábamos.
– Pues no sé, cómo harás, pero intenta disimular un poco y que no crean que acabas de tener sexo anal.
Bromeó y se fue a sentar a un lado de sus padres. Éste hijo de la gran...
– ¿Qué van a querer? –Pregunta mi padre.
– Emmm, no sé, pollo, qué sé yo. –Contestó Suga.
Estoy parada detrás de la silla, viendo a todos al mismo tiempo, creo que no notan que no me he sentado.
– Siéntate ___. –Bromea Suga.
– No jodas, así estoy bien.
– Cierto, hija siéntate.
"Un pequeño salto para el hombre, un gran salto para la humanidad" ¿Por qué weas pienso palabras de personas que viajaron a la luna cuándo me duele el trasero? Miro a Suga quién sonríe disimuladamente, e intento que ya nada parezca sospechoso. Me siento normalmente, soportando el tedioso dolor como una mujer que debo ser. Miro distraídamente hacia cualquier lado intentando no mirar a Suga para que no me joda con sus miradas. Mi madre habla con mi tía, mi papa con mi tio, y yo sólo miro hacia la nada, siento la mirada de Suga, pero ignoro mi impulso de mirarlo. De pronto Suga se levanta y camina a la barra, posa los hombros sobre ella y me hace señas de que vaya.
No te levantes, no te levante, no te levantes...
– Con permiso... –Prepotente, eso soy.
Camino hacia él, me paro a su lado y éste ya había ordenado un tequila, o ¿Qué sé yo?
– ¿Para qué me llamabas? –Éste hace ignorarme y bebe de su bebida, arruga la cara ligeramente y respira hondo.
– Mira para atrás.
Habla ronco, disimuladamente, hago como si me fuese a recoger el cabello y volteo la cara, y ya entiendo, J-hope estaba sentado a una mesa de nosotros, y me estaba mirando. Sonrío simpáticamente, y volteo hacia Suga de nuevo.
– ¿Qué quieres probar? –Me hago la idiota.
– Anda al baño de mujeres, quítate el pantalón y espérame ahí, procura que el idiota te vea. –Y terminó su tequila.
– Pe...
– Obedece. –Gruñó.
Sin decir nada más, obedecí. Caminé al baño y le sonreí a J-hope coquetamente, procurando que me vea entrar al baño, tal cual ordenó Suga. No sé qué quiera pretender, pero sé que su ego está detrás de todo esto. Cierro la puerta, me aseguro que esté vacío, bien... Me miro frente al espejo del lavabo, estoy estática, mierda, ¿Qué hago? El pantalón, coño. Abro la cremallera, y deslizo estos por mis piernas.
– Ash...
Me quejo, aún me arde el trasero. Lo tomo desenrollándolo de mis pies, y al alzar mi mirada ahí está él, mirándome sexymente y con sus ganas de joderme.
– ¿Qué? Por... ¿Por qué me hiciste venir aquí?
No responde, y pasa el seguro al cerrojo. Se comienza a acercar a mí lentamente y me hielo, como de costumbre. Me toma por la espalda y apega su frente a la mía cerrando los ojos, mientras me lleva hacia la pared, así, con lujuria. Azota mi espalda contra la pared, y pone su rostro en mi cuello, respira fuertemente, inhala en mi cuello, me excita, pero es tan preocupante.
– ¿Qué tienes? ¿Qué pasa? –Hablo en un semi-gemido.
Él gruñe, y me toma firmemente por el trasero, lo aprieta ligeramente e evito las ganas de gruñir, aún duele. Los acaricia y me carga a su vientre, con una mano sosteniéndome de mi trasero, lleva la otra a mi sexo y gruñe.
– Mía... –Proclama– Mía... –Repite– Mía joder... –Gruñe posesivamente.
Gimo dulcemente en su oído, sintiendo cada tacto que en mí afecta. Hunde sus dos dedos en mi intimidad y halo su cabello mientras gruño en su oído. Recuesto mi espalda de la pared y dejo que él continúe. Saca e introduce sus largos y versátiles dedos en mi sexo, delicioso, caliente, Dios, sólo cómo él sabe que me mata y revive al mismo tiempo. Muerdo mi labio y él se pone de rodillas a mí y a su vez baja mis bragas con él. Arqueo mis piernas y con mi mano derecha me sostengo de la mesa del lavabo mientras que con la izquierda del secador de manos, y entonces su lengua yace en mi clítoris, haciéndome retorcer del delirio, sus dedos nunca abandonaron mi sexo, y seguía sacándolos e introduciéndolos. Con mi labio atrapado con mis dientes aprieto la cerámica del lavabo y pego aún más mi espalda a la pared.
– Suga... –Gimo débilmente– Más...
Y casi puedo sentir cómo sonríe en mi intimidad deteniéndose por unos segundos, para entonces ya sus expertos y rítmicos dedos hacen de mis sentidos mierda, aumentando el ritmo con el que los sacaba e introducía y a su misma vez su lengua hace círculos alrededor de mi clítoris. Llevo mi mano izquierda a su cabellera, y encrespo mis dedos entre sus mechones, mientras jadeo y contengo mis ganas de bendecir su nombre. Estoy al borde de llegar al clímax, al oasis, al cielo, al infierno... sí, al infierno de Min Yoon Gi, ahí, ahí a dónde siempre me lleva haciéndome creer que es un cielo, un manantial, o un reino... cuando en realidad es sólo un infierno, un infierno al cual estoy condenada a amar, por el resto de mi vida.
– ¡Ahhh! –Chillo y él adentra sus dedos profundamente y hunde su rostro entre mis piernas... haciéndome llegar a ello, a su infierno... oh su tan delicioso y caliente infierno.
Muerdo mi labio y enredo mis dedos en su cabellera, y él se levanta, mira mi rostro y ataca mis labios, haciéndome probarme a mí misma. Me apega a él y urge a acariciar mi espalda mientras lo hace, nuestros labios juntos en una guerra, probando quién es más apasionado que el otro... y corta el beso en seco, dejándome con mi sabor en mi boca.
– Vístete. –Ordena, yéndose del baño, dejándome confundida y algo aturdida por el reciente orgasmo.
Pero... ¿khe :v?  

pecados con mi primo(adaptación)suga y tuWhere stories live. Discover now