Parte 29 :p

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antes de empesar pido una disculpa porque ya habia saldo j-hope anterior mente y no me habia dado cuenta sorry XD

  – La misma noche que te hice mía por primera vez...

Y la decepción me arrolla con las luces cegadoras... ¿cómo pude estar acostándome con ésta asquerosidad de humano por tanto tiempo? ¿Cómo no vi la clase de persona que es antes? ¿Por qué, mierda? ¿Por qué?
Doy la vuelta para encararme con él y su expresión es dura, fría, no refleja nada o simplemente no puedo ver nada...

– No están esperando ____. –Habla firme sin su mirada abandonar la mía.
– Ellos pueden esperar, las preguntas que tengo...
– También pueden esperar –me interrumpe y trago saliva con un nudo en la garganta.

No voy a llorar, no, no lo haré... ¡maldita sea que no!

– Bien.

Escupo y doy media vuelta mientras camino con grandes pasos... quiero estar lejos de él, lo más lejos posible, no puedo estar cerca de alguien como él, o por lo menos no por ahora. Suga debe responderme muchas cosas que aún permanecen en incógnita para mí... pero algo tengo claro, y es que esto debe ya de tener un punto y fin.
Las lágrimas abarcan mis ojos pero no debo de llorar frente a nadie... no joder... Acerco las manos a mis ojos e intento quitarlas, pero más siguen apareciendo y me estoy acercando a mis familia y Rosita. De inmediato mi padre se me acerca.

– Oh cariño, ¿por qué lloras? – ¿ahora qué? ¿qué digo?
– No nada... solo que...
– Acabamos de ver las noticias, y algo muy trágico ha sucedido. –Llega Suga por detrás, su rostro preocupado.

Él sabe actuar mejor que yo.

– Ha de ser muy grave como para que ____ se haya quedado así. –Habla Isabela.

No tienes ni puta idea.

– La verdad sí, han hallado a unas niñas que tenían escondidas o algo así, las torturaban o esas cosas... A ______ le llegó al alma, tenían su misma edad.
– Oh eso es muy triste. –Habla Rosita y se me acerca y abraza.

¡¿Qué mierda?! Creo que ya no estoy llorando sino que quiero vomitar.

– No me toques. –Desprecio y ella se sorprende junto con todos.
– ________ esa no es manera de reaccionar. –Me regañan.
– ¡Despierta! ¡Ella no es tu hija!

Le volteo los ojos y me abro paso de vuelta al hotel, escucho sus gritos y regaños pero yo solo camino de vuelta. Llego al hotel y solo corro a los ascensores, entro y presiono los putitos botones con luces. Miro al frente, las doble puertas comienzan a cerrarse pero justo antes de tocarse, un pie interrumpe su cierre... ¿debo adivinar? Comienzan a abrirse nuevamente.

– Deja de huir. –Regaña con sus aires de firmeza.
– Deja de mentir.
– No es que te mienta es que te protejo...
– ¡vaya forma de hacerlo! –Alzo la voz.

Las puerta vuelven a intentar cerrarse pero él coloca ambas manos en éstas y de nuevo se abren.

– Si no fuese por mí quizás tú igual que las otras estuviesen aún encerradas y créeme que conmigo y Jimin juntos nadie las salvaría. –Está enojado.
– ¿Y por qué simplemente no dejaste que Jimin me involucrara?
– ¡porque me importas!

Y... un silencio queda en el aire mientras nuestras miradas se entrelazan. Él está sorprendido por lo que acaba de confesar al igual que yo... las puertas intentan cerrarse, él las vuelve a abrir... y entra conmigo. Se coloca a mi lado y mira al frente, la tensión es palpable e incómoda.

– ¿por qué no te regresas con tu Rosita? –Hablo entre dientes mientras el ascensor comienza a ascender.
– Porque ya se me quitaron las ganas de recorrer el maldito lugar.

Pasado el minuto más largo de la vida, llegamos a la suite como completos extraños, pero gustemos o no, compartimos la misma puta habitación, al tocar la manija, el teléfono de Suga suena y por más extraño que en mí parezca, volteo a verlo porque me interesa... pero no sé por qué. Él mira la pantalla y contesta.

– Siempre sé el motivo de tus llamadas. Lo de siempre. Ese ya no es mi problema. No te interesa, tú sabes lo que debes hacer. No lo sé, pero en mi casa no quiero policías.

Suga contesta todo sin dejar de mirarme y yo a él... creo saber lo que pasa.

– Bien, adiós.

Cuelga, toma aire, guarda su teléfono, y me encara.

– ¿quién era? –Lo ataco sin peros.
– Alguien...
– Dime. –lo interrumpo.
– No es nada...
– Merezco saber joder. –Golpeo la puerta cortando sus palabras de nuevo y él se sorprende. Toma aire.
– Era... un infiltrado de la policía. –Mierda– él es quién limpiaba nuestros expedientes negros cada vez que nos descubrían.
– ¿y qué quería?
– Solo llamaba para preguntarme si iba a querer que limpiara mi nombre de los resultados que den los análisis de pruebas y todo eso...

Así que de esa forma su juego ha durado por tanto tiempo.

– Cada vez... me arrepiento aún más de haberme metido contigo.

Mis palabras me hieren, y a él igual, lo sé, pero también sé que él sabe actuar... lo que me lleva a darme cuenta que no hay pendeja más estúpida que yo.

– Podrás arrepentirte la vida entera y suicidarte si gustas... pero ya no hay vuelta atrás...
– ¿quién dice?
– Yo... tú eres mía, y eso es ley, te guste o no. Eres de mi propiedad.

No sé si quiero contradecirlo o simplemente escupirle la cara.

– Tú no puedes obligarme a nada.

Él sonríe, y me arquea una ceja.

– No hay necesidad de obligarte a nada que no gustes _____... –habla divertido ¡pero éste no es un tema de juegos!
– ¡Yo no soy de tu puta propiedad! –Me pongo histérica ante su cinismo.
– Eso está por verse...  

pecados con mi primo(adaptación)suga y tuOnde as histórias ganham vida. Descobre agora