Parte 5

7.9K 458 46
                                    

  –Lunes por la mañana después de natación–

– Sí Sr. Rector, prometo que no volverá a suceder. –Le dijo Suga ante los regaños del rector, entonces se vuelve hacia la madre de Katherine– Y disculpe lo ocurrido Sra. Madre de Katy, prometo que esto no volverá a ocurrir. –Le habló con pene, ésta le sonríe amigablemente.
– Muy bien, eso espero, pueden retirarse mientras yo termino de hablar con la señora y su hija. –Terminó el viejo.

Me levanté de la enorme silla de cuero marrón frente del escritorio del rector junto con Suga, de seguro ya tengo un regaño garantizado. Salimos de la oficina, miré la cara de Suga, tenía una expresión dura, enojado, con furia. Al cerrar de la puerta, escuché el primer grito.

– ¡¿Pero qué maldito carajo estabas pensando?! –Su voz era fuerte, por suerte no había nadie en los pasillos– ¡¿Cómo se te ocurrió intentar ahogar a Katherine en plena clase de natación?! –Mi mirada estaba en el piso, sólo para que Suga no me escuche reír.
– ¿Cuántas veces te eh dicho que la ignores? –Continuó su regaño– ¡Pero no! Cómo yo soy ______ y soy muy malota. –Intentó imitar mi voz, no pude evitar reír aún más– tuve que meterle la cabeza a Katy en la piscina...
–Hey, hey, hey, ella se lo buscó... –Lo interrumpí entre risas.
– ¿Y aún tienes los santos ovarios de reírte? –Él se hizo el ofendido– Y para completar la gran cagada tuya, ¡me llaman a mí, para que arregle tus putos problemas! ¿A caso me vieron cara de niñero? –Suga hacía cara graciosas, ¿Y el muy puto no quiere que me ría a carcajadas? – ¡Yo! Min Yoon Gi, que soy un chico tan estudioso, y me vienen a interrumpir en mis estudios por tu culpa. –Su sarcasmo era notable.
– Oh Dios, discúlpame señor-yo-soy-muy-estudioso-y-no-me-gusta-que-me-interrumpan-mientras-estudio. –yo me burlaba, la conversación y su supuesto enojo me tiene sin cuidado– Y no, no eres mi niñero, pero eres quién me representa en el colegio, por si se te olvidaba.
– Le diré a tu padre que peleaste hoy en el colegio para que te castiguen –amenazó Suga.

¿Esperen qué dijo?

-¡No por favor! Mi papá me dijo que a la próxima llamada de atención en el colegio me quitaría la tarjeta de crédito, y yo sin ella no soy nadie, no Suga, te lo suplico – ¡Esto es serio!
–Está bien... No le diré, y no te castigará. –Pero justo antes de que pueda soltar el suspiro de alivio, me las corta– ¡Él! No lo hará, yo lo haré.
– ¿Disculpa?
–Dame tu tarjeta...
–Pero...
-Sin peros, –Ésta vez se había ido toda la gracia– dame tu teléfono, las llaves de tu auto, y tu tarjeta –Su voz era fuerte, dura y dominante.
–Por favor...
– ¡AHORA!
–No tienes derecho –Reproché negándome.
– ¿En serio? ¡Já! Creo que lo que tu padre el cual tiene toda su confianza puesta en mí, me dejó claro que tengo todo el derecho proporcionado sobre ti, ¿qué parte de eso aún no comprendes? –Su voz era posesiva, me calentaba, pero éste no es un buen momento de follar.
– Teléfono, –extendió su mano. Obedecí de mala gana. – Llaves...

Maldita sea, ahora tendré que andar en bus. Le entrego las llaves de mi auto con dolor... y entonces sé, que viene lo peor.

–Tar-je-ta... –Él disfrutaba hacerme sufrir... pues sabe que de alguna forma u otra, yo lo voy a convencer de dármelas.
– Puedes pedirme otra cosa, y lo sabes bien... –Mi voz era picara.
– Seré justo, si te pido lo que quiero, después no te voy a una mierda para que no andes de zorra... Tarjeta.

Respiro hondo... cierro los ojos y con mucho puto dolor tomo la tarjeta de crédito de mi bolsillo y se la entrego.

– ¿Algo más? –Mi voz era cortante.
–Sí... no saldrás con tus perritas amigas por un mes.
–Pero...
-NADA –Me interrumpió– ahora camina, tienes clases, y por suerte no te suspendieron.

Él tenía razón, tenía todo el poder absoluto sobre mí, podía castigarme cuando guste, podía decomisarme cosas cuando guste, y a lo maldita sea, yo tenía que aceptarlo, gústeme, o no.
Le voltee los ojos, y me di vuelta, pero me toma de la mano, y me apega a él, se acerca lentamente a mi oído, estremeciendo todo mi cuerpo con puta facilidad.

–Recuerda... –Acarició mi brazo, dejando un rastro cosquilleo mientras me acaricia– que...ésta tarde, tenemos un encuentro pendiente, y que no te salvas del. –Asiento mientras respiro el aroma de su perfume en su cuello, oh tan jodidamente delicioso.
– Imposible de que se me olvide... –Respondo lento y casi gimiendo en su oído... y Dios, sólo está acariciando mi brazo.
– Otra cosa... recuerda no traer ropa interior. –Dice y entonces ya se había marchado, dejándome con un gran nudo en la garganta.  

pecados con mi primo(adaptación)suga y tuWhere stories live. Discover now