Ocho

99.3K 8.8K 3.9K
                                    

Multimedia: Motivation- Normani

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Multimedia: Motivation- Normani

Los días se han esfumado lentamente mientras cuido a Romeo.

No he recibido mensajes de Liam, ni tampoco me he atrevido a escribirle.

Permanezco silente, observando su contacto registrado en mi teléfono como una posesa, sin animarme a preguntarle por qué me besó y después huyó.

He recorrido cada rincón que he podido del departamento, buscando indicios de que Liam tiene alguna novia, amante ocasional o ex esposa, pero no hallé nada. Me sorprende que un hombre como él se encuentre soltero. Es atractivo, tiene buena posición económica y es a todas luces un caballero.

¿Por qué razón está tan solo?

Durante mi estadía en este lugar he descubierto algunas cosas interesantes: Liam tiene una obsesión por la ropa en color azul, es amante de la literatura clásica de terror y tiene una especie de pequeño sótano cerca de su cuarto; que ninguna de las llaves que me dejó logra abrir. Ubicado como una trampilla junto a su cama, me enviaba un aura rara, extraña. Como si algo tenebroso y maquiavélico pudiese escapar si conseguías insertar la llave correcta en la rendija y abrirla.

—¿Y qué tal que en ese sótano esconda los cadáveres de sus ex novias? —Tengo a Olivier en el altavoz. Se supone que Liam llega hoy, así que me ando arriesgando a que me encuentre parloteando imprudencias con mi mejor amigo.

—No me estás ayudando, Olivier. —rebato con molestia. —Seguramente guarda maquetas importantes que no quiere que dañe, supongo que recuerda lo torpe que soy. Me vio derramando el refresco varias veces en la cafetería del instituto.

—¿Me repites qué fue lo que te dijo después de besarte?

—"No es tiempo para esto, no debí apresurarme" —cito, entrecerrando los ojos. Ojalá pudiera comprender a qué se refería.

—Tal vez se está divorciando y no quiere concretar algo contigo antes de eso.

—No tiene sentido que se tome tantas molestias con una chica que no ha visto en cinco años.

—¿Has pensado que reencontrarte con él no fue una coincidencia? —expresa como si fuera demasiado obvio. —¿Y que se alejó porque le provocabas sensaciones prohibidas?

Bufo, lo que dice me resulta tan improbable como que lluevan diamantes.

—Cuando nos conocimos yo ya tenía dieciocho y él veintiocho, ni siquiera era tan adulto. No es como si hubiese cincuenta años de diferencia entre ambos—esclarezco.

—Pero seguías siendo su alumna, y eso provocó que frenara cualquier tipo de atracción hacia ti.

—Pero pudo buscarme al salir del instituto, ya no era mi profesor. No había nada que le impidiera acercarse a mí.

Más que su Alumna - Ya en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora