Nicolás ríe.

—¡Ya van para allá!

Cuelga.

¿Quiénes vienen? Me paro de puntillas, pero no veo nada más que cabezas hasta la reja de color azul. Al fondo está un gran escenario con una marea de personas saltando y gritando al ritmo del chico que canta.

—Si te sientes incómoda...

Sofía está pálida y la mano que sostengo se ha cubierto de sudor.

—Estoy bien —interrumpe So—. Sólo deja de decirme cosas así porque entonces sí me altero.

—De acuerdo...

Me siento analizada por rayos x cuando un grupo de chicos pasa a nuestro lado y recuerdo por qué es mala idea llevar falda a eventos así. No me detuve a pensar en esos detalles porque mi mente viajaba al camerino de Arabella y al color oscuro de cierto par de ojos, que continúan inquietándome como desde el primer momento en que los vi.

Entonces descubro a Cedric y Eric hablando con el chico de la entrada. Los tres nos miran y tiro de Sofía para acercarnos, pese a las miradas fulminantes de quienes siguen en la fila. Eric está... ¡vaya! Tiene una chamarra negra de mezclilla y el cabello suelto. Además lleva unos lentes oscuros, no sé por qué, pero agrega misterio a su rostro.

Nadie tiene que saber lo mucho que me gusta cómo se ve o que detesto no observar sus ojos escondidos por los lentes.

—¿Son sus novias? —pregunta el chico.

¡¿Sus qué?! Estrujo la mano de Sofía y suelta un quejido. Eric me mira, creo, y contesta.

—Sí, son ellas.

El chico no parece convencido, pero nos deja pasar y una ola de protestas estalla en la fila. Esta vez es Sofía la que tira de mí porque apenas si puedo moverme...

—Parece que sufrirás un ataque al corazón —me dice ella.

¿Parece? ¡Voy a sufrir un ataque al corazón!

Sofía suelta mi mano y la busco con desesperación, pero es Eric quien me agarra. Luego se acerca mucho hasta susurrar a mi oído.

—Aura, sólo tienes que fingir hasta que estemos detrás del escenario —su aliento me acaricia la piel y mi corazón elabora un triple salto mortal—. Respira, no muerdo...

Esa última parte lo ha dicho con cierto tono que ha conseguido todo lo contrario... ¡Todo lo contrario! ¡Por tercera vez en el día creo que moriré asfixiada! Y el calor... ¡Tengo demasiado calor! ¡Creo que me voy a desmayar!

No soy capaz de hablar porque no sé qué decir... Tal vez pedirle que me suelte sería buena idea, pero mis labios están sellados. Sofía y Cedric van tomados de la mano, unos metros por delante de nosotros, y notar la tranquilidad en ella consigue ese efecto en mí.

—¿Mejor?

El agarre de Eric es firme y le sigo a través de las personas que se niegan a moverse. Los empuja y abre paso para mí. Varias chicas nos siguen con la mirada, no sólo a nosotros dos, sino que a Sofía y Cedric también.

—Sí, es sólo que...

Me rodea por la cintura y callo. Sólo lo ha hecho porque pasamos cerca de unos borrachos, pero estoy muy nerviosa. No me gusta sentirme así con él, quiero que todo sea natural y espontáneo como antes.

Suspiro aliviada cuando veo al chico de seguridad, que cuida la entrada hacia la parte trasera del escenario, y nos deja pasar al creer que sí somos novios.

La Melodía de Aura 1 - PreludioWhere stories live. Discover now