XXIX. Conversación en lo oscuro

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*Dos horas después*

*Granny's*

Todos estaban bastante preocupados pues ni Regina ni Robin contestaban el teléfono. Henry sentía una opresión en el pecho y estaba muy angustiado.

–No puede ser que no llegaran, algo debió sucederles –con lágrimas en los ojos.

–Cálmate, chico –lo abrazó Emma. –Seguramente se extendieron platicando y no han escuchado los teléfonos. No te angusties. Mejor ve con Roland y trata de distraerlo, siente la presión del ambiente. Nosotros intentaremos comunicarnos, ¿sí?

Henry asintió y se sentó junto a Roland.

–Estoy muy angustiada, mamá. Esto no es propio de Regina y menos de Robin.

–Tal vez estén hablando todavía –agregó Zelena –no veo por qué debamos preocuparnos, la situación está difícil pero mi hermana ha sabido manejarlo.

–Esperemos que tengas razón, hija –intervino Cora.

En ese instante Robin apareció por la puerta y Roland corrió a abrazarlo. Todos voltearon a verlo y se percataron de la ausencia de Regina. Se acercaron preocupados. El primero en interrogarlo fue Henry.

–¿Dónde está mi mamá? –Lo miró con atención. –¿Por qué estás golpeado?

Suspiró. –Alguien nos atacó y ella desapareció.

*En otra parte...*

Regina despertó aturdida.

Observó a su alrededor con curiosidad y se levantó lentamente.

Estaba junto al lago pero ¿por qué todo estaba lleno de neblina?, ¿dónde estaba Robin? La cabeza le daba vueltas. De pronto vio que varias personas se acercaban.

–¡Es ella! –Gritaron entre la multitud. –¡No dejen que se escape!

El miedo la invadió y se echó a correr lo más rápido que pudo para internarse en el bosque. ¡Qué demonios estaba pasando! Corrió lo más fuerte que sus piernas le permitieron hasta llegar a la que parecía ser la Casa del Aprendiz aunque un poco más sombría.

Se adentró rápidamente por una ventana y espero a que la multitud se disipara. Respiró profundo y observó el interior de la casa. ¿Qué rayos? Nada estaba como lo recordaba.

Caminó por el lugar hasta la que se suponía que era su habitación y encontró un desastre. Se sentó en la cama y miró al espejo donde se reveló la imagen de su familia en Granny's. Se acercó al espejo y notó que Robin se encontraba con ellos. Estaba golpeado.

–¿Sorprendida, Regina? –La cuestionó una misteriosa voz, proveniente de las sombras.

Volteó espantada intentando descubrir de dónde provenía la voz.

–¿Quién eres? –A la defensiva.

Caminó hacia ella revelándose ante la luz. –Hades.

–El Dios del Inframundo –con un hilo de voz.

–Así es, querida. –Le sonrió. –Es un gusto conocerte.

–¿Qué es lo que quieres?, ¿dónde estoy?, ¿por qué estoy aquí? –Entre molesta y asustada.

–Primero tranquilízate que no pienso hacerte daño. –Suspiró –estás en el Inframundo, te traje porque necesitamos hablar.

–¿Por qué?

–¿Te suena familiar el nombre de Rayza o de Cora?

–¿Las conoces? –Sorprendida.

–Por supuesto. Cora regresó a la vida gracias a mí y me temo que Rayza también.

Entre las Sombras de la ReinaWhere stories live. Discover now