XXVI. El trato

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Todos se quedaron en shock con la noticia. Regina la miró mientras la ira comenzaba a crecer en su interior. ¿Qué clase de broma era esa?

Su mente comenzó a pensar lentamente en cada una de las palabras de Rayza y de lo que había pasado entre ellas cuando la privó de la vida. La cabeza le daba vueltas y en conjunto con la ira que tenía el resultado no estaba siendo muy positivo.

Su magia comenzó a dar señales de "vida propia". Al parecer, no todo sería fácil. De un momento a otro sintió que perdió el control sobre sí misma y comenzó a ahorcar a Cora, quien no daba crédito a lo que sucedía.

Todos estaban en shock observando la escena. Daniel intentó detenerla pero no tuvo éxito y Robin estaba en el piso muy débil por lo sucedido. Nieves se acercó con cuidado pero obtuvo el mismo resultado que Daniel y mejor prefirieron no acercarse más.

–Re... gi... na...

–Quiero toda la verdad –su voz era fría y dura.

–Sí –contestó en un hilo de voz.

Regina la soltó y se acercó imponente hasta Cora. Su presencia denotaba furia contenida y mucho poder encapsulado. Cora se sintió intimidada y decidió cooperar en vez de retarla.

–¿Por qué lo callaste?

–Nunca lo supe en vida –confesó. –Me enteré de la verdad hasta que llegue al Inframundo.

–No te creo.

–Te lo juro por la vida de Henry.

–¡No uses a mi hijo para jurar tus mentiras! –Explotó.

–Regina, jamás supe que esa mujer me había dado la vida –suplicó. –Hades fue quien me contó la verdad sobre Rayza.

Regina la miró dubitante.

–Tu madre dice la verdad, Regina –aseguró Gold ante la sorpresa de todos.

–¿Cómo lo sabes?

–Porque el único que conocía esa verdad era yo –confesó. –Me callé porque ambos sabemos que un trato es inquebrantable y tenía mis propios intereses.

Eso fue la gota que derramó el vaso para la Reina. Su magia y la ira no eran una buena combinación.

–¡He sido el títere de ambos pero se van a arrepentir! –Sentenció. –¡Eso se los juro!

De un movimiento extirpó ambos corazones y desapareció de ahí.

*Casa del Aprendiz*

Regina apareció en la habitación que había compartido con Henry y Roland minutos atrás. Se miró en el espejo y el reflejo se transformó en imágenes que pasaban rápidamente. Eran demasiadas y no se distinguían.

Cerró los ojos un momento y trató de concentrarse. Tal vez en esas imágenes estuvieran las respuestas que estaba buscando. Volvió a abrir los ojos y se topó con imágenes más claras y una voz en su cabeza.

–Te dije que me necesitarías, querida –la voz sonrió con malicia. –¿Estás segura de querer descubrir lo que tan celosamente se te ha negado?

–Sí, estoy segura –dijo sin titubeos.

–Entonces es momento de un trato –sonrió la voz en su cabeza.

–¿Cómo pretendes tener un trato conmigo? Somos la misma persona.

–Claro que no. –Sentenció. –Tú eres una Oscura temporal mientras que yo soy todos los oscuros que han existido.

Entre las Sombras de la ReinaΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα