Capítulo 29

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Caín.

Ví como mi hijo caía, a su lado lo hizo Elene, solté un grito de horror, el maldito de Luka lo había apuñalado, mi reacción fue descargar todo mi cartucho en él, pero ya era tarde, mi hijo estaba en el suelo, sangrando, corri hacia él sin importarme el fuego cruzado, Jason me miraba desde lejos y su rostro se lleno de miedo cuando miro a donde Duncan, corrí más rápido y llegue hasta él. Caí de rodillas y lo atraje a mis brazos, sus ojos estaban cerrados y su respiración disminuía. Su cuerpo estaba lleno de sangre, apesar de que traía el chaleco, ese maldito lo había apuñalado en los costados, mis lágrimas nublaban mi vista, mi hijo estaba debatiendose entre la vida y la muerte, el sonido de una ambulancia se oía a lo lejos, sólo esperaba que llegará a tiempo.

Tony se arrodillo junto a mi, y poco después hizo que me levantará, yo luche contra él, no podía dejar ahí a mi hijo.

-¿Qué mierda, Tony?.le grite.

-Tenemos que irnos, si la ambulancia llega, estaremos jodidos.-me alejo de Duncan, vi como algunos hombres lo levantaban y yo gritaba una y otra vez, Jason sometía a Dereck y lo adentraba a una camioneta, las balas seguían lloviendo. Duncan fue introducido a una de las camionetas, está salió derrapando de mi vista, me deje llevar por Tony y entonces fuimos tras él. Por el espejo retrovisor vi que Jason venía en la camioneta de atrás, algunos de nuestros hombres se quedaban ahí, disparando, siendo fieles hasta el final, el infierno que se había desato estaba por terminar, pero las consecuencias eran catastróficas.

...

Jason.

Mi hijo se estaba debatiendo entre la vida y la muerte, mientras yo golpeaba a Dereck una y otra vez, mientras Tony lo ahogaba en el agua, mientras ambos le hacíamos ver su maldita suerte. Dereck estaba cada momento más débil, su vida se estaba terminando, y yo no me sentía mejor, porque mi hijo también podía morir.

Duncan estaba en la planta de arriba con varios doctores, aparatos, y un montón de medicamentos e instrumentos médicos. No podíamos llevarlo a un hospital, y eso me causaba una gran impotencia, mi hijo podía morir y yo no iba a poder hacer nada, la policía estaba pisandonos los talones. Nisiquiera estabamos en casa, estabamos en un lugar a las afueras de Siena, en una casa de Adam.

Me limpie las manos con una toalla humedas y subí al piso donde todos estaban, Caín estaba sentada en el suelo, afuera de la habitación. Su rostro estaba escondido entre sus rodillas, Cailin era abrazada por Theo, y los chicos eran arropados por sus madres. Mientras los demás estaban lejos conversando con Adam.

Me acerque a Caín, ella levanto el rostro y se puso de pie, no tardo nada en abrazarme, sus brazos se aferraron a mi.

-Shh amor.-sus sollozos se hacían cada momento más fuerte, mi corazón se estaba rompiendo en miles de pedazos, las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, el dolor que sentía era enorme, mi hijo no podía terminar así, tenía toda la vida por delante, tenía que seguir, él era apenas un niño.

El doctor salio lo que pareció siglos después, se acerco a nosotros y yo sentía que mi alma abandonaba a mi cuerpo.

-Hicimos todo lo que pudimos, pero necesitamos un verdadero equipo si quieren que sobreviva, las puñaladas dañaron su higado, provocaron daños en las costilas y perdio bastante sangre, su hígado está inflamado, algo que en definitiva no es bueno, debemos hacer una cirugía urgente, controlamos la hemorragia, pero si lo dejamos estár Duncan no sobrevivirá.-Caín sollozo con más fuerza aún, no sabía que hacer, si Duncan pisaba un hospital, inmediatamente la D.I.A estaría custodiandolo. Pero si se quedaba aquí, mi hijo moriría.

-Pida una maldita ambulancia, Duncan será ingresado a un hospital.-el doctor asintió. Caín se alejo de mi y me miro con horror.

-Confía en mi cariño, todo estará bien, te lo juro.-tenía un plan en mente, nada ni nadie impediría que mi hijo siguiera luchando por su vida.

Duncan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora