Capítulo 10.

754 57 16
                                    

Agnese iba de aquí para allá, había decidido que se iría a vivir conmigo por cuestiones de seguridad, ahora más que nunca teníamos que estar alerta.

Yo estaba tumbado en el sillón viendo televisión, ella llevaba por lo menos dos maletas ya empacadas y aún decía que le hacían falta cosas.

El timbre comenzó a sonar y maldije porque significa que yo tendría que abrir.

-Duncan, abre por favor.-gruñi.

-Si, mi señora.-se escuchó una risita por parte de Agnese.

Sonreí, pero mi sonrisa se borro cuando vi al chico que estaba en la escuela con Agnese, frente a mi.

Él me miro sorprendido y yo lo fulmine con la mirada.

-¿Se te ofrece algo?.-dije serio.

-¿Se encuentra, Agnese?.-pregunto nervioso.

-¿Quien pregunta?

-Un amigo.

-No pregunte que...-Agnese me tomo del brazo y se coloco frente a mi.

-¿Qué haces aquí?.-le pregunto al chico, estaba tensa.

-Te dije que debía hablar contigo, es importante Agnese.

Volteó a mirarme.- ¿Puedes terminar de empacar? En un momento voy.

-No.-me cruce de brazos.

-Por favor, Duncan. En un momento voy.

-¿Qué tienen que hablar? ¿Acaso no me tienes confianza para que escuché?.-pregunte enojado.

-Amor, por favor.-Agnese me miro suplicante.

Me intento tocar pero yo me aleje, fui por mi chaqueta y pase a su lado.

-¿A dónde vas?.-me dijo.

-No te importa.-dije borde.

Ella soltó un suspiro.-No seas infantil, Duncan.

-A la mierda si soy infantil, querías que los dejará solos ¿No? Pues eso haré, me ire a la mierda.

Comence a caminar sin esperar respuesta. Estaba enojado, frustrado, estaba que me llevaba el diablo. Era mucha presión. Por lo que me dirigí al lugar que me haría olvidar todo por un momento. Me dirigí a un puto bar.

...

Desperté con un tremendo dolor de cabeza, intente moverme pero un dolor punzante en el abdomen me hizo parar, solté un gemido de dolor y sentí la cabeza explotar. Me sentía como la mierda.

Abrí los ojos lentamente y lo primero que vi fue a una pelirroja muy enojada, sus ojos estaban hinchados pero aún así me fulminaban.
Mire a mi alrededor y me di cuenta que jodidamente no estaba en mi departamento, ni en el de ella, ni en casa.

Cerre los ojos y me tape el rostro con mi brazo, intente recordar porque estaba aquí pero nada me vino a la mente. Mierda.

-¿No vas a decir nada?.-dijo Agnese con voz entrecortada.

-No.-dije serio.

Algo que si recordaba era que Agnese se había quedado con ese tipo.

-Por Dios, Duncan.-se alejo de la cama. Se froto la cara frustrada, pero no me sentí culpable

Ella había decidido dejarme ir para quedarse con ese cabrón, ella no había confiado en mi, y tal vez estaba actuando muy infantil, pero ahora mismo me sentía dolido.

Mire a otro lado y me maldije interiormente por moverme, me dolía todo.
Tenía que levantarme y averiguar porque diablos me dolía el cuerpo como si me hubiera pasado un camión encima.

Duncan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora