Capítulo 1.

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Verme en el espejo era como verla a ella, cabello pelirrojo, ojos verdes, como dos grandes gemas y tez blanca.

¿Quien era ella? Caín Russo, mi madre. La gran mafiosa de Italia.
Hace 3 años ella había dado la vida por mi, hace 3 años era un chiquillo de 16 años. Hoy día cumplía 19, desde hoy era mayor de edad.

Desde hace tres años las cosas habían cambiado para mi, mi vida había dado un giro de trescientos sesenta grados.
Ayer después de tres años habíamos vuelto de México, cuando Caín murió, Jason decidió que lo mejor sería viajar y darnos tiempo para curar nuestras heridas, pero la verdad es que esas heridas se hicieron más grandes, sólo que por mi parte supe esconderlas.

Cailin, mi hermana era una hermosa castaña de ojo azul verdoso. Era alta y de tez blanca, en México era la chica más popular del colegio y de Los Cabos, claro. Si, viviamos en el mismo lugar donde nuestros padres se habían casado. Lógico ¿no? Jason tenía muy buenos recuerdos de ese lugar.

Jason, él seguía siendo un mafioso, desde México llevaba muy bien el negocio familiar y sólo viajaba cuando de verdad se necesitaba.
Mis tíos y el abuelo se hacían cargo de todo.

Hoy era mi primer día en la universidad, bueno, en México ya había cursado un año de universidad, por lo tanto me tomarían en cuenta las materias que había llevado allá.

Extrañaría vivir ahí. Hoy los chicos pasarían por nosotros, pero como siempre no iría con ellos.
¿Quienes eran ellos?
Primero estaba Clarissa, la hija de Tony y Hilary
Dahna y Alonzo, los hijos de Cameron y Hannia.
Vera, la hija de Anne y Giovanny.
Zac, el hijo de Peter y Olympia.
Elio, hijo de Dante y Damian. Un pequeño de cinco años.
Theo, hijo de Bruno.

Cuando eramos pequeños siempre estábamos juntos, eramos los mejores amigos. Pero después del accidente, Cailin y yo nos separamos del grupo.
Cuando nos mudamos a México ella cambio totalmente conmigo, recuerdo que los primeros meses yo tenía pesadillas, y ella no estaba nunca a mi lado, recuerdo que un día peleamos a tal grado que ella me culpo de que Caín había muerto. Ese día sentí como si mi corazón muriera, todos me decían que le diera tiempo, y se lo dí, y me lo dí. Desde ese día la evitaba a toda costa, ella intentaba hablar conmigo, pero yo deje de hablar, cuando alguien me hablaba solo movía la cabeza en afirmación o negación.
Nuestro primer cumpleaños sin ella, fue como un infierno, Cailin lloro encima del pastel y Jason la consolaba, y yo, bueno simplemente me quede observandolos y sintiéndome fuera de lugar.
Ese fue el primer año que pase mi cumpleaños solo, salí sin que ellos se dieran cuenta y fue el primer día que corrí un auto, ese día tuve mi primer accidente, uno de tantos de los cuales nadie sabía, ese día me di cuenta que ellos ya no eran mi familia, y no porque ellos me alejaran, si no porque yo les había quitado lo que más amaban, a mamá.
Desde ese día deje de conversar con Jason, deje de lado a Cailin.
A él lo deje de llamar papá, a ella deje de decirle hermana, a mis tíos los deje de llamar, y a mis amigos y primos los deje de ver como eso, como mi familia.
Yo me había equivocado, perdí todo por nada.

Fuertes golpes me sacaron de mis pensamientos. Me dí cuenta que aún seguía frente al espejo. Idiota.

Abri la puerta y era Jason, con una tarta de chocolate. También había olvidado que era su cumpleaños.

Alcé la ceja interrogativo.

-Lo prepare yo.-sonrió. Le sonreí.

-Gracias.

-¿Iras con los chicos?.-preguntó.

-No, quiero ir sólo. ¿Mi moto sigue aquí?.-pregunte. Mi moto, ella me la había regalado.

-Si, los chicos la han traido en la mañana.-entro a mi habitación y dejo la tarta en el escritorio.

-Vale.-me acerque a la tarta y le meti mi dedo. Estaba deliciosa.-Esta rica.

Duncan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora