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Capítulo 16

Las chicas estaban de vuelta en Lima, todo el vuelo había sido perfecto e incluso habían tomado varias fotos y habían comprado algunos presentes para sus familias.

Las siguientes semanas fueron de emoción para todas las chicas, siempre se daban tiempo para pasarlo juntas. Brittany y Santana tenían sesiones de estudio diarias después de clases, claro que estas siempre terminaban con las chicas sin ropa y en la cama, sofá o incluso una vez arriba de la mesa de la cocina de la rubia. Rachel y Quinn habían hecho oficial su relación y de igual manera la rubia pasaba la mayoría del tiempo en casa de la morena. Ellas no tenían la excusa de estudiar juntas así que era más que obvio lo que hacían todas las tardes. La morena había convencido a la porrista de unirse al club Glee, le tomó un poco de tiempo cambiar la opinión de la rubia pero cedió eventualmente e incluso aceptó que era lo más divertido que había hecho en su vida.

La rubia esperaba con ansias la carta por parte de Julliard y siempre revisaba su buzón de correo, diariamente encontraba cartas. Pero ninguna venía de Nueva York. Sólo quedaban algunas semanas de clases y la rubia cada vez estaba más impaciente.

Santana le había dicho a la rubia que no hiciera planes ese fin de semana por que le tenía una sorpresa, lo cual ponía a la rubia aun más nerviosa. La morena había quedado de recoger a la bailarina el sábado por la mañana y le había informado que sería un viaje largo.

Eran las 7 de la mañana del sábado y la rubia estaba empacando su ropa rápidamente, no solía hacérsele tarde pero se había quedado completamente dormida viendo un documental sobre enfermedades de gatos mientras le daba una lección a Lord Tubbington por volver a escaparse.

La rubia empacó en su maleta prácticamente lo primero que vio en su armario mientras escuchaba unos golpes en la puerta.

"¡Un minuto!" pero los golpes continuaban cada vez con más fuerza y tan pronto como terminó de empacar bajo por las escaleras y abrió la puerta.

"Hola Britt-Britt" la morena se acercó a su chica para darle un corto beso mientras esperaba que la rubia saliera de su casa.

"San, sólo dame un minuto. Tengo que despedirme de mi padre"

La morena dejó salir un suspiro por que sabía que evidentemente era un recorrido largo y la latina no quería que nuevamente Brittany arreglará el vuelo. Esto era algo planeado por Santana para la bailarina. Algo especial así que no le quedaba más que conducir su auto por varias horas.

La latina esperó por varios minutos a que la rubia saliera y estuviera lista para marcharse.

"¿Lista Britt?" la rubia asintió con la cabeza mientras Santana conducía todo el camino hasta la carretera.

"¡San! ¡Dime por favor a dónde vamos!" Brittany sonaba impaciente pero la latina se negaba a contestar. Quería sorprender completamente a la rubia. Ella ya había hecho mucho por ella y la morena decidió que era su turno de hacer feliz a la rubia.

Después de varias horas de camino la bailarina cayó completamente dormida. Pasaron varios minutos y la rubia giro su cuerpo hacia el asiento de conductor y así Santana podía ver perfectamente el rostro de la chica. Brittany tenía la boca unos milímetros abierta, su nariz se arrugaba de vez en cuando lo cual derretía el corazón de la latina, los rayos del sol daban perfectamente en la rubia cabellera de la chica. La chica parecía un ángel de acuerdo a Santana.

Pasaron unas cuantas horas más y la latina había hecho varias paradas para tomar café que la mantuviera despierta y con energías. También al baño. Brittany se había ofrecido para conducir varias veces pero la latina quería que todo dependiera de ella.

Lo siento pero...te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora